El talentoso periodista argentino Ezequiel Fernández Moores, escribió una columna parea el diario tucumano La Gaceta, que aquí compartimos con los lectores de golesdemedianoche.com: bajo el título de ESÁNDALO  ITALIANO : Las denuncias por apuestas ilegales pusieron en la mira al tenis.

 

“Tranquilo, Skype es seguro”. Julio de 2007. El tenista italiano Daniele Bracciali, por entonces entre los mejores 50 del ranking, con un título en Casablanca (final de 2006 que ganó al chileno Nicolás Massú), y varias veces miembro del equipo de Copa Davis de su país, habla con Manlio Bruni, agente del futbolista ídolo de Lazio Giuseppe Signori.

Bruni le dice que, lo ideal, es que gane el primer set y tenga un break a favor en el segundo. Bracciali (con el nik BR.78) le dice que “mañana es difícil”, porque no conoce al rival. Bruni insiste: “escuchame, 50 puedo pagar, pero es indispensable ganar el primer set. 50 por un set me parece que está bien”. Bracciali sigue dudando. “O pierdo en dos sets. O gano el primero y me retiro en el segundo 1-2. ¿A cuánto se puede llegar en ese caso?”, pregunta. Al día siguiente, pierde en primera rueda de Newport contra el estadounidense Jarmere Jenkins 6-2, 6-1.

En una segunda escucha, también de julio de 2007, Bruni habla con Roberto Goretti, ex jugador del Napoli y de numerosos equipos, entre ellos Arezzo, la ciudad donde se entrenan Bracciali y su compañeroPotito Starace, con 11 títulos de ATP y que en 2007 era 25 del ranking. “El fútbol -había dicho previamente Goretti a Bruni- es riesgoso. En el tenis hay dinero para todos”. Ofrecen entre 20.000 y 60.000 euros por arreglo. A través de Bracciali, buscarán contactar a otros tenistas italianos. Dan nombres: Simone Bolelli (ese año cayó en segunda rueda de Roland Garros contra Guillermo Cañas), Andreas Seppi (finalista ese año en Gstaad), Filippo Volandri(vencedor de Roger Federer en primera rueda de Roma 2007, cuando fue 25 del mundo) yMara Santangelo (campeona en dobles en Roland Garros 2007). “Es importante verse antes de fin de año con ‘Poto’ (Starace) -dice Goretti a Bruni-, para tranquilizarlo de que nadie sabrá nada”. Su derrota 6-1 y 6-2 contra el español Mariano Andújar en Casablanca está bajo la lupa.

En la tercera escucha, diciembre de 2007, Bracciali comunica a Bruni que “con ‘Poto’ todo OK”. “Grandeeeeeee”, responde Bruni. Le dice que ambos viajarán a comienzos de enero para jugar en Sudamérica. “Beneeeeeeee”, contesta Bruni. Avisa que tiene “tres tarjetas y tres celulares” y despide a Bracciali diciéndole “Braccialone número 1”.

¿Cómo comenzó todo? Fiscales de la ciudad italiana de Cremona que en 2011 destaparon un escándalo de partidos arreglados en el fútbol de ese país siguieron escuchando decenas y decenas de conversaciones entre los detenidos e imputados en la causa. Especialmente conversaciones de Bruni, que ya había sido arrestado.

Los fiscales le secuestran PC, tablet y smartphone. El fiscal jefe Guido Salvini autoriza a su segundo Roberto di Martino a abrir una investigación aparte. Escuchan conversaciones que mezclan a nombres de tenistas famosos en Italia, y también a tenistas extranjeros, todos competidores habituales en el circuito de la ATP. Escuchan montos, pedidos de aperturas de cuentas bancarias en San Marino, esquemas (“si ganás el primer set, tenés que ganar luego tres games del segundo”), combinaciones con el rival de turno. Estalla el escándalo del tenis.

“Si todo esto se comprueba son hechos gravísimos, intolerables, que dañan nuestra imagen”. Lo dijo Angelo Binaghi, presidente de la Federación Italiana de Tenis (FIT), que se declaró parte querellante en la causa, porque se trata de jugadores afiliados, miembros además del equipo de Copa Davis.

¿Sorpresa? No tanto. Ya en 2008, cinco tenistas italianos fueron sancionados por la ATP porque sus nombres aparecían implicados en supuestos arreglos de partidos. Alessio Di Mauro, Giorgio Galimberti y Federico Luzzi los tres primeros. ¿Los otros dos?: Starace y Bracciali. En otra de las escuchas secuestradas justamente por la fiscalía de Cremona, Bracciali anticipa su temor por la primera sanción a Di Mauro (9 meses de suspensión y 40.000 euros de multa). “Ahora vienen por nosotros”, le dice a Bruni. Tiene razón. Lo suspenden por 3 meses, más 20.000 dólares de multa.

“El tenis –me dijo en 2007 Michael Franzese, un mafioso arrepentido contratado por la ATP- está sitiado por las apuestas, que son peor que las drogas”. La ATP modificó sus reglas e impuso tres años de suspensión y multa de 100.000 dólares para el jugador que perdiera intencionalmente un partido.

Recuerdo el libro “Short circuit”, un formidable documento sobre la vida interna en el circuito de tenis en los años ‘70. Contaba su autor, un periodista estadounidense, que cuando tenistas amigos y de un mismo país llegaban a una semifinal, acaso la única a la que podían acceder en todo el año, acordaban repartirse el dinero del ganador, venciera quien venciera. No era un arreglo del resultado, sí del dinero a cobrar, porque esa cifra podía significar salvar la temporada.

El libro también hablaba de arreglos. Pero sólo en partidos de exhibición. Cada uno debía ganar un set. Y, lo mejor, llegar a tie break al tercero. Y allí sí, a cara de perro. Todos salían contentos con el espectáculo. Pasaron más de cuatro décadas. Los arreglos hoy son en partidos oficiales y de dinero. Incluyen apostadores asiáticos y cifras escandalosas.

Como sucedió en el fútbol, a la investigación de la justicia ordinaria recientemente estallada en Italia le siguió, en paralelo, una investigación de la justicia deportiva. El fútbol, preocupado porque sus escándalos eran tapa cotidiana de los diarios, debió ampliar de dos a ocho años el período de prescripción de sus causas. El tenis, por su parte, tuvo que ampliar su período de cinco a ocho años. Pero en la justicia ordinaria, la prescripción (que va de cinco a siete años y medio, según la causa) comienza a contarse en el momento que se descubre el delito. En el deporte, en cambio, la prescripción se cuenta desde el momento en el que se cometió el delito. Es decir, los tenistas, de ser hallados culpables, podrán tener condena de la justicia ordinaria, pero estarían a un paso de salvarse de alguna sanción deportiva.

Recuerdos

Estar mencionado en las escuchas no tiene por qué ser sinónimo de culpabilidad. Italia, igual que todos, tendrá que jugar Copa Davis en marzo. Hay quienes señalan que sería un escándalo que los tenistas implicados vuelvan a representar al país. Otros, más memoriosos, recuerdan que el primer gran escándalo de apuestas en el fútbol italiano estalló en 1981, apenas antes del Mundial de España de 1982. Y que uno de los principales implicados, y condenados, fue Paolo Rossi. El mismo Paolo Rossi amnistiado meses después para que jugara el Mundial. El mismo Paolo Rossi cuyos goles coronaron a Italia campeona mundial de fútbol.