20 años después. Francia vuelve a gritar Campeones del Mundo. En realidad, campeones del MUNDIAL RUSIA 2018 . Porque así es el sistema de juego. No es el “Mejor” del mundo, pero sí, el mejor del Mundial. Derrotó en la final a Croacia por 4 a 2, en un gran partido del vencedor y en una emocionante entrega anímica y física de los croatas que hablan de la dignidad del rival.

Fue la primera final  en 44 años (Alemania 74) con tres goles en el primer tiempo,

Croacia, que anotó a través de Ivan Perisic y Mario Mandzukic, cumplió la mejor campaña de su historia, pero no pudo superar la solidez francesa, que antepuso el pragmatismo al lirismo, lo que no le quitó contundencia. La de hoy fue la segunda final con más goles en la historia de los Mundiales, junto a  las de Uruguay 30, Francia 38 e Inglaterra 66. Sólo en Suecia 58, con el 5-2 de Brasil sobre Suecia, se movieron más veces las redes.

El diario deportivo Lequipe, tituló, sugestivamente ” JUNTOS PARA SIEMPRE” con la imagen de festejo de dos jugadores franceses descendientes de africanos, como Mbappé y ¨Pogba

 

El diario El País de España, bajo la firma de JOSÉ SÁMANO

Otra Francia mestiza como la de 1998

Venció Francia, que fue lo único que hizo en la gran final: ganar. La gloria, para Croacia, que hizo todo lo contrario a su adversario, jugar hasta que acabó reventada por el infortunio arbitral y un par de relámpagos de Mbappé en el segundo tiempo. Los éxitos no siempre son hijos del mejor fútbol, si se tiene por tal quien más amenaza en el área rival, quien mejor transita con la pelota y quien más bloquea el rancho de su portería. En todo fue superior la milagrosa selección croata durante gran parte del reto. Solo vencida tras las casualidades que le hicieron ir a rebufo de la bicampeona Francia.

. Y de nuevo como un himno a la integración. Croacia, con el corazón por bandera, quedó para la eternidad en el olimpo del fútbol. Hay subcampeones tan célebres como inolvidables. Aquella Hungría de Ferenc Puskas de 1954, aquella Holanda de Johan Cruyff de 1974. Y esta Croacia de Modric —etiquetado con justicia como mejor jugador del torneo—. Un cuadro balcánico llegado a la final de Moscú tras alistarse a última hora en una repesca con Grecia, pasar por tres prórrogas y dos tandas de penaltis. Marciano para un equipo con un caladero limitado a cuatro millones de habitantes. Croacia, ante una proeza tan alpina con unos reclutas con una edad media tres años superior a la de los franceses. Con todo, nadie disputó más minutos y rodó tantos kilómetros como estos croatas decididos a proclamar la heroicidad del débil.

 

La final no fue una excepción. Francia, que por algo no alistó a Rabiot y Payet, irrumpió en territorio ruso dispuesta a imponer su exuberancia atlética. Así fue de principio a fin. Con Griezmann como violinista, en esta selección predominaron las trompetas de un grupo de muy notables boinas verdes. De paso, el equipo de Didier Deschamps —tercero en ganar la Copa como jugador y entrenador tras Franz Beckenbauer y Mario Zagallo— explotó como nadie la pauta del torneo: seis de sus últimos nueve goles en Rusia se originaron con el balón detenido.

Contra el modelo francés nadie se rebeló más que Croacia, donde la pelota no para a pies de Modric y Rakitic. El sentido gregario le permitió competir como nadie hasta que notó una sacudida tremenda. Al cumplirse la hora, la realidad era la escoria de su ilusión. El fútbol tiene guiños inexplicables. Al descanso, no habría francés o croata capaz de argumentar la ventaja gala.
Francia ganaba a partir de la nada. Despegó con un gol en casa propia de Mandzukic —el primero en una final certificado de esa forma— tras una falta que se sacó Griezmann de la chistera. Un gol inopinado para un equipo encogido en su campo para hacer valer su hercúleo pelotón: Varane, Umtiti, Pogba, Kanté, Matuidi… Lo mismo le dio tener fuera de foco a Griezmann y Mbappé. El pelotazo no desordena, así que lo primero la manta en el entrecejo. Paradójico y relevante de lo que es esta Francia: por sus pies ha pasado el único 0-0 del Mundial (contra Dinamarca).

