El seleccionado argentino le dio una paliza a Islas Vírgenes (ya clasificado a Córdoba) en su última presentación en Bahía. Redivo goleador con 19.
La victoria de Canadá ante Venezuela en el primer turno 75-66 clasificó a Islas Vírgenes a la Final Four. Esta eventualidad le provocó clara relajación al equipo de Sam Mitchell, la cual se observó en los primeros minutos del juego. Argentina, en cambio, ingresó con una intensidad defensiva enorme y con un Brussino afiladísimo (clavó tres triples en fila), para alejarse 13-0 en apenas 2:15 de acción. Esta tendencia se acrecentó con el paso de los minutos y los de Hernández, especialmente Campazzo, empezaron a florearse. A priori era atrayente el duelo de bases entre Campazzo y Hodge, pero el isleño estuvo desenchufado y su equipo lo sufrió mucho. No hubo equivalencias desde temprano y al final del primer cuarto Argentina, que estaba en un ritmo superior, ya le ganaba 29-10 a Islas Vírgenes.
Los isleños estaban muy acelerados y eso se trasladó también al segundo cuarto, en donde volvieron a cometer errores no forzados. En Argentina salieron Campazzo, Gallizzi y Deck; con esas ausencias el nivel del equipo decayó un poco y permitió un mínimo atisbo de reacción: 5-1 para acercarse 30-15. En los siguientes minutos Argentina cayó en la irregularidad de Islas Vírgenes y empezó a cometer errores, pero sobre el final del parcial volvió a aparecer la efectividad (Lapro metió tres triples casi en fila) para cerrar el primer tiempo con un marcador 48-27 favorable. Una defensa 3-2 en zona les dio réditos a los de Hernández en el final.
El tercer período comenzó con un triple del local Lucio Redivo y con una gran defensa, para mandar el mensaje de que la intensidad se mantenía a pesar de la diferencia. El desarrollo era tranquilo hasta que una mala caída de Garino encendió las alarmas, pero se recuperó rápido de su dolor en el tobillo izquierdo para seguir en cancha. No corrió la misma suerte Gabriel Deck, quien momentos más tarde debió retirarse por un fuerte dolor en el tobillo derecho tras pisar mal. Sin dudas un lunar enorme que ennegrece una noche sensacional. Lo positivo radica en que la selección nunca se fue mentalmente del juego, sino que por el contrario siguió estirando la ventaja hasta el 83-44 con el que finalizó la primera mitad.
El último cuarto le sirvió a Hernández para rotar al equipo y hacer ingresar a aquellos que juegan menos minutos. El partido estaba definido hace rato y era un buen momento para tomar esa decisión y darle rodaje a los más chicos del plantel. El marcador final fue 104-58 y los jugadores más destacados del partido fueron Lucio Redivo (19 puntos), Nico Brussino (15 puntos), Pato Garino (13 unidades) y Facu Campazzo (10 tantos y 6 asistencias). Argentina mostró su mejor faceta en este nuevo proceso, sobre todo en la intensidad y consistencia defensiva, lo que deja muy buenas sensaciones para lo que se viene. Obviamente, la felicidad no es completa por lo que pasó con Deck, quien en primera instancias tiene un esguince de tobillo derecho y fue inmovilizado en la zona. Por lo pronto, ahora será el momento de pensar en México, el rival en semifinales y ya en Córdoba por la Final Four.
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