Para cerrar la fecha del campeonato de Primera División, NOB se impuso en el Parque de la Independencia a Unión de Santa Fe.

Aquí el análisis del diario ROSARINO La Capital:

Newell’s fue el amo y señor del partido, superó en todas las líneas a Unión con pasajes de buen fútbol y se quedó con una clara -y necesitada- victoria ante el Tatengue, que llegaba al Coloso con un largo invicto de 18 partidos -entre el Nacional B y primera-. Fue un 2-0 que pudo ser más amplio, de no ser porque los rojinegros no estuvieron finos a la hora de la definición, puesto que dilapidaron varias situaciones.
Desde el mismo inicio del partido, Newell’s intentó mostrar su chapa y ser el dominador de las acciones, más allá de que por entonces Unión trataba de no dejarse llevar por delante.
Pero el dominio y la supremacía de la lepra fueron tan marcados que en menos de diez minutos ya había tenido dos chances, una de las cuales terminó en gol, y ese tanto no hizo más que exponer con mayor nitidez las diferencias que había en el juego entre uno y otro equipo.
El primer grito en el Coloso llegó a los 8, cuando Milton Casco armó una buena jugada por izquierda y su segundo centro fue conectado en el segundo palo por el Negro Figueroa, que la martillar al gol y marcó la apertura del marcador.
Unos minutos antes, la lepra ya había avisado con una jugada de Ponce que dejó solo a Figueroa, pero que un defensor alcanzó a cerrar justo.
Newell’s siguió manejando los hilos del partido, al punto que a los 18 llegó una jugada muy polémica, en la que los jueces claramente terminaron perjudicando a la lepra. Fue a los 18, cuando Maxi Rodríguez cabeceó al gol, pero Cardozo la sacó en la línea claramemnte con la mano. Era penal y expulsión del defensor, pero el árbitro Vigliano, a instancias del juez de línea, hizo seguir como si nada.
La superioridad de Newell’s siguió siendo evidente y a los 21′ el Coty Fernández, de cabeza, dejó su sello en un córner y avisó de que la lepra iba por más, más allá de que Nereo Fernandez se quedó con el cabezazo.
Y unos minutos más tarde, y por la misma vía, el rojinegro hizo explotar el Coloso cuando Pomelo Mateo ingresando otra vez por el segundo palo cabeceó al gol un balón que fue peinado en el primer palo y que dejó fuera de acción al arquero. El Coloso deliró no sólo por el segundo tanto, que le daba más tranquilidad aún para manejar el trámite de un encuentro netamente favorable, sino también porque el segundo tanto llegó de la mano de Pomelo -la noche de su vuelta al equipo titular luego de seis meses-, uno de los jugadores más queridos por los hinchas.
La nota negativa de esa primera etapa para la lepra es que Maxi Rodríguez debió salir lesionado -llegó con lo justo, tras haber sido preservado en la selección, donde no jugó ni un minuto por una molestia- y en su lugar ingresó Mauricio Tevez.
En el arranque el complemento, Newell’s siguió con su buen andar. Al punto que en los primeros cinco minutos ya había tenido dos chances claras en los pies del Negro Figueroa, pero en la primera cabeceó muy arriba y en la segunda Nereo Champagne controló el remate desde afuera. Y casi a los 20′, Figueroa tuvo otra chance de contra, pero el pie de Nereo evitó el tercero de la lepra.
Unión recién tuvo un chance a los 10 del segundo tiempo, cuando Coniglio se anticipó a Martínez -reemplazó al lesionado Víctor López- y el balón se fue cerca.
El segundo tiempo se consumió entre la tranquilidad de la lepra para seguir manejando el trámite y los tiempos del partido, ante un Unión que hacía lo que podía y que lo poco que intentaba la salía mal.
El único pecado de Newell’s, además de lamentar los lesionados -Maxi y Víctor López salieron con molestias-, fue que no lo liquido antes y por un resultado más amplio. De hecho, en el final la lepra tuvo otras dos jugadas muy claras. Figueroa estrelló un remate en el palo, luego de una muy buena jugada, y otra del Tanque Ponce, que no fue gol, porque la quiso definir él.
Así llegó el final de un partido en el que no hubo equivalencias entre un Newell’s sólido, convincente, que tuvo algunos pasajes de buen fútbol y que ganó con mucha autoridad, más allá de que si hubiese estado más fino en la definición podría haber ganado con mayor comodidad, ante un equipo santafesino que no solo no pudo sostener un largo invicto -que traía desde la B Nacional- sino que no pudo hacer nada ante la superioridad manifiesta que mostró la lepra a lo largo de los 90 minutos.