Publica el diario rosarino LA CAPITAL que
Newell’s redondeó una goleada tan impensada como necesaria tras la conflictiva salida de Lucas Bernardi luego de una nueva derrota rojiengra. Fue un 5 a 0 aplastante y merecido. Hizo todo lo que tenía que hacer y es el primer gran paso de una recuperación esperada.
Newell’s no deja de sorprender. Puede perder el clásico jugando muy mal y al siguiente partido arranca mostrando una imagen distinta, buscando armar juego desde el toque asociado. Y al rato vuelve a sorprender. No encuentra la pelota, el rival lo atora y se atora, no consigue dar dos pases seguidos y no consigue profundidad. Y en un instante se ilumina, hace “clic” y se pone al frente.
Eso pasó en la primera mitad. Tras la traumática caída en el Gigante el domingo pasado y la salida de Lucas Bernardi, el equipo hoy conducido por Juan pablo Vojvoda buscó dar muestras que quería meterse de nuevo en una conversación de la que lo habían excluido.
Intentó salir tocando desde el primer minuto, con Mateo de vuelta en el medio, con Maxi en una posición retrasada, con Boyé y Scocco corriendo todo el frente de ataque, con Denis Rodríguez intentando armar juego y con el peruano Advíncula como buena salida.
La teoría funcionaba desde lo posicional. En la práctica, nada de eso daba resultados. Porque Racing le empezó a meter presión en el medio y la salida, complicaba a Newell’s con toques precisos que salían desde Camacho, De Paul y con la presencia del Licha López y Pereyra complicando y buscando asociarse.
A la visita le falta precisión aunque dispuso de sus oportunidades, como un bombazo de Camacho y la buena respuesta de Unsain, un peligroso cabezazo de Pereyra un remate del Licha López.
Sin embargo, este Newell’s irregular y al que le cuesta una enormidad generar fútbol, llegó al gol. A los 29′, Advíncula enganchó una y otra vez por derecha, levantó la cabeza y ubicó por el segundo palo la entrada de Emiliano Insúa. Su centro de zurda llegó medido a la cabeza del lateral, quien le cambió el palo a Saja y puso el 1 a 0.
No es que no Newell’s mostró otra cara a partir de allí, pero consiguió cierta tranquilidad y le tiró la responsabilidad a un Racing que parecía tener más y mejor volumen de fútbol, pero poca profundidad y precisión.
Pero sobre los 40′, tras un córner y un rechazo hacia el medio, Schmid quiso rechazar y sólo consiguió batir a Saja para el 2 a 0 de los del Parque. Al toque, el ex Newell’s Noir vio la segunda amarilla tras un innecesario foul a Mateo y se fue a los vestuarios.
Newell’s no la pasó bien en esa primera mitad y el 2 a 0 parecía demasiado. Sin embargo, la que tuvo la aprovechó con creces y después se encontró con el segundo. Un 2 a 0 para ir sumando en confianza.
Con un 2 a 0 en el bolsillo, restaba saber qué haría el local para no pasar sobresaltos. Se encontró al principio con un Racing desacomodado y nervioso y entonces el local apeló a parar la pelota, mostrar más actividad y ya a los 6′ avisó Boyé con un remate cerca del palo derecho.
A los 7′ Unsain se la sacó de los pies al Licha López, en una de las escasas llegadas de la Academia.
El local cedía la pelota pero Racing ya se había despintado, había perdido control de pelota y la serenidad que no supo aprovechar en la primera mitad.
Y todo terminó de derrumbarse para la visita cuando Mateo colocó un pase magistral para el pique de Advíncula y el peruano definió sobre la salida de Saja para marcar su primer gol con la casaca rojinegra y poner el 3 a 0.
Después, Newell’s se dedicó exclusivamente a buscar el cuarto y a marcar insospechadas diferencias futbolísticas a su favor ante un Racing que parecía descontrolado.
A los 23′ Gastón Díaz se lo sacó a Maxi, a los 27′ Saja se lo tapó a Formica. Newell’s era más, mucho más. Todos llegaban, todos sumaban. Una imagen muy lejana de aquella pobreza futbolística del clásico.
Y para redondear la idea de dominación, a los 36′ apareció otra vez Advíncula -el punto más alto de Newell’s- para levantar un centro medido y ubicar a un Maxi que le ganó a una dormida defensa y selló un 4 a 0 inapelable.
Sin embargo, faltaba la perla. A los 44′, Maxi apiló gente en el área y volvió a exhibir su jerarquía para terminar de humillar a Racing con un 5 a 0 inapelable.
Newell’s se recuperó de las cenizas de otra derrota en el clásico y, con un técnico interino, mostró una imagen y una forma de jugar diferente y necesaria. Había que cambiar y el primer paso se dio con creces.