En revista un Caño por Fabiàn Mauri
Faltaban pocos días para el inicio del campeonato de 1947 y Adolfo Pedernera, una de las máximas estrellas del fútbol argentino de ese entonces, en conflicto con los dirigentes de River Plate, no llegaba a un acuerdo para arreglar su contrato con
el club en el que se había formado y del que era ídolo y motor desde hacía más de diez años.
La prensa registraba la novedad sin alarmarse: Lo de Adolfo se sabe que es una cuestión de pesos. Vistas las cosas desde afuera, parece que él se plantó en una cifra y el club en otra. No hay tira ni afloja. Pero…, si nos permiten, diremos cuál es nuestra impresión: Pedernera seguirá vistiendo la casaca millonaria. Lo conocemos bien y sabemos que es firme en sus decisiones. Sin embargo, para River es siempre un valor inestimable y para él no habrá otra plaza como ésta. (El Gráfico, 21 de Marzo de 1947)
Una semana después, el modesto Atlanta, dispuesto a revolucionar el mercado del fútbol, adquiría el pase de Pedernera por la suma récord de 140.000 pesos. Al jugador le correspondía el 20% de esa cifra: 28.000. Un sueldo de 3.000 y 150 por punto. Calculando 30 puntos (mitad de tabla) sumaría unos 68.500 pesos en el año. ¿Qué hacés, Rothschild? lo recibían sus nuevos compañeros bohemios cuando Pedernera llegaba al entrenamiento.
Debutó en su nuevo club en un partido amistoso frente a Independiente jugado en la cancha de Ferro, llena hasta la bandera y con gente afuera. Pedernera no defraudó, jugó como en River, pero… sin River: Independiente fue superior y se impuso a Atlanta por 5 a 2.
Oficialmente, Pedernera inició su nueva vida en su vieja casa: para la primera fecha del campeonato de 1947, Atlanta, previendo gran asistencia, resignó su localía y enfrentó a Racing en cancha de River. Ante la algarabía y la ilusión de su hinchada, los Bohemios se impusieron 2 a 1 con dos goles del insider Juan Burgueño, que esa tarde se entendió muy bien con Pedernera.
Atlanta no volvería a ganar hasta la fecha 14 en la que superaría a Banfield por 3 a 0. En todo el torneo obtendría sólo cuatro victorias y caería varias veces por goleada: 0-8 frente a River; 0-4 frente a Huracán; 0-5 ante Newells, todos en la primera rueda. En la segunda rueda, 0-7 ante San Lorenzo y 2-5 frente a Estudiantes. El clásico ante Chacarita lo perdería en San Martín y en Villa Crespo por el mismo desastroso resultado: 0-4.
Adolfo Pedernera jugó veintiocho de los treinta partidos del campeonato, marcando cuatro goles.
Atlanta, con tan sólo cuatro victorias y diez empates (18 puntos) descendió a segunda división por primera vez en el profesionalismo.
En la última fecha, cuando todavía aspiraba a salvarse, cayó en Villa Crespo frente a River, ya consagrado campeón, por la mínima diferencia. El gol que lo mandó al descenso lo marcó el jugador que había reemplazado a Pedernera en el centro del ataque riverplatense: un tal Alfredo Di Stéfano, que resultó el goleador del campeonato.