(De la Redacción de DOBLE AMARILLA. POR FERNANDO CZYZ
) El impacto de la devaluación y la crisis económica empieza a consolidarse como una preocupación en las tesorerías de los clubes porque al escenario de la baja en la venta de entradas, renovación de abonos y canchas con menos gente de las primeras cuatro fechas de Superliga hay que sumarle una morosidad en aumento en el pago de la cuota social.
El cocktail económico genera una fuerte caída en el poder adquisitivo. En las últimas semana los salarios sufieron una fuerte merma producto de la brusca devaluación y de una aceleración de la inflación que en agosto tocaría 4%. y que, según las estimaciones de mercado hechas por el Banco Central, en 2018 alcanzará el 40%. Este combo ya impacta en el fútbol y amenaza con pegar aún más fuerte en lo que resta del año ya que, ante un panorama de un último cuatrimestre cargado de subas en la canasta básica de alimentos, nafta, tarifas de luz y gas, lo primero que suele recortarse son los gastos de exparcimiento como el “ir a la cancha”.
Esta alerta roja en las proyecciones económicas no distingue chicos ni grandes y preocupa a todos los clubes al punto que ya fue tema de debate tanto en la sede de la Superliga en Puerto Madero como en la Casa de la AFA en Viamonte.
En Boca y River, donde la Bombonera y el Monumental tiene un altísimo nivel de abono en sus plateas, hubo una mayor disponibilidad en la previa de la Superliga para adquirir un lugar para la temporada.
“En las últimas tres temporadas era imposible que alguien dejara su lugar porque sabía que no lo recuperaría nunca más. En la previa de esta Superliga hubo mayor disponibilidad aunque con la cantidad de gente que tenemos en lista de espera se volvió a completar la Bombonera con abonos”, le explicaron a Doble Amarilla desde el Departamento de Socios de Boca.
Desde Núñez también coincidieron con la diferencia de esta temporada con las anteriores y advirtieron un “incipiente retraso en el pago de la cuota social” en los últimos dos meses, que podría profundizarse en lo que resta del año.
“Tenemos que acompañar al hincha de River en este momento económico difícil. Esa es la línea de un club que vive por y para sus socios”, aclararon desde las oficinas de conducción del equipo de Núñez.
En este sentido, por ejemplo Eduardo Spinosa, presidente de Banfield, señaló en diálogo con Doble Amarilla: “Lo que está impactando es la recesión y el momento macroeconómico porque se está cortando la cadena de pago, la gente paga menos la cuota y van mucho menos a la cancha. Se venden menos entradas, menos palcos y menos abonos”.
En esa misma línea, el tesorero de Lanús, Ezequiel Naruc, agregó ante la consulta de Doble Amarilla: “Tenemos casi 24 mil socios activos con una cuota social que consideramos baja. Nuestro porcentaje de mora ronda los $3.600.000 anuales, que es bajo pero con una pendiente que tiende a ser creciente. En agosto tuvimos un atraso por encima de la media proyectada. Y tuvimos abonados en un número menor que en otras temporadas”.
Por su parte, Gerardo Marzola, tesorero de Gimnasia, sentenció en diálogo con Doble Amarilla: “La mora fue durante el receso del fútbol, llegó al 30% y cuando comenzó el campeonato se regularizó a niveles normales. Nosotros tenemos un equipo de cuatro personas en socios que llaman constantemente a los morosos, ya llevan 1500 socios recuperados y a los que tienen más de tres cuotas de atraso se les hace un plan”.
Con respecto a las plazas del interior hay una preocupación por la proyección de la venta de entradas en la Superliga, tanto en Tucumán como en Córdoba, Rosario, Santa Fe y Mendoza. Al respecto, el presidente de Atlético Tucumán, Mario Leito a la salida de la última reunión de Superliga donde se debatió el aumento de las entradas manifestó: “Hay que tener mucha precaución con el bolsillo de los hinchas porque está en un momento delicado”.
El hincha es el corazón del fútbol argentino y los clubes se preocupan para que los latidos sigan manteniendo un ritmo constante pese a los embates de la inflación y la crisis.