Como dijo Mario Gianotti en su impecable conducción, esta tarde se vivió un hecho histórico. Alvarado volvió a jugar de local en su propia cancha después de casi 46 años, la fiesta estuvo a la altura de las circunstancias, la gente entendió que
había que disfrutar una fiesta y que nada ni nadie lo podía empañar. En su nueva casa, ante más de mil personas, el sueño se hizo realidad. Y la frutilla del postre la puso el equipo de Mariano Padilla, que le ganó 2 a 0 a Círculo Deportivo con dos goles de Nicolás Mollo, que inscribió su apellido para la posteridad.
Todo comenzó temprano. A las 12.30 se abrieron las puertas y se podía ver la cola de autos que esperaba para ingresar. Ansiosos, necesitados de ver ese deseo conquistado, quisieron llegar primeros y ocupar un buen lugar contra el alambrado. El impecable trabajo del Departamento de Marketing había hecho su parte con la organización y el resto de la gente del club que puso manos a la obra y trabajó incansablemente para que esté todo listo y nada falle. Dirigentes, allegados, empleados, todos atrás de una misma causa.
Cerca de las 14, Mario Gianotti se paró casi en el círculo central y le anunció a la multitud que en un ratito comenzaría la fiesta. Y así fue. Con la manga del toro inflada en el ingreso a la cancha, se dio la bienvenida y empezó la ceremonia. El tradicional corte de cinta lo encabezó el presidente Pablo Mirón, acompañado por el vice primero Emiliano Montes, el secretario Claudio Pianciola, el prresidente de la Liga Marplatense de Fütbol, Roberto Fernández, y el Padre Héctor de la Parroquia Santa Rita de Casia, que ofreció su bendición al nuevo escenario.
Si bien era una fiesta en la cancha de fútbol, no era todo fútbol. Porque Alvarado, en el último año, mostró un gran crecimiento en lo deportivo que hace que cuente con más de 20 actividades que se desarrollan en el club. Por eso, se invitó y tuvieron su lugar cada una de esas disciplinas, que desfilaron con un estandarte con profesores y deportistas. Lo mismo que el Jardín de Infantes que dirige Fabiana Blanco, con sus maestras y los “peques”, que recibieron el aplauso y reconocimiento de sus familiares del otro lado del alambrado. Con todos formados, se dio lugar a la entonación del Himno Nacional Argentino.
A continuación, una de las sorpresas de la tarde, era la realización de una suelta de globos, donde los hinchas dejaron depositados sus deseos en las redes sociales con el Hashtag #DeseoQueAlva. Todos los deportistas del club, en el medio de la cancha, se unieron en un solo racimo y largaron a volar esos sueños que, ojalá, algún día se conviertan en realidad. La presencia de las actividades finalizó con una muestra de las chicas de Gimnasia Artística, que hicieron una coreografía bajo la mirada de las “profes” Macarena Suárez y Luisina Fernández.
Un audio de Mario Gianotti que llegó a lo más profundo de cada hincha, dejó a más de uno con lágrimas en los ojos. Desde aquel 21 de junio de 1928 hasta este 7 de mayo de 2016, sobrevolaron infinidad de imágenes en la gran cantidad de hinchas que fueron a la Villa Deportiva. El vicepresidente segundo Facundo Moyano, hombre fundamental en la realización de las obras del predio, mandó un mensaje de audio ya que, por cuestiones laborales, no pudo estar presente.
Quién sí estuvo y no pudo contener la emoción, fue Pablo Mirón. Al presidente lo inundaron muchos recuerdos, destacó el trabajo de mucha gente para poder contar con ese predio, no dejó de nombrar a Facundo Moyano y a sus compañeros de Comisión Directiva, y terminó con la familia: agradeció a su madre por estar en este día tan importante en la cancha y, sobretodo, “a mi viejo, por haberme hincha de Alvarado”, cerró, ya con la voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas.
Se venía el partido, pero antes había que dar el puntapié inicial. Y que mejor que Julián Zibecchi y Juan Carlos Torre para eso. Los goleadores en el último partido en la vieja cancha de Peña y Francia, estuvieron presentes, soportaron el frío, contaron anécdotas, compartieron recuerdos y se dieron el gusto de “sacar del medio”. Además, recibieron un diploma de manos de tres referentes del plantel actual de Alvarado en el Federal A, que por suspensión o lesión no viajaron a Bahía Blanca: Ezequiel Ceballos, Damián Luengo y Federico Almerares.
El ingreso de los equipos le puso calor y color. “A la europea”, en fila india detrás de la terna arbitral encabezada por Marcelo Sanz, salieron los 22 protagonistas de la tarde bajo una lluvia de papelitos y humo azul y blanco. Se formaron en el medio, realizaron el saludo olímpico y la pelota empezó a rodar.
Después hubo un partido de fútbol. Que importaba, pero que era la frutilla del postre de una velada mágica que excedía esos 90 minutos. Pero los jugadores no iban a permitir que nadie arruine esa fiesta y consiguieron su primer triunfo en el campeonato, con una actuación sólida y dos apariciones letales de Nicolás Mollo, una por tiempo, para inscribir su nombre para siempre en la historia del club. Así como lo hicieron Julián Zibecchi y Juan Carlos Torre.
Síntesis partido
Alvarado (2): Hernán Álvarez; Agustín Arias, Damián Bonino, Joaquín Benítez y Joaquín Santos; Franco Montecchia, Miguel Tévez e Ignacio Caamaño; Gonzalo Fleming, Nicolás Mollo y Leonardo Verón. DT: Mariano Padilla.
Círculo Deportivo (0): Franco Costanzo; Esteban Fourcade, Juan David Losada, Julián Centurión y Martín Vedda; Nahuel García, Silvio Vedda, Damián Forcades y Braian Campos; Germán Goyenetche y Pedo Alé Pérez. DT: Javier D’Archivio.
Goles: PT 44′ Mollo; ST Mollo
Cambios: ST 9′ Cristian Benítez por Campos (CD), 12′ Bruno Barrientos por Caamaño (A), 24′ Laureano Machín por García (CD), 34′ Facundo de Llano por Fleming (A), 36′ Adrián Gil por Tévez (A) y 38′ Ernesto Orias por Forcades.
Árbitro: Marcelo Sanz.
Cancha: Villa Deportiva del Club Alvarado.
Sebastián Lisiecki
Prensa Club Alvarado