Bolivia que ganaba 3 a 0 a Ecuador, terminó venciendo, pero 3 a 2 en un vibrante encuentro de fútbol, ya que, con el cotejo ya a un solo gol, los ecuatorianos tubieron a favor dos remates en el horizontal del arco rival, y un par de grandes atajadas del golero boliviano.

En el último turno, un 3 a 3 impactante, entre el anfitrión, Chile  y México ( foto La Tercera de Chile)

Las crónicas señalan que

El seleccionado de fútbol de Bolivia, con un gran primer tiempo, sorprendió al vencer hoy a su par de Ecuador por 3-2 en el estadio Elías Figueroa Brander de Valparaíso, en un partido por la segunda fecha del Grupo A, y dio un paso importante para avanzar a los cuartos de final de la Copa América de fútbol Chile 2015.

Los goles del conjunto que conduce Mauricio Soria los convirtieron Ronald Raldes, Martín Smedberg y Marcelo Moreno Martins, de tiro penal, a los 5, 18 y 43 minutos del primer tiempo, respectivamente; mientras que Enner Valencia y Miller Bolaños, a los 2 y 36 del segundo, sucesivamente, descontaron para el equipo ecuatoriano.
Además el arquero boliviano Romel Quiñónez, la gran figura de la cancha, le atajó un tiro penal Valencia, a los 38 minutos de la etapa inicial.
Bolivia, con la victoria (la primera en los últimos 18 años), mantuvo el invicto y llegó a 4 unidades; en tanto que Ecuador, con la derrota (la segunda en el torneo), sigue sin sumar puntos y puso en riesgo su clasificación a los cuartos de final.
Los primeros 45 minutos mostraron a Bolivia como claro dominador, con solidez en el fondo y con una eficacia notable en ataque.
El 4-4-2 al que apostó el director técnico Mauricio Soria más el gol “tempranero” de Raldes (ex Rosario Central y Colón de Santa Fe), a los 5 minutos, le simplificaron el trabajo al equipo boliviano.
A partir de éso, Bolivia mostró buen manejo de la pelota en la mitad de la cancha y profundidad en la ofensiva y, fruto de éso, llegó el 2-0 de Smedberg, a los 18 minutos.
Ecuador, con un 4-4-2, fue un desastre en defensa, pero con el 0-2 empezó a atacar a Bolivia y dispuso de sus chances de riesgo para llegar al descuento. La más clara fue el penal que Romel Quiñonez, a puro reflejo, le atajó a Valencia, a los 38 minutos.
El disparo de los doce pasos fue ejecutado en dos ocasiones, en la primera Valencia había vencido a Quiñonez, pero el juez salvadoreño Joel Aguilar lo hizo repetir por invasión de varios jugadores ecuatorianos. La segunda ejecución tuvo al arquero boliviano como protagonista de la acción, al contener el remate.
Bolivia, que a esa altura perdió la solidez defensiva, no así su vocación ofensiva, aumentó la ventaja, a los 43 minutos, con un penal de Moreno Martins.
El entrenador de Ecuador, el argentino Gustavo Quinteros, movió piezas en el entretiempo con los ingresos de Alex Ibarra por Pedro Quiñonez y Juan Cazares (enganche de Banfield) por Fidel Martínez y rápidamente descontó con el gol de Valencia, a los 2 minutos.
El 1-3 motivó al conjunto ecuatoriano, que profundizó cada vez más sus ataques, y llenó de nervios a Bolivia, que reiteró las fallas en defensa de los últimos minutos del período inicial.
Entonces, el partido entró en un desorden absoluto, Bolivia se replegó con todos sus jugadores en su propio campo y prácticamente no dio dos pases seguidos, y Ecuador se volcó con todos sus futbolistas en ataque, aunque solo Cazares mostró criterio y algo de claridad en los metros finales.
Dentro de ese contexto, el arquero boliviano Romel Quiñonez se convirtió en figura, ya que tuvo varias buenas intervenciones.
Sin embargo, sobre los 36 minutos, apareció Miller Bolaños y, con un remate tremendo desde afuera del área, estableció el 2-3.
Para el final quedaron un disparo de Christian Noboa que se estrelló en el travesaño (38m.) y otro de Cazares que desvió Quiñonez (41m.), las últimas dos chances de Ecuador, y nada más.
Así Bolivia festejó su primer triunfo -con olor a clasificación- en la Copa América, algo que no sucedía desde 1997, cuando fueron el país anfitrión y perdieron la final ante Brasil por 3-1.
EL DIARIO LA TERCERA DE CHILE TITULÓ:  “L A ROJA TROPIEZA ANTE MÉXICO Y DEJA DUDAS EN EL ESTADIO NACIONAL”

