El Chelsea inglés, con 10 hombres durante casi una hora de juego, empató en el Camp Nou con el mejor equipo del mundo, al que le ganó en el cotejo de ida, con “armas” lícitas, y acorde al reglamento del fútbol. El Barcelona ganaba por 2 a 0 y el “defensivo” (¿?) Chelsea llegó al 2 a 2. Un equipo defensivo, puede remontar un 0 – 2 ?

Lionel Messi estrelló un penal en el travesaño (el octavo penal marrado en su carrera) con el cotejo 2 a 1 a favor de los blaugranas y ese error, dejaba un score , que tampoco le permitiía a los catalanes clasificar a la final en

Munich, porque el conjunto inglés, por su gol de visitante (vale doble) igual sacaba el pasaje para ser finalista de la Copa europea.

Es verdad que Barceolan tuvo 80′ de 90′ la pelota y el dominio territorial, pero y ? Qué dice el reglamento ? Cómo es el torneo en semifinales ? Con partidos a 180 minutos. Son “Mini campeonatos” que hay que saber cómo jugarlos, y el Chelsea, NO COME VIDRIOS PARA “REGALARLE” AL MUNDO, UNA GOLEADA EN CONTRA, POR CAMBIAR ATAQUE POR ATAQUE, ANTE SEMEJANTE PLANTEL!! No. No hay por qué hacerlo, aunque te tilden de “amarrete”. Ésto es fútbol. Así de maravilloso. Plagado de imponderables, porque Fernando Torres, ingresó por un Drogbá lesionado y a los 91 con todo Barcelona lanzado en ataque pugnando por el “salvador” 3 – 1, cobró el 2- 2, con un Torres, como en el “campito”, esperando como “colchonero”, solo, pero, claro, en el medio de su campo, para evoitar el off side, con una notable frialdad, corrió pelota al pié, aguantó al asaldia de Valdéz, lo eludió y con el arco vacío, tocó al gol, cuando a “diez cuadras”, volviá el resto.

Además del penal al horizontal, otro tiro de Messi, rebotó en un caño del arco del Chelsea. Excpetuando la irresponsabilidad de Terryy ( un rodillazo con la pelota lejos de la acción, a la altura de la cintura de Alexis Sánchez) dejando a sus cimpañeros con uno menos, y 0 -1 el conjunto visitante NO PEGÓ UNA PATADA más ó menos que su rival.

Digno.. Indiscutido. Sin achaques al árbitro. No hay excusas para el Barcelona , sus fans en el mundo, que “Mirar” a Messi. Acaso Lio, se haga cargo – sin sentido, obvio- de la derrota porque tuvo el 3 a 1 u estaríamos hablando de uan “recuperación” del Barca, y ahora, los extremistas, hablarán de “final de ciclo”. Una cosa tan exagerada, como la otra, no?

Justicia, por como se la “bancó el Chelsea. Suena a injusto para los que defienden solo el jogo bonito, olvidando la diferencia de “material”, y exagerando del toqueteo lateral, esperando solo la verticalidad de Messi. Hasta Mascherano, que es “ültimo” hombre, tomó la lanza, y salió a quemar, como quemó las naves, y se le “prendieron fuego”.

El periodista español Fran Villalobos en el Marca de España, escribió lo siguiente:

El Barça no podrá revalidar su título de campeón de Europa. Cayó ante un equipo inferior como el Chelsea, que se alió con la diosa fortuna para lograr un milagro. Estuvo eliminado pero remontó con uno menos de manera increíble e inesperada. Quienes se hayan visto el partido se estarán frotando los ojos. Pesadilla culé en una noche aciaga.

El Barça se armó de paciencia en la primera mitad para abrir el cerrojazo del Chelsea. Los ingleses se trajeron de Londres un autobús de dos plantas y lo aparacaron delante de la portería de Peter Cech. Pero acumular hombres en las próximidades del área no significa siempre defender bien. En el minuto 3, Messi se plantó solo ante el meta checo tras un pase de Alexis y la mandó al lateral de la red. Fue el primer aviso del argentino, que estuvo engatillado en el remate final. En el 19′, se topó con Cech tras una gran pared con Cesc. Guardiola no se podía creer que sus hombres estuviesen perdonando otra vez al Chelsea, un equipo con siete vidas. Su plan de supervivencia consistía en pelotazos de su portero en busca de Drogba para que el marfileño hiciese otro milago. Jugando así, a Mata le hubiese sido más fácil atrapar una liebre que el balón.

El partido se cobró dos víctimas en dos acciones fortuitas. Cahill se lesionó en el minuto 7 al escurrirse y abrirse de piernas, y tuvo que ser sustituído por Bosingwa. Y en el 16′, Valdés se llevó por delante a Piqué en una salida y la cabeza del central impactó con violencia en el césped. Intentó seguir, pero probablemente no sabía ni donde estaba tras semejante golpetazo. Alves, que se había quedado en el banquillo de inicio de forma sorprendente, ocupó su lugar en el 26′. Justo antes de marcharse Piqué la tuvo Drogba, que demostró que necesita muy poco para crear peligro.

