Marruecos, 17 de diciembre.- San Lorenzo le ganó al Auckland City 2 a 1 y pasó a la final del Mundial de Clubes, donde enfrentará al poderoso Real Madrid el próximo sábado. El “Ciclón” definió el encuentro en el alargue ya que empató durante los primeros 90 minutos.

El conjunto argentino no pudo quebrar el cero en el arco rival hasta el final del primer tiempo y generó impaciencia en su gente, que copó las tribunas del “Le Grand Stade”. Los hinchas llegaron en masa a ver al conjunto de Boedo y se hicieron escuchar en Marruecos.

El “Ciclón” presionó en campo rival y ocupó la mitad de la cancha para ganar el juego en ese sector y armar el ataque con velocidad. Pese a la actitud, le dio demasiado la pelota al conjunto de Nueva Zelanda que no pudo generar peligro real ante el arco de Torrico.

Un cabezazo de Kalinski y un remate de Cauteruccio fueron las únicas llegadas de importancia que tuvo el equipo de Bauza hasta el momento del gol. Un centro atrás de Más quedó en los pies de Barrientos que, de zurda, mandó la pelota al primer palo del arquero.

El 1 a 0 fue un desahogo para un equipo que es visiblemente superior a su rival pero que no lo podía dejar expuesto en el marcador. El “Ciclón” desgastó a su rival, lo hizo correr sin la pelota y le jugó por las bandas con falibilidad.

El juego de San Lorenzo pasó por Ortigoza y Mercier. Ambos distribuyeron la pelota en la mitad de cancha e intentaron lateralizar la pelota para abrir el frente de ataque y dejar expuesto al Auckland en las marcas. El equipo trató la redonda con paciencia y no se apuró para definir. Lo logró antes del entretiempo y eso le dio tranquilidad para afrontar la segunda etapa.

En el complemento, el equipo de Bauza retrocedió en el campo de juego y pareció confiarse ante el resultado parcial. El Auckland buscó el empate con más empuje que claridad y lo encontró ante la pasividad de San Lorenzo. Un pase de Tade y una mala salida de Torrico, le dieron la posibilidad a Berlanga de sacar un derechazo para marcar el 1 a 1 a los 66′.

El empate fue un baldazo de agua fría para el “Ciclón”. Una igualdad inesperada que generó preocupación en los jugadores pero que encontró a Bauza firme en su convicción de superar al rival. Cuando terminaron los 90′ les pidió a sus futbolistas tranquilidad y les dijo “en estos 30 minutos los quebramos”.

Tan solo dos minutos después de las palabras del “Patón”, Matos convirtió el gol que hizo estallar a la gente de San Lorenzo. Romagnoli mandó un centro al área, Matos se la bajó a Barrientos pero la pelota rebotó en el pie del volante y quedó boyando. El ex hombre de All Boys la encontró y sacó un zurdazo que se metió en el primer palo del arquero y fue el 2 a 1.

fuente DIARIO DE CUYO

 

COPARON MARRUECOS

 

Marruecos, 17 de diciembre.- Los marroquíes observan y no entienden nada. Una bandera colgando del Papa Francisco, otros trapos con los colores azulgranas que invaden la plaza Djmma el Fenna, detrás de la mezquita La Koutoubia, en Marrakech. Hinchas con la camiseta del Ciclón que agitan, saltan, cantan… Pasión, que le dicen. Es que San Lorenzo está a horas de jugar el partido más importante de su vida contra el Auckland City (16.30), por la semifinal del Mundial de Clubes. Y consigue la victoria, en la final lo espera el Real Madrid de Cristiano Ronaldo, Bale, Benzema y compañía. ¿Cómo explicarle eso a los marroquíes? No hay idioma que defina este sentimiento.

Muchos hinchas viajaron de Boedo a Marruecos, otros llegaron desde Barcelona, Londres o Israel, todos para decir presente y hacer todo para que el Ciclón sea local en tierras africanas. Nada ni nadie podrá detenerlos. Serán 11 que defenderán en la cancha la gloriosa camiseta, pero miles en las tribunas del Stade de Marrakech apoyando a puro canto.

Sebastián Torrico; Julio Buffarini, Kannemann, Yepes, Emmanuel Mas: Juan Mercier; Gonzalo Verón, Néstor Ortigoza, Enzo Kalinski, Pablo Barrientos; Martín Cauteruccio será los fieles que estarán como titulares buscando la gran final, el Real motivo que lo llevó a Marruecos. La adrenalina corre por dentro. El sueño está cada vez más cerca. Ahora hay que jugar con el alma. Por esa pasión que hasta ahí lo llevó.