El artículo es del destacado y respetado periodista argentino con un gran prestigio, Ezequiel Fernández Moores, publicado en el suplemento deportivo: CANCHA LLENA
Javier Tebas se opone a que Leo Messi pueda jugar. Pide a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) de España, de la que es vicepresidente, que anule la licencia de Leo porque Barcelona, afirma, ha cometido “fraude”. Tebas, estamos en 2005, actúa como asesor jurídico del patrón del Alavés, un club SA en manos de Dimitri Piterman, un empresario ucraniano que hace de DT, amenaza jugadores, se enfrenta con hinchas, funde a tres equipos en España y termina inhabilitado por 15 años. Tebas asesora también a otro presidente luego condenado por la justicia, Manuel Ruiz de Lopera, del Betis. Y al Badajoz de Marcelo Tinelli. Lo vende. El club termina quebrando. Hoy juega con otro nombre en una Liga regional de Extremadura. Tebas es abogado de los concursos de clubes como Mallorca, Jerez, Huesca y Rayo Vallecano, donde trabaja para otro empresario polémico, José Ruiz Mateos. Presidente de la LFP desde 2013, Tebas escucha su nombre en las canchas. Hinchas furiosos con las nuevas costumbres más comerciales de la Liga, jugar en horario de TV china. “¡Tebas, vete ya!”, le cantan hasta sus hijos cuando ven juntos un partido por la tele (de pago). Tebas estuvo en la Argentina. Vino a ilustrarnos sobre las bondades de una Superliga.
Tebas fue accionista y gestor de clubes, intermediario de jugadores, instó a la creación de Fondos de Inversión como solución para algunos de los cerca de 20 clubes concursados con los que trabajó. Representó a Bernd Schuster cuando firmó como DT de Real Madrid. Defendió intereses de Real Madrid y Barcelona en contratos de TV. Fue abogado del G-30 (clubes de Primera y Segunda). Y es consejero y presidente de Spanish Soccer International Marketing (AIE), que tiene como secretario a Jaume Roures, titular de Mediapro, dueña de derechos de TV de la Liga. La sociedad, revelada en 2015 por el diario Vozpópuli, provocó “insinuaciones de corrupción” por parte de su enemigo Angel Villar, presidente eterno de la Federación de España (está desde 1988). “Hoy -inició su réplica Tebas a Villar- me has llamado ‘gilipollas'”. Le recordó luego que la Federación no podía justificar cómo gastaba dinero de “subvenciones públicas”. Y le explicó que Roures y él estaban en AIE a nombre de la LFP y de Mediapro, no a título personal. El DT Javier Clemente, amigo de Villar, le tuiteó una vez a Tebas: “Eres un tío peligroso y siempre andas con denuncias, eres abogado y te llevas la pasta”.
“Tebas -lo elogia desde Barcelona el economista José María Gay de Liébana, estudioso del negocio de la LFP- está arreglando el desorden financiero, su gestión está sumando mucho en pro del fútbol español”. En la Bolsa de Madrid, Tebas anunció dos semanas atrás que la Liga de España ingresó la última temporada 2.615,6 millones de euros, redujo casi 82 millones la deuda de 327 millones que conserva con el Estado (sigue habiendo un rojo de 1.820 millones) y vendió 13,5 millones de boletos (subió 4,2 por ciento). Gracias a la nueva venta centralizada de los derechos de TV, los dos grandes reciben ahora algo menos del 25 por ciento del total. La media de 150 millones de euros de Barcelona y Real Madrid sigue lejos de los 40 millones de Las Palmas o Sporting. Beneficiados con recalificación de terrenos que ayudaron a salvar deudas, los dos más grandes han ganado 25 de los últimos 30 campeonatos. Sus presupuestos de 600 millones cuadruplican el del tercero (Atlético) que, cada tanto, los sorprende. Favorecen al negocio global, pero esa protección interna de los dos grandes es el punto más flaco de una Liga que se siente ya pareja con la Bundesliga, y que, según Tebas, está a 2000 millones de euros de la Premier League.
