Ya desde el inicio se pudo ver a unos Lakers al 100% en defensa, sin distracciones, sosteniendo todos los emparejamientos individuales y atrapando a Miami cada vez que el balón iba hacia la pintura. Desde ahí armaron la victoria con lo mejor de estos Lakers durante toda la temporada 2019-2020: las acciones de contragolpe.
LeBron James fue la máxima figura del encuentro, con los primeros puntos para ir comenzando a liderar y siendo también el líder estadístico del partido: triple-doble de 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias, el undécimo que logra en unas Finales. El nacido en Akron ganó su cuatro trofeo de MVP de las Finales. Pero lo de Los Angeles fue un trabajo total de conjunto.
Por el lado de Miami Heat, ni siquiera el regreso de Goran Dragic sirvió para algo. El esloveno hizo un esfuerzo tremendo para jugar a pesar del dolor en su pie izquierdo, pero apenas pudo aportar 5 puntos (2-8 de campo) y 5 asistencias en 19 minutos en cancha en el primer tiempo.
A Jimmy Butler lo tomó LeBron James en la primera posesión, como dejando claro el mensaje de que esta noche no la tendría fácil. Ya sin tantas energías, Butler quedó lejos de su actuación memorable del viernes pasado. Bam Adebayo con 25 puntos fue el líder anotador de Miami, pero el pivote no fue una opción para nada confiable en la primera mitad del partido.
Los números reflejan de varias maneras el dominio arrollador de los Lakers, uno que se vio poco en estos Playoffs desde la segunda ronda. 16-8 en puntos de contragolpe, 52-44 en puntos en la pintura, 12-9 en rebotes ofensivos y mayor efectividad en tiros libres (64% contra 59% y tiros de campo (48% contra 44%). La diferencia en los guarismos era más amplia aún, pero Miami logró maquillarla un poco en un último cuarto de 35-19, con el partido ya desvirtuado.
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