Gdansk (Polonia).- España arrancó hoy su defensa del título de la Eurocopa con un desteñido empate 1-1 ante Italia en un encuentro más parejo de lo presumido y en el que Fernando Torres desperdició dos claras ocasiones de sentenciar la victoria del vigente campeón.
Se hablará mucho de la propuesta inicial de Vicente del Bosque, el seleccionador español, llenando el equipo de bajitos. Y de los errores de
Torres en el tramo final del partido. Y del trabajado planteamiento de Italia. Pero también quedará lo que fue un gran partido de fútbol.
La apuesta de España no pudo ser más sorprendente, con la “revolución de los pequeños”: seis centrocampistas y ningún delantero puro. Ni Torres, ni Alvaro Negredo, ni Fernando Llorente. El elegido fue Cesc Fábregas.
El propósito de Vicente del Del Bosque, el seleccionador español, era someter a Italia con el balón, ocupar todo el frente de ataque y entrar en el área contraria con paredes. Pero se encontró con dos problemas: perdió más balones de los esperados e Italia encontró vías para llegar al área española.
Porque, tal y como había anunciado el seleccionador italiano, el rival español propuso juego. Cesare Prandelli envió a Antonio Cassano a la banda izquierda y desde allí supo encontrar las llegadas de los volantes. Así, se pudo ver una primera parte realmente pareja.
España tardó en encontrar ritmo de juego. Al menos 20 minutos. Para entonces, Italia ya había exigido a Iker Casillas en un par de intervenciones, siempre con Cassano generando cosas positivas para su equipo. España controló a Pirlo, pero no a Cassano.
La selección de Del Bosque se movió más bien al ritmo de las apariciones discontinuas de Xavi, Iniesta y Silva. Sí supo llegar al área contraria, pero cayó en cierto barroquismo en sus combinaciones. Se empeñó en meterse dentro del arco italiano con el balón controlado. Un imposible.
La primera mitad terminó con una buena intervención de Casillas tras remate de Thiago Motta y con la sensación española de echar de menos a un goleador: David Villa.
España pareció decidida a hacer posesiones más largas desde el comienzo de la segunda parte y a los 50 minutos llegó su primera gran oportunidad con una internada de Iniesta, quien obligó a Buffon a realizar una gran intervención.
Pero el encuentro seguía parejo. España no encontraba caminos hacia el área de Italia, que vivía tranquila. Y mejor se encontraría con el paso de los minutos.
Porque se adelantó a la hora de juego. Pirlo, en su primera gran intervención de la tarde, dibujó un pase magistral para Antonio Di Natale. El punta del Udinese acaba de sustituir a Mario Balotelli y no perdonó. Definió como un grande sobre la salida de Casillas.
El campeón, uno de los grandes favoritos, estaba contra las cuerdas. Pero reaccionó con grandeza. Cuatro minutos después, realizó una preciosa combinación en el área, una ráfaga de toques. Primero Xavi, luego Silva y finalmente Fábregas, que marcó con clase.
Silva había realizado su última contribución al partido, pues fue sustituido por Jesús Navas para abrir más el campo. Un cambio más que acertado porque el atacante del Sevilla ofreció respuestas. Y a 17 minutos del final entró Torres por Fábregas.
Inmediatamente, el atacante del Chelsea tuvo una enorme oportunidad, al quedarse solo delante de Buffon tras un gran pase de Navas. Pero Torres erró clamorosamente ante la inteligente salida del arquero italiano.
Hasta el final, España ofreció sus mejores minutos en el partido ante una Italia cansada. Y Torres tuvo otra enorme oportunidad, en otro mano a mano con Buffon. Esta vez el español mandó el balón alto cuando también tenía a Navas en disposición de marcar. Ahí se le fue el partido al conjunto rojo.
España arrancó la Eurocopa con un empate que muchos calificarán como sorprendente. Pero delante tuvo a una buena Italia, que ejecutó bien su plan. La campeona ofreció dudas en la primera parte y certezas en la segunda. Y le faltó el acierto de Torres, avivando más que nunca el recuerdo de David Villa. (DPA)