Después de asegurar el pase a los octavos de final de la Copa Libertadores, la cabeza de Racing ya parece estar fijada en lo que vendrá después del Mundial. El primer objetivo para esta mitad del año ya está en el bolso. Y el que queda, la clasificación para la Libertadores del 2019, es algo que ya no depende exclusivamente de la Academia, que tiene que sumar los seis puntos que le restan ante Arsenal y Colón y, además, esperar que Huracán o Independiente no ganan sus partidos del fin de semana. Por eso, Eduardo Coudet decidió para esta visita a Estudiantes darle la posibilidad a jugadores que no tienen asegurado su lugar entre los once ideales del entrenador. Salvo Juan Musso, Alejandro Donatti y Lautaro Martínez, para el resto de los jugadores que ayer vencieron al Pincha fue una prueba para mostrarse. En ellos tres se apoyó el triunfo visitante. Más allá de que no mostró la identidad de siempre, lo más conforme dejó al DT fue que se un equipo impovisado pudo hacerse fuerte en la adversidad y llevarse tres puntos que lo dejan expectante de conseguir el pasaje para la Copa del año que viene.
En la línea de fondo estuvieron las mayores variantes que dispuso Coudet. En la banda derecha reapareció Iván Pillud en lugar de Renzo Saravia. El jugador que más tiempo lleva en el plantel demostró, como ya lo había hecho en algunos partidos de este semestre, que puede ser un remplazo confiable aunque no tenga ni la velocidad ni la potencia del joven cordobés. En la zaga, como compañero de Alejandro Donatti -quien otra vez ratificó su gran momento con un golazo de tiro libre- la chance fue para Miguel Barbieri, la primera opción para el Chacho cuando tiene que darle descanso a Donatti o a Leonardo Sigali. El hombre surgido de Defensores de Belgrano abusó de las faltas y se ganó varios retos del entrenador por no intentar salir jugando desde del fondo y revolear la pelota sin destino pero en el juego aéreo fue una garantía. Gonzalo Piovi tenía la oportunidad de mostrarse en su puesto natural, el de lateral izquierdo, justo el costado más flojo que tiene el equipo titular de Racing, donde Alexis Soto no termina de asentarse. Pero el zurdo que llegó por pedido de la secretaría técnica y no por elección de Coudet tuvo un mal partido. Flojo en la marca, sufrió la velocidad de Lucas Melano y Juan Otero. Y también evidenció algunas limitaciones con la pelota.
El mediocampo de Racing es el corazón del equipo que mostró esta gran versión en la primera mitad de 2018 y logró cambiar la mitad de la tabla por la pelea de arriba. Los que bombean fútbol suelen ser Nery Domínguez y Neri Cardozo. Anoche, los dos estuvieron en el banco. Por eso -y porque jugó con diez más de un tiempo- el visitante no mostró su mejor versión. El volante tapón fue César Meli, que estuvo muy lejos de ser el eje del equipo. Sin embargo, el ex Boca y Colón redondeó otra actuación aceptable. Cuando Coudet llegó a Avellaneda se encontró que era un jugador muy resistido por los hinchas y se propuso recuperarlo. Lo logró. Diego González, Matías Zaracho y Augusto Solari son los tres que pelean por la única plaza que queda disponible en el mediocampo ideal de la Academia. Anoche jugaron juntos, pero ninguno hizo méritos para terminar de convencer al DT.
Solari armó una muy buena jugada, con un doble enganche y un gran centro para que Lautaro convierta, en la única aparición por derecha que tuvo. Pero veinte minutos después fue expulsado por levantar la pierna de manera imprudente. González, en tanto, aportó presencia en el mediocampo pero no tuvo la intensidad que suele aportarle Neri Cardozo a la presión. Y Zaracho quedó muy aislado del juego, sobre todo cuando la Academia ya estaba con un hombre menos que su rival. Pudo liquidar el partido a los 41 del segundo tiempo, pero el palo le negó el gol.
Para Brian Mansilla fue la primera oportunidad desde el arranque para reeditar esa dupla que tantos partidos jugó en Inferiores: Mansilla-Martínez. Pero el Monito sólo duró 38 minutos como punta, porque luego de la expulsión de Solari debió retrasarse para jugar como volante por izquierda. El rosarino de 20 años mostró su explosión, su potencia y su velocidad pero también estuvo muy errático para tomar decisiones. En el concepto de trabajo grupal, todos se llevan una buena nota en el boletín del Chacho: Racing logró un triunfo valioso y aun sueña con meterse entre los cinco.