El 17 de febrero pasado se inició una historia que ha tenido preocupadas a las autoridades policiales chilenas y argentinas. Un grupo de jugadores de la selección chilena de hockey césped fue atacado en Mendoza por hinchas de Godoy Cruz.
Cinco días después, el “Tomba” viajó a Santiago, para enfrentar a Universidad de Chile, por la Copa Libertadores, partido que los azules ganaron por 5-1, en una de sus actuaciones más macizas del año.
En la ocasión, Los de Abajo protagonizaron altercados con sus símiles transandinos antes de que llegaran a Santa Laura.
Otras versiones apuntan a que hubo incidentes también a la salida y que incluso una hincha argentina habría perdido un ojo.
La relación entre estos hechos y lo que sucedió entre los hockistas no está claro, pero desde ese momento surgieron amenazas cruzadas que tienen preocupadas a las autoridades al otro lado de la cordillera.
Unos 2.500 barrabravas
Por lo mismo, la preocupación de las autoridades policiales de Mendoza está en los hinchas más radicales de ambos equipos.
En ese sentido, tanto el operativo en el Paso Los Libertadores como ya en la ciudad a apuntarán a los entre 40 y 50 buses que viajaban anoche desde Santiago, La Serena, Valparaíso, Talca y Temuco, entre otras ciudades del país.
El resto de los fanáticos azules que cruzarán la Cordillera de Los Andes, se calcula “entre ocho mil y 10 mil personas”, según el vocero de la policía de Mendoza, Edgardo Funes. Aprovechar el feriado de Semana Santa es sindicado como una de las razones para la masiva presencia de seguidores chilenos.
Como clásico argentino
Tal es el cuidado que están teniendo las autoridades transandinas con lo que pueda suceder fuera de la cancha cuando mañana, a las 19.30, se enfrente la “U” con el “Tomba”, que el Ministerio de Seguridad de Mendoza, en conjunto con la Policía Federal, dispuso de un plan de entre 1.000 y 1.100 efectivos policiales.
Tal como cuando Godoy Cruz recibe a Boca Juniors y la hinchada de “La 12”, en el estadio Malvinas Argentinas, o cuando los “xeneizes” se miden ante River Plate en la ciudad, con motivo de los amistosos de verano.
Apenas los buses con seguidores chilenos crucen la cordillera serán escoltados (o encapsulados, como califica el operativo la policía argentina) hasta el centro de Mendoza y luego trasladados al estadio.
Lo mismo se hará cuando, tras el cotejo, los barrabravas chilenos abandonen el estadio y dejen la ciudad.
Todo, para evitar enfrentamientos en medio de la ciudad y en el Parque San Martín, que rodea el estadio, donde sus 307 hectáreas cuentan con una pobre iluminación.
Los hinchas azules, a diferencia de lo que sucede en Chile, sí podrán ingresar bombos y lienzos. Lo único prohibido son los fuegos artificiales.
Fuente: Diario La Tercera de Chile