Costa de Marfil comenzó el Mundial de la mejor manera. Lo perdía y no jugaba bien, pero el ingreso de su mejor jugador, Didier Drogba terminó siendo clave para que los Elefantes africanos pudiera
quedarse con los tres puntos frente a Japón.

Fue 2-1 para los marfileños que no encontraban el rumbo de un encuentro en donde su rival los complicó más de la cuenta. Pero eso sucedió hasta que Sabri Lamouchi llamó a Drogba.

El delantero del Galatasaray turco se sacó la sudadera y desde ese preciso momento los hombres de Alberto Zaccheroni comenzaron a replegarse peligrosamente en su propio campo.

Entonces sabido de la necesidad, Costa de Marfil arrinconó al rival y lo dejó sin nada en una ráfaga.

En dos minutos el seleccionado africano pasó de perderlo a ganarlo cuando Wilfried Bony estampó el transitorio empate que le permitía a su equipo no solamente igualar el marcador que había abierto keisuke Honda, sino también empezar a respirar en la tabla.

Era un punto valioso por el desarrollo del trámite. Sin embargo, lejos de relajarse con la igualdad. Los Elefantes Indomables fueron por más. Y apenas 120 segundos después del tanto de Bony, Gervinho puso el suyo y así dejó las cosas más cercanas a la lógica.

Ese gol del hombre de la Roma terminó con la resistencia de los japoneses que, si bien tuvieron un par de ocasiones como para poder marcar un nuevo gol, Boubacar Barry y su última línea estuvieron muy seguros, por tanto cada avance rival se desvanecía con el correr de los últimos segundos. Fue triunfo sufrido y ajustado de Costa de Marfil, pero éxito al fin.