Aunque forzó un cierre apretado, el seleccionado nacional no jugó bien, falló y perdió 88-82 contra Brasil. Mañana irá en busca del podio.

Argentina se quedó afuera de la final del Sudamericano de Caracas después de caer en semifinales ante Brasil por 88-82. El seleccionado de Nicolás Casalánguida tuvo un rendimiento intermitente, con errores importantes en defensa y alternando buenas y malas en ofensiva. De todas formas, a pesar de ser irregular, siempre estuvo en partido y forzó un final apretado que terminó escapándosele. Mañana jugará por el tercer puesto ante el perdedor de la otra semifinal que jugarán Venezuela y Uruguay.

La defensa fue un problema importantísimo en Argentina. Lejos de ofrecer una buena resistencia, la floja oposición nacional permitió que Brasil se escape con un parcial de 11 a 2, desde el pick and roll de Fulvio y desde la soltura que empezó a tener Olivinha en ataque. Sin dudas eso fue una complicación, porque independientemente de la mala defensa argentina lo cierto es que Brasil también tuvo una alta efectividad.

Argentina limó diferencias cuando empezó a tener algo de eficacia adelante, aunque en el fondo siguió acusando errores y Brasil siempre lideró. Restando tres minutos el seleccionado rival tomó nueve de diferencia (21-12), pero Argentina cerró mucho mejor el capítulo inicial desde el ingreso de Balbi (mayor movilidad) y el aporte de Romano. Aún así, el haber recibido 28 unidades en contra fue mucho para los diez iniciales: 28-20.

Tanto Balbi como Romano le cambiaron la cara al juego argentino, aunque un par de errores ingenuos (en el fondo y definiendo mal) no permitieron que los de Casalánguida terminen de dar vuelta el resultado. Argentina se mantuvo al acecho, pero Brasil siguió comandando.

La mejoría llegó desde una mejor defensa, marcando línea de pase y presionando la bola, permitiendo que después de tanto remarla Argentina se ponga abajo por apenas la mínima de 39-38 a dos minutos del descanso largo. Si Balbi dio volumen de juego, visión y mucha impronta, lo de Romano fue relevante desde sus oportunos puntos y sus muy buenos recursos. Además se sumó un laborioso Aguerre, de positivo pasaje en el segundo cuarto. Ese empuje permitió que Argentina pase a empatar el juego (44-44), aunque de manera fugaz porque Brasil se fue al entretiempo 49-46 arriba.

Brasil estuvo un escalón por encima en el tercer periodo, aunque de todas formas el trámite fue bastante cerrado. Un par de buenas acciones de Deck animaron las esperanzas de un seleccionado argentino irregular e intermitente, que no terminó de enchufarse y que sufrió a un Brasil más sólido en defensa.

Quizá lo más destacado de dicho pasaje fue esa defensa brasileña, cuidando a Delía en sus caídas, controlando a Brussino, generando pérdidas argentinas y sacando faltas. Así fue negocio, porque Argentina no terminó de ensamblarse y para colmo cometió un par de errores no forzados. De todas formas los de Casalánguida maquillaron ese momento, tuvieron un aspecto positivo como los rebotes y cerraron el penúltimo capítulo abajo por tan solo tres (65-62).

Los triples aparecieron en el parcial definitivo, ante un Brasil que llamativamente entró en lagunas importantes y con Argentina sabiendo leer ese momento para castigar. El momento de Deck venía siendo destacado, aunque el tiro perimetral de Brussino y de Mainoldi permitió el giro en el marcador para que el seleccionado nacional pase a ganarlo (72-69).

Aún así Brasil resurgió, desde el armado de Fulvio y la calidad de Olivinha, pero sobre todo desde la defensa. Argentina siguió teniendo problemas para poner la bola en el poste bajo, por eso se equivocó y Brasil aprovechó para regresar al comando del encuentro. Un triple de Mainoldi dio esperanzas porque Argentina se había puesto dos abajo (84-82) después de perder por cinco a menos de un minuto, sin embargo Jefferson fue la especie de verdugo que terminó de sentenciar la historia con un doble (86-82). Con 11s por jugar, la última ofensiva nacional no tuvo éxito y Brasil concluyó el duelo desde los libres.

 

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