Tras fracasar en su intento por ser concejal en 2005, Lerche llegó a Colón en 2006. Para manejar el club recurrió a sus compañeros de militancia en la UCR: Moncagatta y los hermanos Maglianesi. A ellos se sumó Eusebio. Siete años después, la institución atraviesa el peor momento de su historia. En la gestión, familiares y amigos de la CD pasaron a ser empleados Rojinegros.

Por Nicolás Lovaisa

En su número anterior, Revista Posta publicó un
detallado informe sobre la situación patrimonial de Germán Lerche y la caótica situación económica de Colón. Allí también se anticipaba que sería corrido de su cargo en la AFA y que la realidad Sabalera era una olla a presión a punto de explotar, por la incapacidad propia de una gestión que hundió al club en la peor crisis de toda su historia. En su nueva número, que ya está en los kioscos, Posta publica un informe sobre cómo llegó al poder Lerche, su trayectoria política y su decisión de gobernar la institución con sus compañeros de militancia. También, la cuestionable decisión de que familiares y amigos de la comisión directiva pasaran a ser empleados de la institución del barrio Centenario. Aquí, un anticipo:

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“Volver a empezar” fue el nombre elegido por Germán Lerche para la lista con la que intentó acceder a una banca en el Concejo Municipal en 2005. Una nómina compuesta por militantes de la Unión Cívica Radical que compitió en esas primarias dentro del Frente Progresista Cívico y Social. No le fue nada bien: sacó apenas 6.174 votos que, por supuesto, lo dejaron fuera de la pelea.

Un año después fue electo presidente de Colón. El apoyo de Luis Hilbert (quien hoy aparece como posible candidato presidencial) y las críticas de José Vignatti, el gran elector sabalero, a la lista que encabezaba Gustavo Abraham, fueron vitales para su triunfo.

Del fracaso electoral que le impidió llegar al Concejo nació lo que sería el mayor logro de su vida: convertirse, casi sin proponérselo, en el presidente rojinegro. Lerche se formó en la política desde muy chico: arrancó su militancia en la escuela de comercio Domingo Silva. Fundó junto a otros estudiantes el Frente de Estudiantes Radicales Secundarios, en la línea interna de la Junta Coordinadora Nacional, cuyo referente era Luis “Changui” Cáceres. Estuvo al frente de la Juventud Radical en la ciudad y en la provincia y presidió el comité departamental del partido.

Entendió que para gobernar Colón, un mundo que desconocía por completo, debía hacerse fuerte: para eso acudió a sus correligionarios. su mesa chica la conformaron siempre Rubén Moncagatta y los hermanos Marcelo y Fernando Maglianesi, todos afiliados al radicalismo.

De hecho Marcelo fue el cuarto candidato de la lista con la que Lerche intentó ser concejal. Otro punto que los une, además de la trayectoria compartida en la UCR, es su presencia en la administración pública, repartida entre el Honorable Concejo Municipal, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Comercio, el Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado de la provincia y la Universidad Nacional del Litoral. A ellos se sumó Pedro Eusebio, uno de los directivos que fue fiel a Lerche hasta los últimos días de su mandato. Ese círculo le cerró el paso a dirigentes de peso que fueron presentando sus renuncias en los primeros años de gestión.

Moncagatta, quien desde hace tiempo está enfrentado a Lerche, intenta ahora despegarse de una gestión que lo tuvo siempre como protagonista principal. Fue delegado en UPCN y miembro de la conducción nacional de la Organización de Trabajadores Radicales. Fue el gran responsable del desembarco de Lerche en Colón. Luego se sintió desplazado.

* La nota completa la pueden leer en el último número de Revista Posta, que ya está en los siguientes kioscos: Lisandro de la Torre casi San Jerónimo (ahí te atienden David o Marcelo); San Jerónimo y Tucumán (Adalberto Porta); San Martín y Tucumán (Pecorari); 25 de mayo y Tucumán (Carlos Alberto D’agosto); San Martín y 1a junta (Matías); San Jerónimo y Mendoza (Hugo Morae); 25 de mayo y Boulevard (El Rulo).