Colombia no registró un solo remate al arco, en partido por cuartos de final. Resulta increíble pero cierto. Argentina tuvo más de 6 situaciones claras, yu nuevamente falló en la definición, Los caños de los arcos devolvieron 3 remates, la tribuna diría “no quiso entrar”.  El árbitro mexicano dejó pegar sin esgrimir tarjetas, fundamentalmente contra los colombianos, que impensadamente terminaron con los 11 en cancha.

Fueron a la definición desde el punto penal. La justicia – si es que en el fútbol la hay- se logró desde los doce pasos. Solo fallaron un tiro. Los colombianos a las nubes. El último de los cafeteros, casi lo atajó Sergio Romero. y Biglia….afueraaa… junto a la base del caño izquierdo de Ospina… lo mató la responsabilidad. De ahi en más era 1 y 1 .. Zuñiga con el sexto: atajó Romeroooo ( adelantado un metro!!) …. y  Marcos Rojo…fuertisimo, rozó el travesaño y se fue afuera…..!!  Murillo para los cafeteros: por sobre el horizontal al menos 5 metros!!  UY Tévez, con confianza, autoridasd, determinación,  la colocó al medio del arco y desató la locura dentro y fuera del campo de juego en Viña del Mar…

entrenador argentino, Gerardo Martino, celebró hoy el “partido maravilloso” que hicieron sus dirigidos y enfatizó que “hubiese sido muy injusto” una eliminación.

“Han jugado un partido maravilloso, hubiese sido muy injusto que nos hubiéramos tenido que ir mañana”, sostuvo Martino tras el encuentro que tuvo amplio dominio argentino y recién pudo cerrar en la definición por penales.

Sin dudar, el rosarino dijo que fue “el mejor partido” de la Argentina, con “control durante los 90 minutos y la recuperación, con regresos buenos y marcaje excelente, solo la falta de definición”.

Sin embargo esta vez dudo en evaluar si la falta de definición fue tan profunda o fue por la gran tarea del arquero David Ospina, a quien destacó como la figura del partido.

Martino admitió que hizo una arenga especial antes de los penales y el agradecimiento al plantel.

“Les dije que lo ibamos a ganar en los penales, no le podía decir que lo ibamos a perder. Pero quería decirle ahí lo que no le hubiera podido decir en el vestuario si hubiéramos perdido. Además tenía ganas de decírselos porque habían hecho un partido bárbaro”, sostuvo.

Y agregó: “no se si hubiese sido la peor injusticia pero no me puedo imaginar que hoy esté hablando habiendo perdido”.

Martino ni se puso a pensar en el rival, y según dijo recién mañana se pondrá a ver el partido entre Brasil y Paraguay, el único hasta ahora que le pudo sacar un empate.

Martino, Tevez y la historia de los penales

El entrenador Gerardo Martino confió hoy que no puso a Carlos Tevez en la lista de cinco pateadores en los penales para no presionarlo ante su error que había dejado a Argentina fuera de la Copa América.

“No puse a Tevez en la lista porque la última vez el error lo tuvo el, pero dimos tantas vuelta con los penales, se hizo tan larga que llegamos a él. Imaginate los titulares. Por suerte son de revancha”, dijo Martino en la conferencia de prensa posterior al partido.
Insistió que fue “una injusticia haber llegado a los penales”.

Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo; Lucas Biglia, Javier Mascherano, Javier Pastore; Lionel Messi, Sergio Agüero y Angel Di María. Director técnico: Gerardo Martino.

Colombia: David Ospina; Camilo Zúñiga, Cristian Zapata, Jeison Murillo, Santiago Arias; Alexander Mejía, Víctor Ibarbo; Juan Cuadrado, James Rodríguez; Teófilo Gutiérrez y Jackson Martínez. Director técnico: Néstor Pekerman.

Definición por penales: Para Colombia anotaron Rodríguez, Falcao, Cuadrado y Cardona, y malograron sus chances Muriel, Zúñiga y Murillo. Asimismo, para Argentina convirtieron Messi, Garay, Banega, Lavezzi y Tévez, en tanto no pudieron aprovechar sus oportunidades Biglia y Rojo.

Cambios: En el primer tiempo, a los 23 minutos, Edwin Cardona (C) por Gutiérrez. En el segundo tiempo, a los 27 minutos, Carlos Tévez (A) por Agüero; a los 28, Radamel Falcao (C) por Martínez; a los 31, Ever Banega (A) por Pastore; a los 40, Luis Muriel (C) por Ibarbo; y a los 41, Ezequiel Lavezzi (A) por Di María.

Arbitro: Roberto García, de México.

Estadio: Sausalito, de Viña del Mar.

