Por cuarta vez desde comenzó el torneo “Joaquín Méndez” que organiza la Liga Marplatense de Fútbol, se suspendió la actividad del mismo por la lluvia caída sobre la ciudad en las horas previas a los días de partidos.
Desde la premisa de un fútbol amateur, es comprensible atender a los días de mayor actividad laboral para los “actores” de cada certamen, y en una ciudad balnearia, toman en cuenta para la decisión de las fechas calendario para definir los fixtures con las siguientes prioridades : 1) la etapa laboral de mayor demanda para los más jóvenes – que se sobreentiende son los futbolistas amateurs de estos campeonatos – fuera de su época escolar: el verano . El trabajo en temporada estival se considera del 15 de diciembre al 31 de marzo (cuando no , se extiende hasta Semana Santa en los primeros días de abril).
2) La fecha para proclamar a un canpeón que debería ser el representante al Torneo Federal C como representante de esta Liga.
Allá por finales de la década del ’80 la premura a definir al campeón estaba dada por el comienzo del los certàmenes NACIONALES de Primera, que solían ser entre julio y septiembre según el año. Luego de 1986 – ya sin plazas fijas y creación del Nacional B- ésto cambió.
En la actualidad, muchas veces, el campeón opta por NO participar del Federal C por falta de presupuesto – aunque desde 2016/2017,según Toviggino le dijo a radio Brisas “no aceptaremos más que al campeón o sub campeón para darle un nivel parejo a los regionales” .
El Federal C suele iniciarse a fines de enero. Entonces , exceptuando el “trabajo estival” ¿ Por qué programa el fixtures de partidos en mayo, junio y julio, con una Mar del Plata históricamente lluviosa y por demás fría ? Comenzar en Abril, parte de Mayo, y retornar a mediados de agosto, podría ser una solución ? La respuesta la tienen los clubes, que aún no supieron explicarle a sus entrenadores contratados y a muchos de sus futbolistas, que las pretemporadas y torneos no comienzan antes por falta de dinero para implementarlas, y a los que pretenden partidos de reserva, que comprendan que los gastos a considerar son tantos que las arcas de las instituciones no los soportan