Las prisas estaban a punto de llegar al Camp Nou cuando apareció Busquets para abrir la lata en el 35′. Alves cazó un rechace de un córner en la frontal, abrió a la izquierda para Cuenca y éste la cruzó al medio para que alguien la empujase. Se escurrió Alexis Sánchez y tuvo que terminar el El Barça aprovechó la tontería de Terry para hacer el segundo tras una buena jugada entre Alexis y Messi que culminó Iniesta entrando por la izquierda. El gol pareció sentenciar al Chelsea, pero los de Di Matteo son correosos como pocos. Cuando el primer tiempo agonizaba, apareció Lampard para poner un buen balón a Ramires por la derecha. El brasileño galopó con elegancia y la colocó en las redes con una vaselina de libro. Golazo del Chelsea y vuelta a empezar.

Tras la reanudación, el Barça siguió a lo suyo y tardó sólo tres minutos en conseguir un penalti a favor tras un derribo de Drogba a Cesc. Ya se sabe que cualquier delantero en área propia es también peligroso. Messi asumió la responsabilidad de tirarlo y falló. La pegó demasiado arriba y el balón se estrelló en el larguero para desazón del Camp Nou. El reloj siguió avanzando, con el Chelsea mirándolo todo el rato mientras rezaba el rosario entero. Alexis la tuvo de cabeza antes de que Drogba volviese a demostrar que la podía preparar en un momento. El marfileño se fue de Puyol y soltó un cañonazo desde el centro del campo que obligó a Valdés a estirarse. Es como un elefante, lento pero difícil de parar.

En el 58, Di Matteo hizo un favor a Mata sacándole del campo por Kalou. Para jugar así no es necesario contar con el asturiano, que se retiró al vestuario entre resignado y enfadado. Es como si a un violinista le das una pandereta para que toque. Seguro que Mata está deseando que llegue la Eurocopa para poder jugar al fútbol con España. Quedaba media hora y se buscaba héroe en el Camp Nou. Opositó al puesto Cuenca, pero le tapó bien Cech. El gorro le vino mejor que nunca para protegerse del asedio, roto solamente por Drogba. Es tan fiero el delantero africano que no le importó irse sólo a la guerra en cada jugada.

Forzó un córner que estuvo a punto de costarle un gol al Barça tras una mala salida de Valdés, un flan con guantes. Ivanovic cabeceó pero la mandó fuera. Después, un balón largo que buscaba el fino Ramires sembró el pánico de nuevo en el área. Quedaban veinte minutos y Múnich estaba cada vez más lejos. A falta de diez, con el Barça atascado, Drogba se jugó la segunda amarilla con una mano absurda. Di Matteo le cambió en el 80′ por Torres cuando al marfileño no le queda aire en sus pulmones.

Los de los

EL DIARIO DEPORTIVO “SPORT”, QUE SE ESCRIBE EN BARCELONA,

tituló “El fútbol castiga al Barcelona con la eliminación más injusta”,

y la pluma de Ricard López, entendió que “

Resulta difícil explicar cómo el Barça pudo tirar por la borda una eliminatoria en la que fue tan infinitamente mejor que su adversario. El Chelsea del Camp Nou fue igual que el de la ida en Stamford Bridge. Un equipo rácano, cobarde, mísero, ramplón. Impropio de una competición tan grande como esta. Su táctica ultraconservadora le llevó a defenderse con todos sus futbolistas dentro, o al borde, del área de Cech. Así, sin reparos. Es increíble cómo, haciendo tan poco, pudo marcar tres goles en 180 minutos. Y, para colmo del infortunio, los tres con el tiempo casi cumplido. El Barça se complicó la vida de mala manera después de haber remontado el 1-0 de la ida poniéndose 2-0 en el marcador. Pero, como ocurrió el sábado ante el Madrid, la alegría duró apenas un par de minutos. El Barça fue de regalo en regalo y le dio vida a un rival que estaba, literalmente, muerto.

Una afición de 10

Más que un partido de fútbol, fue como el thriller más descarnado. Porque hubo de todo: goles, lesionados, postes, expulsiones, un penalti fallado… y, por encima de todo, emoción. Emoción a raudales. La atmósfera del Camp Nou hacía presagiar una noche mágica, a pesar del mazazo sufrido en la Liga tres días antes en la Liga. Qué ambientazo. La afición empujó al equipo del minuto 1 al 90. Fue, y nunca mejor dicho, el jugador número 12. Pero no bastó.

