SAN JUAN.- Boca Juniors quedó eliminado en los 16avos. de final de la Copa Argentina de fútbol tras perder hoy por 2-0 ante Huracán en un partido que se jugó en el estadio Bicentenario, de San Juan.
Los goles del conjunto de Parque de
los Patricios los convirtieron Ramón Abila (11m. ST) y Federico Mancinelli (21m. ST); mientras que Hernán Grana (47m. ST) se fue expulsado por el lado del equipo de Carlos Bianchi. Huracán, en los octavos de final, enfrentará al ganador del cruce entre Quilmes y Banfield, que jugarán el 5 de agosto a las 20.15 en estadio a confirmar.
Boca, con un dibujo 4-4-2 clásico, jugó unos primeros 45 minutos interesantes: con protagonismo, mucha presión en la mitad de la cancha y buen manejo de la pelota, principalmente con su línea de volantes. No obstante, en el segundo tiempo, el equipo de Frank Kudelka se puso en ventaja con una precisa definición de Abila, tras un exquisito pase de Federico Vismara, a los 11 minutos, a las espaldas de Daniel Díaz y Juan Forlín.
Boca tuvo el empate en los pies de Gigliotti (14m.) y Huracán el segundo en los de Gonzalo Martínez (17m.). Bianchi, frente a la desventaja, mandó a la cancha a Juan Manuel Martínez por Castellani. El entrenador buscó frescura en ataque. Pero Huracán, con una jugada de pelota parada, amplió la ventaja con un cabezazo de Mancinelli (otra grosera falla del “Cata” Díaz), a los 21 minutos.
Boca, pese a los errores en defensa y la falta de ideas en ataque, tuvo el descuento con un remate de Calleri (26m.) y dos cabezazos de Gigliotti (32m. y 35m.). Luego Grana se fue expulsado y Huracán se metió en los octavos de final de la Copa Argentina. (Télam)
ROSARIO CENTRAL TAMBIÉN PASÓ DE RONDA
Rosario Central lo terminó de justificar en el complemento. La victoria por 3 a 1 ante Juventud Unida de San Luis y la clasifiación a octavos de final de la Copa Argentina fue justa aunque, como siempre dice su técnico Miguel Angel Russo, quedan cosas por corregir. Sobre todo por lo exhibido hoy en materia defensiva. Porque del medio hacia arriba funcionó y consiguió el desequilibrio necesario.
No le fue fácil a Central pero terminó imponiendo su mayor experiencia en los primeros 45 minutos. Para los futbolistas de Juventud Unida de San Luis, que juegan el Argentino A, era la gran oportunidad de medir fuerzas con un equipo de primera. Y no le fue nada mal aunque le faltó animarse un poco más.
Fue el canalla el que tomó la iniciativa, con mucho vértigo en sus desplazamientos pero abusando de los pelotazos frontales para Abreu. El equipo de Russo tenía más la pelota pero no estaba fino en las entregas.
Apostaba a hacer la mayoría de sus incursiones por el sector derecho, buscando que el tándem Encina-Medina diera sus frutos, a los que se sumaban las trepadas de Ferrari.
Los puntanos tenían en Landa Garza al jugador de donde surgía el fútbol. Peralta y Reinoso se movían adelante buscando el desmarque pero no alcanzaba con las ganas.
A los 3′, el veterano Laureano Tombolini se la tapó abajo a Niell tras una buena peinada de Abreu. A los 11′, Landa Graza respondió tras recibir la descarga de Reinoso, y Caranta debió mandarla al córner.
Central era más pero no podía serenar su ritmo y le faltaba claridad en los metros finales.
Hasta que a los 25′ llegó la apertura. En la jugada previa, Tombolini se la había sacado de la cabeza a Niell y la mandó al córner. Del tiro de esquina llegó el salto perfecto en el primer palo y el movimiento técnico exacto para el cabezazo del diminuto delantero. Un justificado 1 a 0.
Los de San Luis se vinieron con todo y en un par de ocasiones Caranta tuvo que ensuciarse la ropa para neutralizar un par de ataques de los de Darío Tempesta.
A los 36′, una contra manejada por Jonás Aguirre terminó con otro manotazo de Tombolini que ni Niell ni Abreu pudieron aprovechar.
En el complemento Central intentó demostrar que lo que había pregonado Russo -que la Copa Argentina era un torneo para ser tomado con toda seriedad- no había sido una frase de compromiso. Y se fue con todo.
La primera muestra llegó al minuto. Aunque también ayudó Tombolini. Es que Encina aprovechó por derecha un buen pase cortado, probó al arco y el arquero despejó al medio del área por donde entraba sin marcas Jonás Aguirre para anotar y marcar su primer tanto con la camiseta auriazul.
Claro que Juventud Unida gastó los últimos cartuchos en la siguiente jugada, cuando Rafael Delgado intentó jugar hacia atrás, no vio que Emanuel Reinoso estaba muy atento y el delantero no perdonó, sometiendo a Berra y a Caranta para el descuento.
Pareció que se armaba otro partido. Sólo pareció. Porque Central se acomodó del medio hacia adelante, le imprimió velocidad y precisión a su juego cada vez que se juntaban Encina con Medina, o cuando Niell -la figura del equipo- buscaba armar sociedad con el uruguayo Abreu. Y eso sin contar las mandadas de Ferrari o las incursiones de Jonás Aguirre.
Y a los 9′ el que no la desperdició fue Abreu. Porque un centro de Delgado desde la izquierda pasó entre muchas piernas, falló un central de Juventud y el Loco la dominó, midió a Tombolini y lo sentenció.
A partir de allí pareció partido definido. Ingresó Acuña y se mostró incisivo -hasta se perdió un gol increíble a los 36′ cuando la estrelló en el poste izquierdo de Tombolini-, y el equipo estuvo más sólido. Aunque no es un hecho menor algunas desatenciones en el fondo, que en varias ocasiones hicieron que Caranta pegara un par de gritos para ordenar. Y Russo se lo hizo sentir a puro grito a sus dirigidos.
Central pasó a octavos de la Copa Argentina justificando su victoria ante Juventud Unida en un buen trabajo de su dupla de ataque y en la movilidad de sus volantes. Ahora llega el desafío, con lo que tiene, de hacer una buena campaña en el torneo de transición. Y esperar refuerzos para ser un poco más competitivos.