Todo el mundillo futbolístico en la Argentina, donde incluimos al periodismo, conocemos que directores tàcticos, jugadores y dirigentes, tienen estrecha relación con los denominados “barras bravas” aunque la mayoría la nieguen, por ello, no es extraño en esta grabación que dieron a conocer en los medios (aquí el extracto de Los Andes de Mendoza) entre Emiliano Díaz, hijo y ayudante de campo de Ramón en River, con uno de los “malos de la película” alimentado por
otros “tan malos” como Araujo, pero bien trajeados y con actividades aparentemente decentes, con las que pueden demostrar sus ingresos económicos:
Cancha de River. 23 de Marzo de 2014. “Este es Martín Araujo”. El que lo identifica es un analista de video del Ministerio de Seguridad de la Nación. Araujo estaba en una de las terrazas del Monumental, moviéndose con una impunidad escalofriante. Los detalles complican la situación.
Se trata del jefe de los ‘Borrachos del Tablón’, la barra del Millo sobre el que pesa una prohibición judicial para asistir a los partidos que el equipo de Núñez juega como local, y un perímetro que le impide acercarse a más de 300 metros de la cancha. Cuando se lo detiene, niega ser quien es. Argumentó falta de documentos, pero las excusas le duraron poco. Fue detenido junto a cuatro personas, con más de 200 carnets truchos y armas blancas. Corría la novena fecha del Final.
Dejó de ser sospecha. Seis meses antes de ese episodio, el 16 de octubre de 2013, Araujo llamó al teléfono de Emiliano Díaz, hijo de Ramón Díaz e integrante del cuerpo técnico de River. La conversación no duró más de dos minutos, pero fue suficiente para pactar una cumbre: una reunión entre los Díaz y Araujo.
En diciembre de 2013, Ramón y Emiliano quedaron en offside. Una investigación periodística del Diario Olé detalló una escucha telefónica de esa charla. Ahora, Infobae tuvo acceso a la información y por ende, a la transcripción oficial que forma parte del expediente de la causa en la que se investiga la reventa ilegal de entradas en River Plate.
Un mes después a la detención de Araujo, con carnets truchos y armas blancas en marzo de este año, Ramón Díaz fue claro: le agradeció a ‘Los Borrachos del Tablón’ por el apoyo a su equipo. Las críticas no tardaron en llegar y Ramón se vio obligado a pedir perdón e intentó dar a entender que se refirió a la hinchada millonaria y no a la barra. El Presidente de River, Rodolfo D’Onofrio fue tajante pero dejó una puerta abierta. “Si tuviera probada una connivencia entre él y la barra sería sancionado”, afirmó el jefe de la dirigencia millonaria. Ahora la relación queda más que probada.
“El vínculo está y es fácilmente comprobable”, explicó una fuente del ministerio de Seguridad, con acceso a la causa y a la vida diaria de las investigaciones sobre los ‘Borrachos del Tablón’. La comunicación 134019 a la que accedió Infobae forma parte del expediente en el que se investiga a barras y ex dirigentes de River por la reventa de entradas y está firmada por un oficial del Área de Investigaciones de la Policía Metropolitana. La transcripción no deja lugar a especulaciones: los nombres Emiliano y Martín están identificados.
En la charla, Emiliano Díaz le aclara a Araujo que entre ellos estaba “todo bien” y pactan un encuentro para el 17 de octubre, en el predio de Ezeiza, después del entrenamiento. “Si está tranqui por la prensa, me mando”, le dice el jefe de la barra a Emi. Araujo y Emiliano hablan de poder lograr que Ramón y los barras se conozcan y además “Así ya van arreglando todo”. ¿Qué es todo? Solamente lo saben Ramón, Emiliano y los barras.
Según la investigación del periodista, Gustavo Grabia, también existe una escucha de diciembre de 2012 entre el ex dirigente Eduardo Rabuffetti y Araujo: “Vamos a llamarlo a Emiliano y decirle ‘los pibes de la barra se quieren juntar con vos, con tu viejo, para charlar un par de temas’. Y ahí nomás lo vamos a encarar, yo voy a tener los números de cuánto firmó el contrato”, le sentencia Rabufetti a Araujo.
Por ahora, los Díaz no están investigados por ningún delito y esta escucha tampoco significa eso. Lo que queda claro es la relación entre los delincuentes de siempre y el cuerpo técnico. ¿Para qué reunirse a escondidas? ¿Qué es lo que debían arreglar? Eso lo determinará la Justicia.