El día después del clásico frustrado, el ministro de Seguridad de la provincia, Raúl Lamberto, reiteró que “estaban dadas las condiciones en el estadio de Rosario Central para jugar el partido” y subrayó que “hubo un hecho en el estadio de Newell’s que los directivos consideraron que eso había modificado la situación, y que en esas condiciones no se podía jugar”. El funcionario prefirió no entrar en polémicas con el presidente de Newell’s, Guillermo Lorente, quien ayer lo criticó por las fallas en los dispositivos de seguridad (ver página 4) y lo acusó de desvirtuar la realidad al señalar al club del Parque como el responsable de la suspensión del encuentro.

“Los hechos son muy evidentes. No hubo inconvenientes en el estadio de Central. Había una responsabilidad institucional que asumir. Cuando hay un equipo que no está yendo al estadio y que evidentemente no iba a ir, ese partido no se iba a poder jugar”, explicó Lamberto, señalando a Newell’s como el responsable de la suspensión.

“Estaban dadas las condiciones en el estadio de Rosario Central para jugar el partido” agregó el funcionario, quien fue duramente increpado el domingo por los socios de Newell’s a partir del accionar de la policía en el interior del club del Parque.

El ministro manifestó que a partir de los incidentes ocurridos en el parque de la Independencia, con las pedradas de hinchas rojinegros en la avenida Pellegrini, la represión policial en el interior del club que dejó el saldo de un efectivo baleado e internado en el Heca y el terror que generó en los socios que se encontraban en el lugar, la dirigencia de Newell’s decidió no jugar el clásico, contradiciendo los dichos de la comisión directiva presidida por Lorente. “Hubo un hecho en el estadio de Newell’s que los directivos consideraron que eso había modificado la situación, y manifestaron que en esas condiciones no se podía jugar. Yo comuniqué en ese momento que, para que se juegue un clásico, hacen falta dos equipos; y allí había uno que no jugaría”, dijo.

“El partido era a las 20. Eran las 18.30, y había sólo uno equipo en el estadio. Por lo tanto no se podía esperar hasta las 20 para comunicar que el otro conjunto no iba a estar. En el marco de esa realidad, decidimos que el partido no se jugaría”, amplió el ministro.

Lamberto sostuvo que desde la cartera de Seguridad se hizo todo lo posible para que el clásico se vuelva a jugar luego de casi tres años. “Como Ministerio de Seguridad hicimos un gran esfuerzo de medios, de materiales y de personal para que el clásico se jugara, y de hecho lo que se vivió en Central fue realmente una gran cantidad de simpatizantes centralistas dispuestos a ver un clásico”, declaró.

“Nos parece que no iba a suceder nada que empañara la jornada porque se habían tomado todos los recaudos. Incluso, el sábado a la noche y el domingo por la mañana no hubo ni un solo incidente y sí hubo una gran presencia ordenada por el Ministerio de Seguridad en toda la ciudad para garantizar que no hubiera ningún incidente”, prosiguió, aunque no se refirió a los atentados a instalaciones identificadas con los colores de ambos equipos ocurridos en las últimas semanas, sin que hasta el momento se hayan encontrado a los responsables.

Con un mensaje pacificador, en un clima convulsionado, planteó: “Tenemos que lograr que prime la racionalidad, la no violencia, que el deporte sea deporte y que podamos volver a pensar en aquellos tiempos donde podían ir todas las familias a los clásicos”. (FUENTE : DIARIO LA CAPITAL DE ROSARIO)