En golesdemedianoche.con nos tomamos el atrevimiento de transcribir la columna que e. Su Facebook público el talentoso periodista Walter Vargas y què creemos merece ser leído por nuestros seguidores :

“ LA LIBRETA DEL MUNDIAL
(DESDE LA PLATA)
Que México le gane a Alemania no es frecuente.
Aplauso, medalla y beso para Juan Carlos Osorio, que sobrellevó dos años de hostilidades de una prensa acerba y a sacarse el charro por los de pantalones cortos, que en 90 minutos supieron honrar toda la gama de virtudes que atañen a un buen equipo de fútbol: pensar hasta donde sea posible, jugar cuando sintonizan los propios y dudan los ajenos, defender cuando el de allá sabe llevarte por méritos propios y resistir a esa inconfundible hora en la que se evaporaron las fragancias más gratas, faltan piernas, escasea el oxígeno, crecen los nubarrones y la única bandera que sigue flameando esa la del puro deseo.
En general, a todas las selecciones mexicanas les ha circulado bien la pelota. A esta en particular, por lo menos hoy también le han sabido circular la temperatura sanguínea y los vigores testiculares. Bien ahí.
Que Alemania sufra por lo menos un tropiezo en la primera fase de un Mundial no es infrecuente.
Hago las cuentas: en el 54 se comió ocho con Hungría, en el 66 empató con la Argentina del Toto Lorenzo, en el 74 perdió con sus hermanos teutones del otro lado del Muro de Berlín, en el 78 empató con Túnez, en el 82 perdió con Argelia, en el 86 empató con Uruguay, en el 94 sufrió con Bolivia, en el 98 empató con Yugoslavia y en 2002 con Irlanda, en 2010 perdió con Serbia y en 2014 empató con Ghana.
No más preguntas, señor juez.
(Nada más parecido a Alemania, dueña de un gran equipo y de un muy buen recambio, espero acción del juvenil León Goretzka, que el villano de Terminator II: siempre con una vida adicional, se la pasa martillando con la lacónica confirmación de que su película será larga).
Brasil.
Brasil andará crepitando en caras variopintas, con sarcásticas sonrisas de emoji, pero les tengo una noticia, caballeros: nadie está autorizado a soñar con ganar el Mundial si no sabe exprimir la sesera e imaginar conducentes formas de ganarles a los muchachos del caixiense Tite.
A diferencia de 2014, Brasil llena todos los casilleros: conducción, plantel, equipo, idea, juego, solidez, gol, jerarquía, sigan firmas, sin contar que ya no lleva el lastre del maracanazo después triplicado en el monstruoso mineirazo.
La única luz amarilla, o verdeamarela, que veo titilar es la de Neymar. O no se recuperó plenamente de la lesión, o quiere ganar el Mundial solito y solo, cuanto antes, mejor, o anda prisionero del hábito del perro, mordiéndose la cola de puro ocioso.
No me escapa, nobleza obliga, la justicia de escuchar con atención a un gran amigo gran, fino entendedor del fóbal, que me ha participado de la sospecha de que Brasil llegó al punto de cocción hace un año y que Rusia lo ha sorprendido en el comienzo de la pendiente.
Puede ser, cómo no, ya sabemos que toda la materia viva llega a un punto culminante y después no hay Cristo que la salve. Y si no, que lo diga la Selección del tristemente célebre 2002, que en las Eliminatorias paseó, en cada partido los meses previos al Mundial tenía la pelota el 80 por ciento y variantes ofensivas de todos los colores y resultó que las últimas imágenes del naufragio de Miyagi, ¡ay!, fueron las de un centro de tómbola que pretendió aprovechar… ¡hasta Pablo Cavallero!
A propósito del respetable y respetado Profe Bielsa. En aquellos tiempos, el entrañable Adrián Paenza decía que Bielsa merecía ser apoyado porque estaba a favor de la educación pública. Y a mí me parecía un disparate, no por la predilección de Adrián sino por esa vocación ideologizada, o ideologizante, o moralizante, pongamos, que incluía a una selección de fútbol en el acotado registro del versus. Una cosa del bien y del mal.
En una clave similar, he detectado un indigesto cóctel de biblia y calefón que homologa un hándicap destinado a Sampaoli por su condición de partidario de no sé cuál corriente de los Derechos Humanos y otras infusiones. Al parecer es K. La verdad, me encantaría que el DT de la Selección se pronunciara en el mismo sentido de mis apegos políticos, pero me tiene sin cuidado si es FIT, K, XL o Small, que da el tipo.
El imperativo de la hora es que el tipo dé señales de liderazgo real y de agudeza para disponer sistema y nombres propios con el módico propósito de ganarle a Croacia, cuyo entrenador, el bosnio Zlatko Dalic, ya ha salido a mojarle una oreja: “el partido con Argentina es el más fácil de los tres”.
Una anécdota que viene a cuento: allá por los sesenta y algo, el director técnico uruguayo Pulpa Etchamendi pidió un 9 de refuerzo para el plantel de Colón de Santa Fe. “¿Está seguro, Pulpa? Me dijeron que ese muchacho no es trigo limpio”, inquirió el presidente de Colón.
-Descuide, presi, que yo no lo quiero para yerno. Quiero que juegue bien los sábados a la tarde, nomás.