La diferencia entre el que más y el que menos recibe de la TV es mucho menor en la Liga inglesa: va de los 100 millones de libras de Arsenal a los 71 de Sunderland. Y se achica más en la Bundesliga, porque la repartición alemana (65 por ciento en partes iguales, 35 según mérito deportivo) no contempla el ítem marketing (socios, rating TV, etc). Bayern Munich pide ahora permiso para negociar de modo individual sus derechos y otros seis clubes se agruparon para que se les reconozca su mayor convocatoria. Más cerca, en México definen mañana una semifinal del Clausura los clubes Pachuca vs León, ambos propiedad del magnate Carlos Slim. Antes, definían Televisa vs Televisa. En Chile, el 91 por ciento de los Clubes modelo SA cerró 2015 con números en rojo. La Argentina amagó crear una Liga en los ’90, frenada porque estaba Julio Grondona. Hay cerca de 70 Ligas de Clubes en el mundo. El modelo de casi todos es Inglaterra, la Premier League de los boletos más caros, TV toda de pago y magnates extranjeros porque la City ofrece facilidades. En la Argentina, donde ayer mismo los barras obligaron a cerrar clubes o cambiar estadios, el proyecto, acaso interesante, aparece justo cuando se percibe una derrota electoral, una renegociación de TV y bajo extorsión de supuesta intervención del poder político y con supuesta “anuencia” de la FIFA. Eso sí, la nuestra no sería una Liga. Aquí, siempre modestos, hablamos de Superliga.
Los alemanes usan una palabra (“zeitgeist”) para definir al “espíritu de los tiempos”. Clubes SA, CEOS, TV de pago o Súperliga eran malas palabras en el fútbol argentino hasta poco tiempo atrás. Pero lo que ayer era malo hoy puede ser bueno. Unos defienden viejos negocios. Otros ven negocios futuros. Hablan de triplicar millones, sin decir que el nuevo contrato de TV podría estirarse hasta 2030. El “espíritu de los tiempos” idealiza hoy a un fútbol con Liga para dos campeones, presidente federativo que lleva casi treinta años en el cargo y cuya máxima figura es un jugador argentino. El hombre que hace diez años quería prohibirle jugar, cuidando los intereses de su patrón ucraniano, vino a dar cátedra. Que la Liga, nos asegura, controlará y recaudará como nadie. “Tebas -me dice el colega español Fermín de la Calle- se mueve como nadie en los bajos fondos del negocio del fútbol español porque ha sido cocinero antes que fraile. Fue protagonista en concursos de acreedores de hasta veinte clubes de Primera y Segunda. Ahora se limitó a explotar recursos que estaban latentes. Sabe sentarse al lado de la persona indicada. Huele el dinero. Los aficionados le han declarado la guerra, pero eso no supone ningún problema para él”. Un aficionado español, enojado, se lo cruzó en su breve estancia del lunes en Buenos Aires: “¡Aguante Murcia!”, le gritó en plena calle.
Otros colegas me hablan de un “populista” que “tampoco es Robin Hood”, pero que sí ayudó a comenzar a sanear deudas, a combatir los arreglos de partidos, los desajustes presupuestarios de los clubes y a mejorar la “marca” Liga de España, a veces enojándose, porque la Federación Española de Villar prohibió al Atlético nombres chinos en las camisetas, guiño marketinero por el nuevo accionista chino del club. “No vine a entrenar a once sociedades anónimas”, se quejó una vez el DT Antonio Camacho, cuando quisieron imponerle cómo debía formar Real Madrid. En febrero pasado, una entrevista del diario madrileño El Mundo presentó a Tebas como “asesor de millonarios” que están “de visita en el fútbol”. Tebas, que tiene 53 años, admitió que, “en ocasiones” extraña que España no tenga un político como el francés Jean Marie Le Pen. El periodista le había recordado su pasado como miembro de Fuerza Nueva, un partido de la ultraderecha en España. “Si extrema derecha -respondió al periodista- es defender la unidad de España, la vida y un sentido católico de la vida, yo estaba en ese grupo. Y sigo defendiendo lo mismo. En eso, no he cambiado”. Hoy, en eso sí ha cambiado, a Tebas jamás se le ocurriría prohibir que juegue un tal Leo Messi.