Què mezquino el 5-3-2 de Sabella vs Bosnia, bramaba el 80% de la prensa argentina; Celebraron y descalificando la autoridad del DT Sabella, dijeron
” ahora con el esquema de Messi será otra Argentina” con el 4-3-3 , pero..
ni ante Bosnia en el debut, ni hoy con Irán, fallaron los sistemas, sino los jugadores que intentaron llevarlos adelante. Esa es la verdad.
La realidad en los Mundiales muestra que, por

ejemplo, con “ir, ir, ir” podes seguir, o volverte como España e Inglaterra, que “equilibrado” aunque seas ITALIA podes perder con Costa Rica; que siendo el candidato de Todos, Alemania NO le ganó a Ghana !! Que Argentina, sufriendo, contra los pronòsticos de goleada, apenas fue 1-0 por el genio de Messi con los iraníes, que BRASIL necesitò de una mano del àrbitro para comenzar a ganar y sin brillas, y que, así, ALEMANIA, ITALIA, BRASIL ARGENTINA, pueden ser los campeones del Mundial, el que serà el MEJOR del MUNDIAL, y NO el mejor del MUNDO.
Fran Villalobos y su crítica mirada en el diario MARCA de España que compartimos con los lectores de golesdemedianoche.com bajo el título de LEO MESSI ES EL SISTEMA
Leo Messi es el único motivo para creer en Argentina. Su gol en el minuto 91 salvó el honor de la Albiceleste ante una Irán ordenada y competitiva que puso contra las cuerdas a una de las aspirantes a ganar el Mundial. No lo pareció ni por asomo durante hora y media hasta que apareció su gran estrella sobre la campana. Recibió el balón cerca del pico derecho del área, aprovechó los dos metros que le dieron para armar el disparo y colocó el balón en las redes con maestría. Era gol desde que el balón salió de su bota izquierda dibujando una rosca perfecta e inalcanzable.
No necesitó Messi hacer un gran partido para volver a ser decisivo. Dos golazos ante Bosnia e Irán que valen seis puntos y la clasificación para octavos. Es el único que ha visto puerta en una Argentina decepcionante que encontró en Romero a otro salvador de la patria. El meta argentino evitó que los asiáticos hicieran historia en Belo Horizonte con un triunfo que hubiese puesto a Alejandro Sabella en el disparadero. Del 5-3-2 del primer día pasó al 4-3-3 que recomendó Messi. Tampoco funcionó. A partir de octavos, se espera algo más. En el banquillo y en el terreno de juego.

Argentina se mostró incapaz durante la primera mitad ante una defensa cerrada y aguerrida. Apenas una ocasión de Higuaín que tapó bien Haghighi, un disparo bien dirigido de Agüero y un cabezazo de Garay que se marchó alto. Escaso bagaje para una Albiceleste con dificultades para generar juego que invocaba a sus genios para resolver el embrollo en el que se estaba metiendo. Con Di María sin vuelo y Messi sin chispa, Argentina se condenó a sufrir según fue creyendo Irán en los milagros.
Reza Goochanneijad dio el primer aviso al inicio del segundo tiempo con un cabezazo que sacó Romero en el 52′. Dos minutos después llegó la polémica en un despeje de Zabaleta, que se llevó la pierna de Dejagah. El colegiado serbio Milorad Mazic optó por no señalar penalti para desesperación de Carlos Queiroz, que se quejó amargamente del error en sala de prensa. El técnico portugués vio como su equipo rozaba la proeza con un cabezazo de Dejagah a centro de Montazeri que salvó Romero con la punta de los dedos. No es el tipo más popular entre la hinchada pero se hizo querer.

Quedaban veinte minutos y Argentina estaba atenazada, dubitativa e insegura. A falta de un cuarto de hora, Sabella reaccionó al fin con un doble cambio: Palacio y Lavezzi por Higuaín y Agüero. Dos delanteros por otros dos. Cambio de fichas y el mismo plan que no llevaba a ninguna parte. Llegaron las prisas y los ataques desorganizados capitaneados por Rojo, el lateral izquierdo. Fue quien más ganas le puso al asunto, aunque con poca precisión.

Todavía tendría que intervenir una vez más Romero para frenar las aspiraciones de Irán en un disparo peligroso de Goochanneijad en una contra. El reloj avanzaba y Queiroz perdía tiempo con los cambios. Quedaban cuatro minutos de añadido para que Irán lograse un empate histórico. No sucedió. A la historia pasará el golazo de Messi, que salió de la lámpara a tiempo para que el psicoanálisis de Argentina no fuese tan cruel. Quiere ganar el Mundial. De momento, ha ganado dos partidos.