Escribió Euardo Herrera en el diario tucumano La Gaceta que Así en la Copa Libertadores como en el campeonato. El andar del encumbrado Boca se respalda en números incontrastables: lleva disputados 12 encuentros en ambos torneos (cuatro en el sudcontinental, ocho en el local) de los cuales ganó 10 y empató dos. Promedia 2,41 goles a favor y 0,5 en contra. Se fue de Parque Patricios con otra victoria, tras derrotar a Huracán 2 a 0 y por primera vez disfruta en exclusividad la cima del certamen de Primera.

Dos apariciones en el área “quemera”, una en cada tiempo, del volante César Meli -la figura de la cancha- le dieron forma al resultado. En el primer gol, Daniel Osvaldo asistió con exquisitez al mediocampista, que consumó el doblete sobre el cierre del partido con un amague previo a Nervo y el derechazo bajo para doblegar a Marcos Díaz. Aunque con intermitencias al comienzo del juego, Nicolás Lodeiro manejó los hilos en el medio, apoyado por la dupla Meli-Erbes y en menor medida por Pablo Pérez. Se advertía la desemejanza de jerarquía individual entre uno y otro equipo, que el “globo” intentaba contrarrestar poblando la franja central y apostando al pelotazo. El “xeneize” no estuvo fino en el último pase y al final de la mitad inicial, Ábila se perdió el empate con un cabezazo débil que terminó en las manos de Sara.

En el complemento, el elenco de Arruabarrena se paró algunos metros más cerca de su área y Huracán tuvo una chance clara para empatar, desperdiciada por Villarruel.Pero en cada ataque Boca insinuaba peligro por su repertorio ofensivo más variado. Meli metió la estocada final para redondear un trabajo personal relevante y darle a Boca otro triunfo en este 2015 que comenzó a pura alegría. Está arriba de todos en su grupo copero, ayer trepó a la cresta de la tabla de AFA y el “Vasco” firmó el mejor arranque de un torneo en la historia del club: seis triunfos y dos empates. Superó a su maestro Carlos Bianchi: cinco triunfos y tres empates en el Apertura 98.

 

RIVER Y SU PATERNIDAD CON SAN LORENZO

 

BUENOS AIRES.- Otra vez, Sánchez. Otra vez River ganador, San Lorenzo perdedor, por 1-0, igual que en los dos antecedentes inmediatos, en esa Recopa Sudamericana que el “millonario” levantó frente al equipo del Papa Francisco, que esta vez no tuvo una feliz Pascua, futbolísticamente hablando.

¿Será el peso de las estadísticas, de esas 20 victorias de diferencia en Primera división? ¿Será el recuerdo de ese doble cruce de principios de 2015, con sendos triunfos y festejo “millonario” en la Sudamericana? ¿O será que Bauza es un técnico cauteloso por naturaleza y se saca la careta sobre todo cuando juega de visitante ante su “Bestia Negra” (es decir. River)? Probablemente sea un poco de todo eso. Porque en un primer tiempo globalmente mal jugado, el “ciclón” en ningún momento se plantó como lo que era, el líder en soledad del torneo antes del arraque de la octava fecha. Y en ese primer tiempo, apenas una vez pisó el área local, una escapada mal resuelta por Mussis. River, con toda sus limitaciones a cuestas, con más de medio equipo “muletto”, con línea de tres experimental atrás y el regreso a la titularidad de Barovero y el “tucu” Kranevitter -en buen nivel ambos-, tras sus respectivas lesiones. Con todas esas particularidades y la cabeza puesta en Tigres, en Monterrey, en la Libertadores, el equipo de Gallardo fue más que San Lorenzo. Por vocación ofensiva y por presión en todas las líneas. Tanto que en corners, River goleaba 5-0 al final de la primera etapa. Y en el inicio de la segunda, la embocó con una vieja fórmula, el desborde con centro de primera de Rojas por izquierda, y la llegada a todo vapor del uruguayo Sánchez por derecha, para tocar al gol. Y siguieron llegando los corners para River. Bauza al final reaccionó en el banco e hizo saltar a la cancha primero a Cauteruccio y después a Romagnoli. El “Pipi”, con poco, volvió a demostrar que es de los pocos distintos.

La única mancha de River fue que tenía el partido servido en bandeja y no lo supo deglutir a San Lorenzo, por eso terminó sufriendo -y con Kranevitter amonestado-, bajo el influjo de un resultado exiguo, que se le pudo escabullir sobre el final en esa que Barovero le tapó en gran forma a Villalba.

Ganó River y alcanzó la línea de su vencido y de Central. Ahora el equipo de Gallardo viaja a México con el antecedente de cuatro victorias al hilo, incluida la Supercopa Euroamericana frente al Sevilla. La vida le pinta mejor al “millo” que hace tres semanas atrás. San Lorenzo, en tanto, se lamentará por la oportunidad perdida, por una semana que arrancó “santa” pero terminó embarrado en el “pecado” imperdonable de no haberse animado a más.