El búlgaro se llevó el título al vencer al belga David Goffin por 7-5, 4-6 y 6-3

‘Baby Federer’, tal su apodo por el parecido en la técnica, venció al belga David Goffin por 7-5, 4-6 y 6-3 para consagrarse como Maestro tras completar el mejor torneo y el mejor año de su carrera.

Al suizo, de 36 años, eliminado en semifinales, le faltaron dos victorias para lograrlo en una temporada excepcional (récord de 52-5). Pero Dimitrov (26) supo seducir a los miles de fans que probablemente pagaron su ticket para ver a Federer y les dio una noche de deleite a la que no faltaron personalidades del tenis (Stefan Edberg, Pat Cash y Boris Becker, que entregó el trofeo), del fútbol (Esteban Cambiasso, David Beckham) y también personajes de la farándula británica y mundial.

“Ojalá pudiera describir lo que siento, me quedo sin palabras… Fue una semana increíble, la mejor de mi vida sin duda”

Dimitrov

Dimitrov, además, terminó el torneo invicto (5-0) y completó una temporada soñada con cuatro títulos, incluido su primer Masters 1000 (Cincinnati) y su mejor ranking, número 3. Había empezado el año como N°17.

“La playa parece como una buena opción después de esto, fue una semana intensa”, agregó sin disimular la sonrisa en su cara y sin dudas más relajado que en la pista.

Es que Dimitrov empezó el partido muy errático y apenas despertó en el octavo game, cuando recuperó el quiebre y movió de sus butacas a los miles de búlgaros que con orgullo agitaban la bandera verde blanca y roja.

El resumen de la final

Si a Dimitrov lo emparentan con el juego de Federer, Goffin pareció traer a la memoria a David Nalbandian con su control del juego con el revés a dos manos, generando passing shots desde ángulos imposibles. Al punto que un matrimonio de Villa Bosch, con la bandera argentina, se animó a gritar: “Grande, Rey David” desde la cuarta fila.

Con la devolución afilada, el belga desniveló en el séptimo juego del segundo set y mandó la final a un tercero decisivo. Pero el próximo número 3, amplio favorito del público, volvió a creer en su tenis y con un quiebre en el sexto juego, terminó con la semana de Goffin, que luego de vencer a Nadal y a Federer en Londres, se tomará mañana el tren Eurostar directo a Lille para jugar la final de la Copa Davis ante Francia.

Dimitrov, campeón invicto
Dimitrov, campeón invicto. Foto: Reuters

Con el título, Dimitrov confirmó lo que venía insinuando en los últimos tres años: su talento y versatilidad lo iban a llevar al éxito. Sus lágrimas tras el segundo match-point reflejaron esa larga espera a una consagración tan grande. Quien mejor supo pulir la joya búlgara fue su entrenador, el venezolano Daniel Vallverdú, ex coach de Andy Murray y Tomas Berdych, que cuando comenzó con Dimitrov, en agosto de 2016, su pupilo estaba 34°.

En una temporada que será recordada por la vigencia de Nadal y Federer -se repartieron los cuatro Grand Slams-, pero también por las bajas en la segunda mitad de Djokovic, Murray, Wawrinka (rodilla izquierda), Raonic y Nishikori, Dimitrov se llevó la última sonrisa y se subió al podio del ranking.

El interrogante que abre ahora con su mejor triunfo es si podrá mantener el nivel por varios años más, cuando ya el modelo perfecto de Federer no esté en actividad, y se deje de hablar de ‘Baby Federer’.