Es interesante leer cómo analiza el diario La Tercera de Chile, la victoria de Boca, desde la mirada trasandina, que, naturalmente lo ve desde la derrota de Palestini por 2 a 0 :
Pese a su esfuerzo, el dominio, el control y la presión a la que sometió a Boca Juniors, Palestino no pudo concretar alguna de las situaciones que se propició en el área xeneize y terminó debutando en la fase de grupos de la Copa Libertadores cayendo por 2-0 ante los argentinos. Otro buen partido de los dirigidos por Pablo Guede. Sin embargo, ello no alcanzó para sumar puntos ante un rival que se maneja bien en este torneo, mientras los árabes a ratos denotaban sus 36 años fuera de esta instancia.
Si Marcos Riquelme hubiese estado un poco más fino, tal vez la historia habría sido distinta. Con el fútbol tricolor armado desde el costado derecho por Leo Valencia, el delantero siempre apareció desmarcado por la izquierda. A los 6 y 15 minutos, el ariete lo tuvo.
Luego, a los 32′, tras un tiro libre desde la derecha, Díaz se lanzó en palomita, y su cabezazo salió recto, a la posición de Agustín Orión. Y, apenas dos minutos después, Valencia desvió otro remate que bien pudo abrir la cuenta.
Pero esa carencia de precisión, y esa falta de chispa de Riquelme, terminaron siendo castigados demasiado duro por Boca. A la primera clara que tuvo, facturó. Sin más trámite.
Un pase profundo, dejó libre penetrando por el medio a Andrés Chávez, quien definió con un toque sutil de revés sobre la salida de Darío Melo. Se ponía en ventaja el cuadro de Rodolfo Arruabarrena, luego de sufrir más que un poco. Palestino imponía su ritmo hasta ahí. Pero sintió el golpe, porque hasta ese momento no podía generar nada de peligro.
Tras el descanso, los de Guede renovaron ímpetu. Fueron en busca de mejor suerte, del empate, al menos. Con el ingreso de César Valenzuela, sumaron generación de riesgo por la izquierda. Aunque el empuje no conllevó peligro real al arco de Orión. De cualquier modo, Palestino trataba de imponer sus términos, aunque Boca lucía su oficio, pareciendo tener todo controlado. Y así no más era.
A los 69′, en una rápida jugada tras recuperar el balón por derecha, el pase en profundidad pilló a Sebastián Palacios ingresando solo para definir con tranquilidad el mano a mano ante el achique del portero local. Fin de la historia, se podría decir.
Luego, algún centro preciso que cabeceó mal el Gato Valenzuela, un casi autogol de Colazo tras desborde de Mathias Vidangossy, y alguna otra opción de descuento para los tricolores, pero el juego terminó con el triunfo visitante.
Un resultado que, en realidad, fue algo injusto. Pero está claro que el fútbol no siempre recompensa a cada equipo con lo que le corresponde. Boca ganó, de visita. No brilló, no pasó por arriba. Fue dominado a ratos. Pero Palestino no concretó cuando lo tuvo. Y lo pagó caro. Muy caro.