La contundencia de un goleador como Benedetto ( el “pipa” llegó en sus primeras dos veces, y anotó dos goles). La jerarquía de sus mediocampistas (Barrios, Pérez, Gago), laterales afianzados, aunque sin un arquero de lujo, y zagueros que alternan grandes partidos, con otros con dudas, son los atributos del Boca de Guillermo barros Schelotto que superó al Velez “mix2 ( jovencitos con veteranos) por 4 a 0.
El diario Los Andes, de Mendoza, publica que En Liniers estuvieron presentes el seleccionador argentino, Jorge Sampaoli, y su ayudante Sebastián Becaccece, quienes fueron a observar a Pablo Pérez, Fernando Gago, Darío Benedetto -posiblemente a Cristian Pavón-, y también a Maxi Romero.
En un primer tiempo malo Boca “pegó” primero y llegó al gol en un contragolpe comandado por Pavón, quien abrió para la proyección de Fabra y el centro bajo del colombiano fue conectado por Benedetto abajo del arco. Vélez le cortó el circuito de juego a Pérez y a Gago, pero no tuvo juego ni inteligencia para moverse, y apeló a la lucha permanente. La diferencia en esa primera mitad fue la potencia y la contundencia de Boca, la que le faltó precisamente a Vélez.
En el inicio del complemento volvió a lastimar Boca, tras un pase de 40 metros de Edwin Cardona a Pavón, que envió un centro para la entrada de Benedetto, quien recibió debajo del arco con el intento de cierre de Lautaro Gianetti y, pasado en la jugada, definió con un taco alto. A partir de allí Boca encontró espacios, crecieron Gago y Pérez, ante un Vélez que fue sólo ímpetu.
A los 17’ Boca llegó al tercer gol, cuando Benedetto recibió ligeramente en la derecha y envió un pase para la entrada de Cardona, pero Domínguez se interpuso en la trayectoria y venció su propio arco. Y a los 40’ Fabra inició una jugada por izquierda y, tras combinar con Agustín Bouzat, definió con un tiro cruzado, para redondear un resultado un tanto exagerado por lo que fue el desarrollo del partido.
Boca estiró a 16 los partidos sin derrotas como visitante, con nueve victorias y siete empates, mientras que Vélez perdió tras ocho partidos (cuatro triunfos y cuatro igualdades).
El equipo de Guillermo Barros Schelotto no es derrotado fuera de La Bombonera desde la primera fecha del certamen pasado (28 de agosto de 2016) cuando cayó ante Lanús por 1-0, con un gol de Lautaro Acosta.
La última derrota del campeón vigente del fútbol argentino fue en la 24ta. jornada del último torneo (el 14 de mayo) frente a River por 3-1, en La Bombonera
No hay dudas que será, como bien lo desarrolla el colega Guillermo Puente en “Mundo D ” :
River Plate le hizo ocho goles a Jorge Wilstermann en la Copa Libertadores el jueves y, además, acumula tres triunfos consecutivos en la Superliga (el último lo jugó con un equipo alternativo frente a San Martín en San Juan). Anoche, Boca Juniors le hizo cuatro goles a Vélez Sársfield y lleva cuatro victorias al hilo en el torneo de Primera División, con 12 goles a favor y sólo uno en contra.
El Xeneize goleó 4-0 a Vélez, que venía de tres partidos sin recibir goles y mostrando algunos chicos con una interesante proyección. Pero ellos, los pibes, no pudieron con el poderío que mostró Boca. Con la fortaleza que viene desparramando el campeón del fútbol argentino en cada presentación, con jugadores de diferentes selecciones y que seguirán marcando una clara diferencia con el resto.
Pero no con River, que también posee jugadores de selección y está a la altura de los xeneizes.
Por eso, para el resto de los equipos de la Superliga será una proeza, casi una hazaña, poder quitarle puntos a los dos grandes clubes del fútbol argentino.
¿Por qué semejante diferencia? En esta temporada en particular, Boca y River le han sacado varios cuerpos de distancia al resto de los clubes. Ambas instituciones manejan presupuestos de millones de dólares contra números en pesos. Por eso han contratado a tantos jugadores del exterior y han podido mantener, sobre todo Boca, a sus grandes figuras (caso Benedetto y Pavón, con cláusulas de rescisión con cifras del mercado europeo).
Mientras que la gran mayoría puede contratar nombres casi desconocidos de mercados sudamericanos, Boca y River fueron a lo seguro. El Xeneize trajo a uno de los mejores jugadores de la selección de Colombia (Edwin Cardona) y una promesa uruguaya (Nahitan Nández). El Millonario le sacó a dos emblemas a Newell’s (Ignacio Scocco) y Rosario Central (Javier Pinola), además de repatriar a Enzo Pérez (jugador de selección y que participó del último Mundial).
El resto de los equipos hizo lo que pudo. Se reforzó como pudo y apostando que algún tapado la “rompa”, sorprendiendo a propios y a extraños.
El debut de la Superliga y el reparto del dinero ya marcan estas diferencias. A medida que avance este nuevo formato las distancias serán mayores y cada día se estará más cerca de las ligas de España o de Italia, con dos o tres equipos muy superiores al resto.