En el Polideportivo Islas Malvinas en un partido que terminó, hoy, viernes, porque se rompió un resorte que permite la “flexibilidad” del aro para las famosas volcadas, y cumplida la hora reglamentaria, y algo mås, recièn iniciaron el juego, que terminó con 2 triples y 6 dobles consecutivos del “Messi” del Bàsquetbol argentino, Facundo Campazzo, en el minuto y medio final para el 95-91 que deja la serie 3-1 al mejor de siete cotejos, a favor del mil rayita que el lunes jugarà en Corrientes ante un Regatas que si quiere dar la
vuelta olímpica tendr? que ganar 3 partidos consecutivos, pero como ?sto es Bàsquetbol, aún no se puede festejar.
Lamentablemente la p?gina del bochorno, en un deporte profesional, con miles de dólares en sueldos, jugandose nada menos que la final en el considerado “mejor estadio de toda la Liga”, con la televisión esperando y haciendo añicos las quejas del ” el Bàsquetbol no tiene difusión al lado del fútbol” , demostraron una de las causas por las cuales esa difusión es escasa: los periodistas “básquetboleros” dicen que Peñarol y Quilmes debieran exigirle a Deportes Mar del Plata – ex Emder- que tengan las jirafas con los tableros homologados, como sustitutos a diaposición, pero desde aquí decimos que, con tanta historia y trofeos, el que debe tener plan B es PEÑAROL. Si no tiene cancha propia para jugar una Liga, que provea del material indispensable para una competencia considerada de primer nivel con organización seria, y si “teme” que Quilmes haga uso de esas “jirafas” en su localía, que compartan los gastos, y si llegara la Selección argentina a jugar en dicho escenario que Peñarol- Quilmes se lo alquilen al Municipio para la ocasión .
Peñarol estuvo al límite de perder el partido, porque reglamentariamente, así está escrito y refrendado con la firma de todos los clubes participantes. Los jugadores de Regatas ya estaban yéndose al vestuario cuando los convocaron a jugar.
La TV se “comió” una hora perdiendo en ráting, y en dinero por el enlace satelital, y el público, que al otro día debe ir a trabajar y a cumplir con sus responsabilidades, termina sufriendo dicha situación, abandonando el estadio luego de pagar un dinero importante para el bolsillo de la gente, o estirando la salida por la Avenida Juan B Justo, después de la 1 de la mañana.
LO QUE SIGUE FUE PUBLICADO EN pickandroll.com.ar
Por Pablo Tosal
El juego predilecto de mucha gente es buscar a los culpables de cada situación. Se termina convirtiendo más en una cacería de brujas que en una solución. Nos han educado así: lo importante es el culpable antes que analizar el hecho para modificarlo.
Por eso hoy se habla menos de básquet y más de lo externo. El pez por la boca muere y acá hubo más palabras que en el festival “Azabache” de literatura. Es la serie (por lejos) más hablada de la historia de la liga. Y eso que los dos clubes de lo primero que se jactan es de tener los mejores jugadores del mercado.
Yo quisiera analizar el partido con más detalles, pero si no pusiéramos nada del contexto en esta página nos acusarían de todo. Lo han hecho, lo hacen y lo seguirán haciendo y en verdad nosotros no hacemos periodismo de estadísticas. Por el contrario siempre fuimos periodismo de opinión. Y decimos lo que vemos. Y esto es lo que vemos:
Lo del tablero fue un papelón. Primero porque sabemos que es una situación fortuita que rara vez se da, pero la reglamentación prevé que todo esto tiene que estar bajo el amparo de soluciones que no llegaron.
El reglamento estipula que hay un plazo de una hora para solucionar los desperfectos mecánicos o técnicos de los implementos de juego. Lo primero que ocurrió es que no estaban las jirafas suplentes del Polideportivo que la Provincia de Buenos Aires compró para el preolímpico 2011. ¿Donde están? No se sabe, se especula mucho pero nada en concreto.
La responsabilidad de que la jirafa suplente esté en el estadio es del Club Peñarol, no del EMDER. Será luego potestad del club protestarle al administrador del Polideportivo todo lo que considere. Pero anoche Peñarol respondía por la organización y estuvo a 10 minutos de perder los puntos. Corría contra reloj y llegaron con lo justo.
Cuando trajeron el tablero suplente no era el homologado para Liga. Se dieron cuenta que no entraba en la jirafa (esta mañana se dieron cuenta que si) y tomaron la decisión a toda prisa de soldar el aro. Allí estuvieron involucrados dos plateístas-empresarios-sponsors de Peñarol como son los hermanos Roberto y Marcelo Bonano (de Metalúrgica Bonano) que dieron algunas indicaciones precisas de lo que debían hacer.
Finalmente una empleado del Polideportivo, el ex fondista de 5 mil y 10 mil metros marplatense, Oscar Raimo, trajo desde el taller de reparaciones del Poli la autógena y pudo soldar el aro para dejarlo en condiciones. Pero del tablero o la jirafa suplente ni noticias. Además el personal del Polideportivo tenía como toda herramienta dos llaves francesas para desarmar el aro. Las herramientas para la ocasión también habían desaparecido. Grotesco.