Un buen ejercicio: leer lo que dicen los colombianos, por ejemplos: Aquí el periodista Aritz Gabilondo:

Una tanda dramática de penaltis, con fallos de Muriel, Biglia, Zúñiga, Rojo y el definitivo de Murillo, que mandó el balón a las nubes como tantos otros, dio el pase a Argentina en un duelo lleno de pasión, de sufrimiento, de esa aureola que rodea al fútbol y lo hace tan especial, tan único, tan incomparable. Argentina está dentro, Colombia fuera, y ése es el análisis más justo para un choque de gigantes que demostró que los argentinos a día de hoy tienen más, aunque debieran apoyarse en la fortuna de los penaltis para constatarlo.

El dominio argentino durante el partido fue absoluto. La estrategia de Pékerman, lo ideado antes del partido, lo pensado con tiempo para reflexionar, no funcionó. El marcaje al hombre de Arias sobre Messi y la presencia de James en el mediocentro junto a Mejía desequilibró por completo a los colombianos. Cuando Messi se metió por dentro, Arias le siguió con diligencia y el agujero que se formó en su parcela tampoco lo ocupó con coberturas James. Un disparate.

La concentración en los centros al área era igualmente mejorable. Pastore pudo marcar así en un tiro que desvió Ospina y Agüero fue víctima de un penalti que el mexicano Roberto García no pitó. Sólo fue el principio de su nefasta actuación, una más de los árbitros en lo que va de Copa América. Pékerman, empapado hasta los huesos, quiso abrir el paraguas y frenar la tempestad. Retiró a un delantero, Teófilo, metió a un mediocentro, Cardona, y adelantó a Jamesal enganche. Especialmente duro de comprobar fue lo de James, ahogado en una posición más retrasada a la habitual que desnudó bastante sus carencias defensivas.

Argentina siguió mandando, con un Messi inteligente, sabedor que dejar su zona en la derecha y aparecer por dentro hacía polvo a los colombianos. De todas las muchas virtudes que se le atribuyen a Leo una de las menos ponderadas es la lectura de los partidos, cuando es un verdadero maestro de ello. En esa posición flotante, con Arias siguiéndole como un perro sabueso a riesgo de dejar libre su carril, Messi le sacó una amarilla a Mejía y después otra al propio Arias. Pronto se quedó Colombia sin la supuesta autoridad que ofrece marcar a Messi sin tarjetas encima.

Al igual que ocurrió frente a Brasil, los colombianos se dedicaron más a usar los colmillos que a simplemente mostrarlos. La intensidad que se necesita en el fútbol se tornó con demasiada frecuencia en su caso en virulencia, la muestra más irrefutable de que uno está sufriendo frente al otro. El único riesgo de Argentina en todo este embrollo era enfangarse en el barrizal que proponía Colombia y seguir fallando ocasiones, el gran debe de los de Martino en el torneo. De hecho, Ospinasacó primero a Agüero y luego a Messi dos balones a los que muy pocos porteros en el mundo son capaces de llegar. Fue una parada antológica, colosal, que además tuvo el aliciente de mantener en pie a su equipo cuando parecía imposible.

Pékerman quiso cortar la sangría y cambió a Arias de lateral, liberándole por fin de Messi. Zúñiga se plantó encima suyo, como pudo, pero lo que de verdad mejoró a Colombia fue la presencia de Cardona, futbolista díscolo pero temperamental, imprevisible pero caliente. Necesitaba esa temperatura el conjunto colombiano, que también se vio favorecido por el empuje moral que da estar dentro del encuentro después de lo que había soportado. Ya ni los fantásticos zigzagueos de Messi parecían hacerle daño, pese a que persistieron, incansables, como el mejor jugador del mundo que es.

A Argentina también le agarrotó el paso de los minutos, las pequeñas decisiones del árbitro, las señales que mandaba el partido de que se dirimiría en los penaltis. Eso siempre perjudica al que en el tiempo reglamentario mandó. Se hizo aún más manifiesto ese sentir cuando los de Martino se toparon por dos veces con el palo, ya casi al final. Banega chocó con el larguero y Otamendicon el poste, con una nueva intervención milagrosa de Ospina de por medio. Hasta en el último suspiro apareció el portero del Arsenal con una salida anteTévez que sacó Murillo casi en la línea cuando la pelota ya entraba. Lo del central colombiano fue para enmarcar, uno de esos encuentros que le sitúan ya sin discusión entre los mejores centrales del mundo. Pero el fútbol es así. En noche de penaltis, de héroes, de villanos, quien mandó a las nubes el lanzamiento decisivo, el que mantiene con vida a Argentina y manda a casa a Colombia, fue el propio Murillo. Tévez no falló en el último y decisivo. Destino de este deporte, que a veces, muy de tanto en cuanto, premia al que lo merece y castiga al que no.