Sampaoli juega a ser un iluminado del fútbol y todo Chile sufre. Se cree Albert Einstein o Cristóbal Colón, pero sólo es un entrenador, cuya tarea es darle claridad a 11 deportistas que siguen sus ideas desde el campo. Es cierto, suena fácil, pero no lo es. Entonces, ¿Para qué crearse más problemas de los que ya ofrece ser local en una Copa América? Sólo el seleccionador nacional puede responder eso.

Lo cierto es que el primer tiempo de la Roja fue de lo peor que se ha visto en la era del casildense al mando del equipo. Pero en esta pasada, la culpa no es de los futbolistas, sino de quien los reparte sobre la cancha. ¿Eduardo Vargas como extremo izquierdo? ¿Con la obligación de cubrir las subidas de Flores y de llegar a los cruces desde la derecha? Una locura, que sólo Sampaoli se atrevió a plantear en Ñuñoa.

Y Chile lo pagó caro, con dos goles aztecas en la primera mitad, que tuvieron su génesis en el mal cierre del delantero (sí, es el delantero y goleador de este proceso) por la izquierda. La primera jugada terminó con un pivoteo sin marca para que Vuoso anote el 1-0 (21’). El segundo, con un cabezazo que Bravo salvó providencialmente y que terminó en un tiro de esquina, que después derivó en el segundo tanto de la visita, obra de Jiménez (29’).

A los 22’, Arturo Vidal había conseguido el 1-1 y ponía algo de calma en el estadio. El 2-1 mexicano, sin embargo, le hizo reconocer su error al DT nacional. Pero lo corrigió con otra tontera, mandando a Alexis Sánchez a jugar de carrilero y a Vargas en su ambiente natural. Y fue Edu, con otro cabezazo, el que le regaló a Chile un paridad que no merecía, a los 42’.

El descanso obligaba a reordenar todo en la Selección. Por suerte para los nacionales, ese cambio se produjo. Y no era tan difícil la movida: con los mismo intérpretes, pero en sus posiciones más lógicas. Una línea de cuatro en el fondo; Vidal, Díaz y Aránguiz en el medio; Valdivia como enganche; y Alexis con Vargas en ataque. Simple, normal, tradicional y, lo más importante, efectivo. La Roja mejoró y encontró mejor ritmo, así llegó la ventaja, con un penal servido por Vidal. Una anotación histórica, el número 1000 en los libros de la escuadra nacional.

El problema es que el festejo duró poco, porque Vuoso se escapó solo y definió ante la lenta salida de Bravo. Claramente, la noche del combinado criollo estaba hecha para el sufrimiento local. El desperdicio de los primeros 45 minutos seguía en la mente de todos. Un tiempo regalado es demasiada ventaja.

Al cierre, Sampaoli intentó salvar su noche de confusión con el ingreso de Pinilla. Antes, le habían anulado un gol legítimo a Sánchez. Ya era tarde, el empate estaba sellado. Que le quede dando vueltas a Sampaoli, que lo revise una y otra vez. Que lo sufra el doble, para que no vuelva a jugar con la Selección y con el deseo de un país. Bolivia, el siguiente rival, ya demostró que no es un equipo para que la banca nacional vuelva a sus experimentos sin sentido. Si Chile quiere llegar a la final, es clave ganar el Grupo A.