Semejante nivel de nerviosismo no es el recomendable para que los jugadores puedan jugar tranquilos. Fue difícil que no perdieran el foco. Porque Quinteros seguía enojado con la solución de la soldadura y lo expresaba a viva voz, por lo que se cruzó mal con Leo Gutiérrez en el medio de la cancha antes de empezar. Se dijeron de todo. La LNB en estado puro. Por suerte después del partido Leo lo abrazó a Paolo reconociendo todo lo que Quinteros había hecho por su equipo.
Esa situación del aro empaña por completo la situación festiva que se había planificado. Hubo 6500 personas y no voló ni un solo papelito a la cancha, no hubo disturbios con la gente, los plateistas que le gritaban a los jugadores rivales se ubican a 3 metros de la cancha, sin interferir en nada. Además se dispuso dos parrillas de luces adicionales para jugar con un ingreso diferente de los jugadores al rectángulo con un estadio a oscuras y luces seguidoras. Hasta espectáculo de entretiempo hubo (algo que Peñarol habitualmente no realiza) gentileza de DirecTV. Pero lo del aro terminó por mancharlo todo.
En consecuencia comienza el cruce verbal que carece de sentido. Porque las ofensas hacia la cancha de Regatas por parte de la gente de Peñarol le vuelven como un boomerang. Y se convierte en comida de tontos. El polideportivo Islas Malvinas, propiedad del ente Municipal de Deporte del partido de Gral Pueyrredón sigue siendo el mejor estadio del país y por lejos el más capacitado para jugar básquetbol profesional. No obstante la falta de previsión no pudo suplir que todo quede manchado. Punto final para este tema.
La ausencia de público visitante para el partido cinco de la serie (y eventual 7mo de haberlo) genera el otro centro de conflicto cotidiano. La noche del miércoles en el segundo piso de la sede social del club Peñarol cenaron juntos dirigentes de los clubes. También había allí, representante de jugadores, técnicos y algunos periodistas. Todo en el marco de una gran camaradería. Allí los dirigentes de Regatas sostuvieron que habría al menos la misma cantidad de entradas para el quinto juego que para los dos primeros.
No obstante anoche luego del partido se conoció la noticia de que no se puede vender entradas para los visitantes en Corrientes, más allá de las entradas de protocolo. Así lo hizo saber la dirigencia correntina a través de un escrito enviado por el CoProSede de dicha provincia.
Independientemente de los lineamientos policiales de si pueden o no organizar un operativo preventivo de dos parcialidades, la medida tiene que ver la estructura del estadio. En lo particular pienso que no debe haber hinchada visitante si no hay puerta diferente de ingreso, si no hay baños para mujeres y hombres para el público visitante, sino no hay un pulmón que separe a las parcialidades. Y el estadio José Jorge Contte no está preparado para esto. Lo más razonable es entonces que se destine la protección necesaria a los jugadores, negando cualquier posibilidad de invasión de campo y por supuesto a los 20 dirigentes de las entradas de protocolo.
Regatas está en condiciones, como ya lo ha demostrado, de presentar un buen espectáculo, pero esta visto que para que haya hinchas visitantes, hace falta más que buenas intenciones.
Hay que saber que no toda la gente que concurre a la cancha es la que puede comprender lo que significa el buen comportamiento. Hay que entender que si queremos abrir el básquet para todo el público es inevitable que la popularidad también traerá la parte negativa de la sociedad. Cuando uno trabaja con la puerta abierta es inevitable que pasen todos. Y bienvenido que así sea, pero hay que estar atentos a los recaudos a tomar.
Y finalmente las escenas deportivas de un juego muy duro son acaso las más sencillas de entender. Los muy buenos árbitros que son Sampietro, Vito y Britez fueron eje de muchas críticas. Y se ha puesto en foco, merced a las declaración de Eduardo Bellón, que están dirigiendo mal. El Jefe del Departamento Técnico de la AdC estuvo reunido más de dos horas con los tres árbitros viendo videos y puntualizando a su juicio errores antes del juego 4. Procedimiento habitual en estas ocasiones.
En dicho sentido comparto algo que publicó hoy en su facebook el entrenador Oscar Sánchez:
“La otra razón que se complica y mucho ES LA POCA COLABORACION DE LOS PROTAGONISTAS, es demasiado lo que hacemos en la liga para sacar ventaja. A tal punto que los partidos se arruinan como ayer.
La mayoría de las antideportivas fueron reales y los Flopping (tirarse más aun) al mirar el video se darán cuenta.
Todo esto es un golpe a la vista, y pasa a ser quien saca mas ventaja, quien habla mas, etc. etc. Fue desprolijo todo.
En cualquier parte del mundo la fase regular se juega, pero los play off se juegan FISICO… TODO AL REVES QUE ACA.”
Los jugadores se han dedicado a hablar, llorar, gesticular en proporciones dantescas. Los árbitros están sufriendo las finales y es lógico. Había mucha ansiedad de ver una final entre estos dos equipos. Todos esperaban el Regatas – Peñarol para dirimir el título. Esa ansiedad hoy le juega en contra a todos. Hay que tener cuidado con lo que uno desea mucho, porque a veces el sueño llega tan mal que te condena.