El conjunto de Casalanguida consiguió este lunes su segunda victoria de la temporada, superando a los de Bianchelli como visitantes.
Luego de una noche con notorios vaivenes en su rendimiento -aunque está claro que el rival también jugó su papel-, Quilmes perdió anoche en el Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas” ante Obras Básket, por 77 a 67. De esta manera, el “tricolor” resignó su invicto como local en la Conferencia Sur de la Liga Nacional de Básquetbol.
Quilmes disfrutó de pasajes de muy buen nivel entre la mitad del primer cuarto y la mitad del segundo. Allí encontró, con pases y paciencia, buenas conexiones para elaborar acciones positivas y, paulatinamente, comenzar a despegar en el marcador.
Además, cosechó dividendos con su contracción defensiva, especialmente enfocándose en Dennis Horner, anulado por Ivory Clark -primero- y por Diego Cavaco -después-.
Obras apenas inquietó de arranque, con 8 puntos de Todd Brown (dos triples), pero el resto aportó muy poco.
Una vez que se afirmó atrás, el equipo de Javier Bianchelli tuvo margen para jugar tranquilo adelante y le sacó enormes réditos a la profundizaciones con Iván Basualdo. En ese sentido, el pick and roll fue un martirio para una defensa sin reacción del visitante.
Con esos argumentos adelante y sus buenas respuestas atrás, Quilmes obtuvo una máximo renta de 27-15, aprovechándose también de un pobre 21% de acierto en tiros de cancha de Obras hasta ese momento, y de la segura conducción (sin pérdidas en el cuarto inicial).
Obras tocó fondo para tomar impulso e intentar emerger en el juego. Dos triples seguidos (uno de Tomás Zanzottera y otro del finlandés Samuel Haanpää) encendieron las alarmas. Y pese al “minuto” de Bianchelli, la realidad ya era diferente. La presencia de Martín Leiva hizo ocupar mejor los espacios defensivos y el “tachero” mejoró su marca de la línea de pase.
Quilmes se nubló, perdió fluidez adelante y de tanto acercarse, Obras consiguió igualar en 31. La intensidad defensiva había pasado un precio (a esta altura, Luca Vildoza y Diego Cavaco tenían tres faltas personales cada uno), aunque un par de cortes por el eje de cancha bien capitalizados le permitieron al local retomar el control y llevarse a los vestuarios una ventaja parcial que sin dudas merecía.
Algunas apariciones importantes de Vildoza le permitieron a Quilmes marcar una cierta supremacía en el desarrollo del tercer cuarto, aunque tanto Horner como Walter Herrmann ya comenzaban a tener una influencia muy positiva para el visitante.
De todas formas, después de dos libres del talentoso base quilmeño, los marplatenses establecieron una brecha de 52-45. Desde allí en adelante, el local se “secó”. Soportó un parcial de 11-0 en contra y pasó más de 4 minutos sin anotar, hasta un oportuno triple de Cavaco, justo antes del final del capítulo.
Claro que nadie esperaba que, al comenzar el último parcial, Quilmes estuviera otra vez más de 4 minutos sin convertir. Imposibilitado de abastecer a Basualdo en la pintura (terminó con 15 puntos y 10 rebotes pero no convirtió en todo el segundo tiempo) y sin eficacia desde el perímetro, el local se encontró 55-66 abajo.
No obstante, una ráfaga de 5 puntos seguidos de Vildoza le devolvió las esperanzas. Era el momento. Todavía faltaba mucho (5 minutos) y los de Luro y Guido tenían a tres hombres con cuatro faltas (Vildoza, Cavaco y Enzo Ruiz), una de las cuestiones que generaron airadas protestas hacia la tarea de la dupla arbitral. Protestas no carentes de justificativos, ya que los jueces parecieron castigar demasiado a Quilmes con las sanciones de infracciones.
Obras encaró el tramo final del juego con una tranquilizadora ventaja de 64-72. Y respondió muy bien desde la línea de libres mientras Quilmes, cuyos buenos momentos en el partido parecían muy lejanos, terminó desdibujado, con apenas un 20% de acierto en triples (5/25), una pobre noche ofensiva de su dupla de extranjeros (apenas sumaron 4 puntos entre ambos) y sin poder rebatir a un oponente que fue creciendo con el correr del partido y terminó mejor.