 

ZLATKO DALIC

Croacia, bien gobernada por Modric, tan cenital que le cabe un campo de fútbol en las botas, y el poliédrico Rakitic, daba vuelo a Rebic y Perisic por los costados. Mientras, sus centrales tenían bajo arresto a los puntas franceses, tan enchironados por la zaga rival como por el desapego de sus camaradas por dar cualquier paso al frente. Por fútbol, empeño y constancia, Perisic selló el empate tras unos cuantos rebotes croatas en la fortaleza de Lloris. El jugador del Inter maniobró de maravilla ante ese extraordinario centurión que es Kanté y anotó. Por cuarta vez, Croacia logró enmendar una derrota inicial.

No había ni migas del ataque galo, siquiera un par de pases entre sus reclutas, cuando Griezmann lanzó un córner. La pelota superó a Matuidi, pero dio, más bien por azar, en la mano izquierda de Perisic. De repente, el VAR, que no se activaba desde octavos, se puso en on. Porque sí. La acción, interpretable, desapercibida para el colegiado, en ningún caso era un “error clamoroso” del árbitro. Los jueces se hicieron los lonchas sobre el espíritu del VAR y el argentino Néstor Fabián Pitana echó un vistazo y otro vistazo hasta que condenó al equipo balcánico. Griezmann no falló.

De azote en azote, Croacia aún tuvo impulso en el primer tramo tras la tregua entre actos. Quizá no supiera que desde Uruguay contra Argentina en 1930, nadie había logrado remontar un resultado adverso al intermedio de una final. Pero a Croacia le ha movido una sobredosis de fe. Hasta que Mbappé, encorsetado por Deschamps en una banda en favor del ariete de hormigón que es Giroud, cogió pista. El parisino, de 19 años, el tercero más joven en disputar una final tras Pelé (Suecia 1958) y Bergomi (España 1982), pidió paso y metió el turbo. Primero, este Ronaldo en superpotencia (Nazario, no Cristiano), sacó la cadena a Vida y casi marca. Luego, se lanzó hacia un horizonte imposible y originó el gol de Pogba. Al 4-1 se apuntó él mismo. Ya solo hubo carrete para una pifia descomunal de Lloris en el 4-2 de Mandzukic. Bingo galo, honores para Croacia. Broche para un Mundial que merece el reconocimiento a Rusia por su buen orden y hospitalidad.

 

EL DIARIO L’HUMANITE publicó el siguiente arículo

Engañados por croatas tan brillantes como desafortunados, el equipo masculino francés conquista su segundo título mundial con dos golpes de suerte y su implacable realismo (4-2). Se abre un futuro prometedor para esta joven selección.

Al principio hubo un suspiro, anhelo, jadeando por el silbido final. Un tiempo suspendido, mientras los reemplazos franceses comenzaban su furiosa cabalgata hacia los azules levantando sus brazos hacia el cielo. Solo entonces, vinieron dos mil quinientos kilómetros del estadio moscovita de Luzhniki, la explosión de alegría que experimentan ahora los menores de 20 años. Los gritos y Klaxon en Francia abrazaron una tarde para durar este lunes y probablemente hasta mañana.

Veinte años después de la coronación de 1998 en casa, el equipo francés completó su campaña en Moscú al elevar la Copa del Mundo a costa de los valientes croatas a la ciencia del juego sin igual, pero fue dejada de lado por sus estrellas de la suerte. para subir el último paso. Con un máximo de éxito / realismo / asno alineado con fideos (marque la casilla de la derecha), los azules suben un rango y se encuentran con una segunda estrella en su camiseta, junto con Argentina y Uruguay, dos selecciones que, irónicamente, han superado en rondas anteriores.

LA ECLOSIÓN DE ESTA NUEVA GENERACIÓN LLAMADA A GOBERNAR

Este éxito dibuja una especie de consistencia del fútbol francés en el nivel más alto (final de Mondial en 1998, 2006 y 2018, final en la Eurocopa 2016), que la historia del autobús de Knysna en 2010 nos había enmascarado. Da una idea de los mañanas que cantan con el florecimiento de esta nueva generación llamada a reinar. Y él sube a la cima del panteón Didier Deschamps. El que nunca podemos llamar “el Desch” se convirtió en el equivalente del brasileño Mario Zagallo y el alemán Franz Beckenbauer, hasta entonces los únicos dos campeones mundiales como jugadores y criadores.

No es coincidencia que los franceses hayan dolido a los croatas. Como el fútbol es una cuestión de estadística, el joven equipo francés se enfrentó a uno de los más experimentados (671 selecciones). Como el balón es una cuestión de líder masculino, los croatas tuvieron uno con Zlatko Dalic, tipo de Deschamps capaz de volverse fuerte para lograr una amalgama de talentos increíbles que cuestionan el pedigrí, no tienen nada envidiar a sus oponentes del día. Y como el fútbol se trata de talento, los de Modric, Perisic, Mandzukic y Rakitic lo han vuelto a hacer maravillas.