Volvió Piqué… y Cuenca

Pep Guardiola apostó por sus ‘vacas sagradas’ para resolver la papeleta más complicada de la temporada. Entre ellas, Gerard Piqué, que recuperó la titularidad tras haberse perdido por decisión táctica los tres últimos encuentros. La única sorpresa fue la suplencia de Alves (no por mucho tiempo), que cedió su sitio a Cuenca para abrir el campo por la derecha.

Cech y Drogba aguantaron al Chelsea

Aunque parezca mentira, el guión fue idéntico al de hace una semana en Londres. El Chelsea renunció al balón. Y el Barça tocó y tocó. Atacó y atacó. Y falló una ocasión tras otra. ¿Qué hubiera pasado si, a las primeras de cambio, Messi la hubiera enviado dentro?. Pues que el resultado podía haber sido, fácilmente, 5-0. Pero no fue así. Por desgracia, y de forma incomprensible, casi paranormal, todo salió exactamente igual que una semana antes en Londres. En el 3′, Leo estrelló el balón en el lateral de la red, culminando una magnífica combinación con Alexis. Y en el 19′, otra vez. Cech, el mejor -junto a Drogba- de los ‘blues’, desbarató otro remate del ’10’ tras un buen pase de tacón de Cesc.

Y eso que al Chelsea se le torcieron las cosas, quedándose sin centrales antes del descanso. El primero en caer fue Cahill, sustituido por Bonsingwa en el 12′ al lesionarse en una mala caída. Más adelante se iría Terry, por expulsión. Entre medio, el Barça perdió Piqué. El 3 azulgrana dio el susto de la noche al quedarse conmocionado en un choque fortuito con Valdés. Su imagen en el suelo, sin sentido, puso el corazón en un puño a los culés. Pudo seguir en el campo, pero no aguantó. Guardiola lo cambió por Alves en el 25′.

A todo esto, Alexis, el mejor azulgrana, se partía la cara con todos los defensores ingleses moviéndose por todos los frentes de ataque. Su garra llevaba de cabeza a un Chelsea que no daba tres pases seguidos y que lo fiaba todo a los larguísimos saques de portería de Cech a Drogba. Renunciando por completo al juego. Tal cual. Y aún así, creaba peligro. Drogba sacaba petróleo de todos los ‘melones’ que le llegaban. En el 24′, no marcó de milagro en la primera ocasión ‘blue’.

El partido era, literalmente, un frontón. Y tanta insistencia obtuvo -¡por fin!- su merecido premio en el 35′. Alves inició un ataque asistiendo en profundidad para Cuenca, que centró desde la izquierda. Y Busquets, solo a puerta vacía, no perdonó (1-0).

El gol hizo perder los nervios al Chelsea. En especial a su capitán. Terry vio la roja directa en el 36′, por dar un rodillazo en la espalda a Alexis sin el balón en juego. Los ingleses se quedaban con diez. Y aún quedaba una hora por delante.

En el 42′, el fútbol hacía justicia. Iniesta, el héroe de Stamford Bridge, recibió un pase en profundidad de Messi. Y, solo ante Cech, le superó con un chut raso y ajustadísimo al poste (2-0, 42′).

La alegría no duró nada. Igual que ante el Madrid el sábado pasado, igual que hace una semana en Stamford Bridge, el Barça le dio vida a su rival cuando ya estaba muerto. A punto de llegarse al descanso, Lampard se sacó de la chistera una asistencia a Ramires. Y éste sorprendió a Valdés con una vaselina impecable (2-1, 45′). Parecía mentira. Pero así era.

De nada sirvió que el equipo se desviviera en la segunda mitad buscando el tercero una y otra vez, dejándose la piel y poniendo toda la carne en el asador. Por más que atacara, por más que lo hiciera todo, cuando la suerte da la espalda no hay nada que hacer. Porque fue tal cual. Ni siquiera de penalti pudieron de marcar los de Guardiola. En el 47′, el árbitro -a instancias de su asistente- señaló pena máxima por una clara zancadilla de Drogba a Cesc en el área. Messi lo envió al larguero.

Hubo ocasiones para batir al rival más mísero que se ha visto en tiempos. iniesta (46′), Alexis (53′), Cuenca (61′)… y así sucesivamente. Costaba encontrar huecos ante tan tupida y descarada muralla. Y, cuando los había, Cech lo paraba todo.

En el 81′, Alexis marcó, pero el tanto fue anulado por un fuera de juego más que dudoso de Alves al dar el pase previo. Y en el 82′, Messi estrelló un balón en el poste. El destino se empeñó en darle la espalda al Barça. No había nada que hacer. Y tan cruel y despiadado fue que, encima, le volvió a golpear en el descuento. Fernando Torres, que había entrado instantes antes por Drogba, sentenció marcando en una contra al adversario al que parece tenerle tomada la medida. 2-2 en el 92′ y el sueño se esfumaba. Increíble, cruel, injusto, pero cierto.