En los amistosos, el análisis de los entrenadores se hace respecto al rendimiento individual y colectivo de sus jugadores pensando en los objetivos importantes, los partidos por los puntos. Por eso, Mauricio Giganti se fue tranquilo de la cancha de River pese a las dos derrotas 2 a 0 ante Quilmes de AFA, porque Alvarado no sólo estuvo a la altura de un equipo de una categoría superior, sino que en casi todo el primer partido y en gran parte del segundo, fue el que manejó la pelota y el que tomó la iniciativa. Ahora, el jueves se mide con Instituto de Córdoba y, por la noche, viaja a Lincoln para enfrentar el viernes a Rivadavia por la ida de la fase eliminatoria de la Copa Argentina.
Mientras espera por la llegada del segundo y último refuerzo, el “torito” realizó su segundo amistoso de pretemporada, otra vez ante un rival que pone la vara alta, de una categoría superior, y lo hizo bien. Con dos equipos mixtos entre habituales titulares y suplentes, en primer turno se mostraron buenos 70 minutos (en dos tiempos de 35′) frente al equipo inicial del “cervecero”. A partir de Pablo Saucedo, la posesión de la pelota favoreció a los de Giganti que la movían de un lado a otro buscando llegar por las bandas y asistir a la dupla Albarracín – Susvielles. Esa vocación ofensiva, llevaba a dejar algunos espacios y ahí aprovecharon los de Sciaqua para inquietar a Matías Quinteros, que tuvo muy buenas intervenciones en la primera mitad.
En la segunda parte, la tónica fue la misma. Cocchi recuperaba y tocaba rápido para que Saucedo distribuya. La mejor ocasión estuvo en los pies de Wilson Albarracín que quedó mano a mano con Trípodi ingresando por izquierda, no se pudo perfilar bien y terminó rematando de derecha, al primer palo, errándole por poco. Y cuando menos lo esperaba, Quilmes sacó ventaja con un gol de otro partido. Max recuperó una pelota tres metros atrás de la medialuna, levantó la cabeza y sacó un disparo fantástico que superó la estirada de Rago y se “colgó” en el ángulo superior derecho. En el tramo final, el calor pasó factura, bajó la intensidad y el 2 a 0 definitivo llegó con un penal por inexistente mano de Martínez que Miguel Caneo canjeó por gol con un remate suave, a la izquierda del arquero que eligió el otro palo.
Para ese juego, Giganti había dispuesto a: Matías Quinteros (Rago); Matías Caro, Federico Paulucci, Gastón Martínez y Mauro Castro; César Cocchi (Caamaño) y Pablo Saucedo (Arias); Marcos Litre (Alves) y Francisco Molina (Sotelo); Wilson Albarracín (Mollo) y Joaquín Susvielles.
Por el lado de Quilmes, formó con: Trípodi; Lluy, López, Albarracín y Álvarez; Nouet (Mansilla), Max, Castro (Acosta) e Ilarregui; Caneo y Torres (Cadenazzi).
En el segundo partido de la calurosa mañana en “La Pradera” de River, el trámite no fue muy diferente. La posesión de la pelota era de Alvarado y las mejores situaciones las tuvo Quilmes. Pero no abundaron las jugadas de gol. Palisi era el dueño de la mitad de la cancha, con Lucero, Riera, Areal y Ceballos tratando de generar fútbol para asistir a Jonathan La Rosa. Ni Rago ni Ledesma participaron más que para cortar envíos aéreos o despejar con los pies pases de sus compañeros.
En el complemento, se adelantó un poco Quilmes pero seguía lejos del arco que, ahora, defendía Pablo Morata. Y de no ser por una casualidad, el partido hubiera terminado con el marcador en blanco. Porque Ortega trepó por la punta e intentó meter un centro que se le cerró al arquero que volvió sobre sus pasos pero no la pudo sacar para la apertura del marcador. Los cambios de los “pibes” de la local fueron buenos, Nicolás Mollo tuvo un par de oportunidades para convertir y hasta Emanuel Urquiza, que pasó de volante, llegó limpio por el segundo palo y no le pudo dar dirección al cabezazo. En el final, quedó una pelota suelta en el área marplatense y Matías Nouet la empujó para sellar el 2 a 0 definitivo.
En ese encuentro que también se disputó en dos tiempos de 35 minutos, Alvarado salió con: Juan Francisco Rago (Morata); Emanuel Urquiza, Martín Quiles, Matías Vigano (Otto) y Tomás Mantia; Gonzalo Lucero (Alves), Martín Palisi (Caamaño) y Ezequiel Riera; Leonardo Areal (Arias), Jonathan La Rosa (Mollo) y Ezequiel Ceballos (Sotelo).
Por su parte, el “cervecero” dispuso a: Ledesma; Ortega, Colotto, Larrea y Carrizo; Giani, Mansilla (Smith), Romero y Acosta (Obregón); Tissera y Cadenazzi (Torres).
Luego de la práctica, el plantel de Alvarado gozará de la tarde libre y el miércoles volverá a entrenar en doble turno, el jueves por la mañana un grupo enfrentará a Instituto de Córdoba en la Villa Deportiva de la Ruta 88 y por la noche, emprenderá viaje a Lincoln donde el viernes enfrentará a Rivadavia en la ida de la fase eliminatoria de la Copa Argentina.

 

Sebastián Lisiecki

Prensa Club Alvarado
De la redacción de GDM:
Walter Erviti DESEA terminar su carrera en el club de sus amores, pero en el que nunca pudo jugar : Alvarado. Cuando partió de pequeño, lo hizo desde el club portuense Talleres, para recalar en las inferiores de San Lorenzo de Almagro.
En cada entrevista qu se lo escuchó en Mar del Plata, la referencia al “Torito” es inevitable, y en su “perfil” del teléfono, tiene un TORO “dibujado”.
EN una oportunidad, estuvo a punto, jutno a su cuñado, Leonardo Flotta, trabajar en conjunto para el club, pero algun “chisporroteo”, entre Flotta, la dirigencia de entonces ( porque Flota iba a ser el candidato a presidente de la institución, propuesto por Facundo Moyano) y el propio Moyano, hizo que, Erviti aclarara, rápidamemtne que él no tendría que ver con el proyecto que comenzaba
Pasó mucha agua bajo el puente. passaron años.
Llegó su desvinculación traumática y extraña de Independiente de Avellaneda, un coqueteo de Unión de Santa Fe con él. En Instituto de Córdoba lo anunciaron como “inminente”. Mientras hubo publicaciones de sus contactos con San Martín de Tucumán, el diario La Gaceta lo desmiente, y parece terciar Agropecuario de Carlos Casares para el  Nacional B que contrasta con la  austera economía de Alvarado.
Sin dudas que Walter Erviti ya ha hecho la diferencia económica en su trayectoria, que incluyó también el fútbol mexicano, por lo cual, si fuese por “dinero”, Erviti tendría que firmar YA con Agropecuario, puesto que Grobocopatel no se fija en “cantidades”, si es por amor a la camiseta, y la cercanía de los nietos con sus abuelos, HOY TENDRÍA QUE SER JUGADOR DE ALVARADO.
Es cuestión de horas. De aquí al jueves, tendría que estar resuelto.  Lo informará el propio protagonista en GDM RADIO. el jueves o el viernes de 18.30 a 20.30 , en el programa LA VOZ DEL ESTADIO.