Totalmente libre de riesgos: “sal, juega tu fútbol, ??no te sientas inhibido”. “, Instó a su entrenador Dalic – el grupo a cuadros tomó la garganta francesa de la patada de salida. El balón ha pegado a los pies de las dos terceras partes de la primera época, que hicieron bailar las escaleras opuestas bloque defensivo disparos de repetición a menudo de su gran ciclomotor Modric y jugando con dolorosos reveses Mandzukic en el punto apoyo. Podrían haber puesto dos o tres en la parte inferior de las redes. Ponen dos. Pero el primero en su propio gol: un tiro libre de Griezmann en la cabeza de … Mandzukic, que anota contra su lado (1-0, 17). El segundo, sin embargo, encuentra el objetivo correcto. En un enésimo centro mal despejado, el pie derecho y el pie izquierdo de Perisic (1-1, 27) sumerge a los Blues en la lavadora que mantienen su cabeza fuera del agua solo gracias a un nuevo golpe del hechizo. La mano de Perisic en su superficie, en una esquina de Griezmann, ofrece una penalización al mismo Griezmann (2-1, 39).

Y LOS JÓVENES HAN MORDIDO EL GANCHO DEL COLECTIVO

Cuando vuelven los limones, los croatas continúan cocinando. Pero está al borde de la ruptura que el equipo de Francia ha encontrado una vez más su salvación. Y como cada vez en esta competencia, el éxito ha gratificado a varios Blues. Primero Pogba, en el origen de un contador que recupera 70 metros más para enviarlo a las redes de Subasic. Cinco minutos después, Mbappé completó el trabajo de un ataque malicioso en la entrada de la superficie croata. El cagade Lloris (4-3, 70) da un poco de vapor en el Cocotte-Minute. Pero el caso está hecho.

Para ganarlos, las finales siempre piden alma extra. Los croatas tenían los suyos. Lovren, Modric, Corluka y Rakitic, niños, experimentaron el éxodo y el destino de los refugiados durante la guerra en Yugoslavia. Pero los Blues también tuvieron su pequeño extra. Nada que ver con los grandes libros de historia. Cada cuatro años, la Copa del Mundo ofrece un viaje a un mundo diferente para una reunión del tercer tipo. Tres semanas, más otras tres renovables en un simili-palacio con tierras atrincheradas, y los veintitrés compañeros de equipo como único horizonte insuperable. Desde esta cámara donde el infierno puede provenir rápidamente de otros, los Blues han creado una especie de tema de colonia: partidos de fútbol y trabajo en equipo. El mantra de GO Deschamps ha hecho maravillas: “Serenidad, confianza y concentración. Los Lloris, Varane, Pogba, Matuidi y Griezmann, la final de la Eurocopa 2016 todavía en la cruz, se han convertido en líderes masculinos. Y los niños han mordido el gancho del colectivo.

De la victoria de ayer nació una nueva mitología deportiva. El frotamiento previo al partido del bigote de Rami por Griezmann reemplazó el beso de White en el cráneo de Barthez. Deschamps ha ampliado los pasos que dejó Aimé Jacquet. El “Griezou” extingue el “Zizou”. Y las secuencias de Mbappé hacen pasar la leyenda azul de los archivos de la INA a los videos de YouTube. Con esta segunda estrella, el 14 de julio del fútbol francés ya no tiene un 12, sino un 15.

“Los jugadores están en la cima del mundo durante cuatro años”

Didier Deschamps (en TF1): “Es tan hermoso, especialmente para los jugadores. No hicimos un gran juego, pero mostramos muchas cualidades mentales. Ahora están en el techo del mundo durante cuatro años. Es la coronación suprema, es maravilloso. “

Antoine Griezmann (en TF1): ” ?Ahí, no sé dónde estoy, pero estoy muy feliz. Regresamos tímidamente en este juego, pero poco a poco, lo dejamos ir. (En mi penalización), dudé en hacer la panenka de Zidane, pero finalmente, preferí abrir el pie. “

Édouard Philippe (en Twitter): ” ?¡Campeones del mundo! Qué juego ! ¡Qué mundo! Qué equipo ! ¡Haces el orgullo de tu país! “

Pierre Laurent (en Twitter): “¡La segunda estrella de Francia! ¡Qué felicidad para este equipo y su entrenador! Bravo, Bravo! “