Nadie puede dudar que la imagen fue diametralmente opuesta a lo que se vio hace una semana. Los Pumas jugaron como se les había reclamado y de esas forma llevaron adelante un partido durísimo. Si, perdieron, pero su actuación fue
muchísimo más honrosa que la humillante paliza que se habían comido hace siete días.

El primer tiempo Puma fue perfecto. Al minuto ya ganaban con un gran try de Leguizamón. Fua la inyección anímica que se necesitaba. El “cachorro” Sánchez se sobrepuso a unos primeros miutos erráticos y condujo con firmeza al equipo entrenado por Phelan. Mirando hace adelante y no dejándose a los Boks hacer su juego, Los Pumas se fueron al descanso en ventaja.

El segundo tiempo fue una batalla campal. Los packs de ambos equipos lucharon sin tregua para tratar de imponerse. Y en ese contacto físico, finalmente los Springboks se impusieron.

Morne Steyn fue infalible. Los 22 puntos de su equipo llegaron desde su botín derecho.

Punto aparte para el árbitro del partido, el neocelandés Steve Walsh miró mucho más las infracciones de los argentinos que la de los visitantes, que incluso deberían haberse quedado al menos 10 minutos con un hombre menos, ya que el segunda línea Kruger golpeó sin ser castigado.

La actuación de los tucumanos fue sobresaliente. Julio Farías fue una de las figuras del equipo, desde la segunda línez. El “Cachorro”, ya se dijo, fue el 10 que el equipo necesitaba y atacó y defendió con fiereza.

De haber recibido 73 puntos hace una semana, Los Pumas finalmente cayeron 22 a 17. Dejaron su ingoal invicto y eso no es poco.

Pasaron las dos primeras fechas del Rugby Championship con derrotas distintas. Lo que se viene no es alentador. Los invencibles All Blacks y la siempre letal Australia. Queda mucho por hacer… (Fuente La Gaceta de Tucum?n)