En los últimos años – y bastarà con “googlear”: Deportivo Maipú- es fãcil encontrar en los archivos de los diarios y crónicas “deportivas” todo tipo de conflicto, discusiones y agresiones, con el equipo mendocino y el apellido Sperdutti. Son dos hermanos que, como dirigente y entrenador, llevan años  en los certàmenes de ascenso del fútbol argentino, como víctimas o victimarios.

Habrà que analizar, si esta familia padece “persecuciones” o si ellos son conflictivos de por sí y aparecen en cada cuestión ríspida, sea por lo reglamentario, disciplinario, extra deportivo, con títulos de “conflicto”.

Según el diario Uno de Mendoza y su enviado a Limcoln, para el cotejo entre Dep Maipú y Rivadavia, por la revàlida del Argentino A, y hoy por hoy, con el periodismo mal emtendido, que a veces se transforma en”partidario” o en “nacionalista o – perdón por el neologismo- ciudadanista”, y se corre el riesgo de mirar solo con un “cristal” o mirada los hechos, cuando, la formación periodística, nos obliga a narrar esos hechos, solo como eso, y desprovisto de opinión,para luego, sí, analizar y dar un punto de vista.

Hasta tanto, en Lincoln, den su “versión” publicada o desde los propios protagonistas, aquî, lo escrito por Omar Romero en el diario Uno:

 

 

En Lincoln se registraron graves incidentes al término del partido entre el local Rivadavia y Deportivo Maipú, por la 3ª fecha de la fase reválida del Argentino A.

Fue lamentable lo que vivió el equipo cruzado, primero con las provocaciones del DT de Rivadavia, Oscar Peracca, que insultó y se burló de Carlos Sperdutti desde que llegó a la cancha. Y, después, el propio presidente del club local, Francisco Guerra, se dirigió hacia el vestuario visitante con otros directivos para agredir a los maipucinos.

Varios periodistas mendocinos fueron testigos de las trompadas y las patadas de dirigentes y jugadores de Rivadavia para con los de Maipú, quienes se defendieron como pudieron. La policía (pocos uniformados) no pudo controlar la batahola que se produjo en los camarines.

A Miguel Jouas, joven asistente de Maipú, lo tiraron al piso y lo agredieron, mientras que a Juan Pablo Videla, ayudante del DT Sperdutti, le pegaron cobardemente en la nuca. Lo insólito fue que el agresor era el encargado de la voz del estadio, de apellido Yugones, quien fue detenido por la Policía. Pese a las amenazas, al presidente de Rivadavia no lo detuvieron y se fue del estadio como si nada, burlándose de la gente de Maipú.

Los jugadores mendocinos tuvieron que salir a pedirles a los gritos a los policías que los protegieran.

Según trascendidos, el árbitro Martín Saccone elaboraría un duro informe por los hechos violentos en Lincoln.

“Fue terrible lo que pasó”
Juan Pablo Videla, después de los incidentes, contó: “Es terrible lo que pasó. Cuando terminó el partido, el presidente de Rivadavia vino al vestuario a provocarnos. Todos los vieron. Es una falta de respeto. Y cuando estaba separando recibí un golpe cobarde desde atrás”.

Carlos Sperdutti, DT de Maipú, muy enojado, sentenció: “Espero que se diga la verdad. Lo que pasó tiene nombre y apellido: es el hombre canoso de Rivadavia, ya que el presidente junto al técnico incitaron a la violencia. Es una cosa de locos que nos vengan a pegar al vestuario”.