[audio:http://box5641.temp.domains/~golesdem/wp-content/uploads/2012/04/A0540000.mp3|titles=Jua Manuel Lopez Gomez y BAU Voleibol] Audio entrevista e informe de Marcelo Solari
Desde que vio la luz, el proyecto Buenos Aires Unidos se ocupó de enfocarse en más de un objetivo. A la posibilidad de competir en el máximo nivel del vóleibol argentino, con un equipo profesional integrado por jugadores reconocidos, se le sumó la contribución social, con presentaciones y visitas solidarias, la capacitación, con clínicas para entrenadores, y el desarrollo, con diversas acciones promocionales.
En dos años de vida, muchas cosas han pasado y también muchas quedan pendientes. Es el momento de una evaluación profunda para tener en cuenta todas las variables para decidir o no su continuidad. El subsecretario de Deportes Federados de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel López Gómez, principal responsable de BAU, es mesuradamente optimista con relación a la permanencia del “naranja y negro” en la Liga Argentina, aunque la decisión final no depende directamente de él.
-Después de dos años de un proyecto que tiene varios objetivos articulados, los resultados deportivos no fueron los mejores pero sí se cumplieron otras metas. ¿Se puede hacer un balance a esta altura?
-En términos generales estamos muy conformes. Este año se profundizó muchísimo el desarrollo, ya está en marcha el programa “Uniendo Buenos Aires” y se lo observa muy arraigado en los diferentes municipios. Lo hemos podido comprobar con las clínicas de vóleibol que se estuvieron haciendo como cierre de la temporada.
-¿Y en lo deportivo?
-Nos quedó ese sabor amargo de no haber podido llegar a la final de la Liga, que era nuestro gran objetivo, máxime viendo los resultados que se dieron y el rendimiento de los otros equipos. Nos quedó la espina de saber hasta dónde podríamos haber llegado si teníamos el equipo completo. No digo que íbamos a ser campeones, pero sí que teníamos más chances de lograrlo. Por supuesto no son excusas, sino al contrario. Creemos que el año que viene, si el proyecto continúa, algo que ya se está hablando con el gobernador Daniel Scioli, vamos a hacer todavía un mejor papel en lo deportivo y vamos a profundizar aún más el desarrollo, un objetivo que no abandonaremos, independientemente de que haya o no voley profesional.
-¿La continuidad del equipo depende de cuestiones económicas, de una decisión política o de ambas?
-Depende que tengamos responsabilidad. Se viene un año que todos sabemos que habrá que tener algunos cuidados con el tema de la economía. Eso lo vemos en el mundo y también en el país, entonces esa “sintonía fina” de la que habla la presidenta signifca que hay que tomar la cosas con mucha responsabilidad. Lo estamos hablando. Estamos muy conformes con el proyecto en general, y en el aspecto deportivo está claro que la provincia no puede armar un equipo sólo para mantener la categoría. Hay que analizarlo muy bien porque también sabemos que la Liga no es lo mismo con o sin Buenos Aires Unidos. Es una decisión que le puede afectar no sólo a la provincia, sino también a la Liga. Estamos evaluando todas las variables y creemos que tendría que continuar, aunque somos prudentes al respecto.
-Desde tu posición como funcionario, ¿se puede hablar de un porcentaje de posibilidades de que BAU continúe en la competencia?
-Es muy difícil hablar de porcentajes. El gobernador es un fanático del deporte y no ha escatimado ningún recurso para ningún proyecto deportivo. Estamos haciendo las evaluaciones correspondientes con el secretario de Deportes, Alejandro Rodríguez, para poder plantearlo de la manera correcta. Estoy convencido de que son procesos de mediano plazo y que si todo sale bien, tendríamos que terminar nuestra gestión en 2015 con Buenos Aires Unidos arraigado a Mar del Plata y a la región. Y si esto sucede así, va a ser difícil que lo saque cualquier gobernador. Pero estamos en un momento en que se deben analizar muchas variables, se están cuidando los recursos en diversas áreas y nosotros también lo tenemos que hacer, pero evaluando adónde se destinará más: si al deporte social, federado o de alta competencia. Y Buenos Aires Unidos constituye un conjunto de cosas. Vamos a ver hacia dónde vamos.
-En un punto también resulta indispensable el aporte de empresas privadas…
-Sí, es un déficit que le encontramos a este proyecto. Habíamos empezado a trabajar con Eskabe, estamos muy bien con Kappa, empresa con la que dimos un salto de calidad en el tema de la indumentaria para el plantel y para comercializar. El Hermitage Hotel también ha colaborado muchísimo, el Club Atlético Once Unidos. Quizás también una participación del municipio podría ayudar mucho. Entendemos que tiene muchísimas disciplinas, que hay numerosos deportes y una historia con Peñarol y con clubes que son enormes y lo comprendemos, pero me parece que si nos arremangamos todos un poquito, podemos llegar a tener Buenos Aires Unidos por varios años más.
-¿Qué significa para vos el proyecto BAU?
-Particularmente para mí ha sido una pasión. No sé si es como un hijo, pero más o menos. Le he puesto mucho de mí, y cuando la gestión se hace con el corazón, se nota, se sufre. Pero nuestra mayor responsabilidad es cuidar el dinero de todos los habitantes de la provincia.
-¿Ese apasionamiento del que hablás te llevó a dedicarle muchas más horas adicionales que las que te insume tu función específica?
-Sí. En realidad nosotros le ponemos todo a la gestión. Cuando arrancó esto Alejandro Rodríguez me pidió que me hiciera cargo personalmente, lo hice y después le agregué muchos tiempos personales porque me gustó. Es un proyecto integral que requiere de muchas horas. El cuidado que nosotros le damos a cada uno de los deportistas de elite por un lado, el desarrollo de las bases por el otro. Y no es sólo un esfuerzo personal, sino que atrás hay un equipo de trabajo, de administración, de la Secretaría de Deportes. Con las clínicas también hay mucha gente trabajando. Obviamente, si no se concreta la continuidad, a mí se me va a ir un pedacito del corazón. Pero si así fuera, no quiere decir que no pueda seguir en otro momento. Tenemos que ser optimistas y realizar la evaluación profunda que el proyecto se merece.
-¿Habías tenido vínculo con el vóleibol antes de BAU?
-No, no. De chico había jugado en el colegio, en el profesorado de Educación Física también, pero no sabía las reglas en profundidad, especialmente las que se fueron cambiando en los últimos años. Pero la verdad es que tanto el cuerpo técnico como los jugadores me tienen mucha paciencia, veo los videos con ellos y aprendí un montón. Y hasta a veces me atrevo a darle algún consejo a Waldo (Kantor). Sí, soy un irrespetuoso (risas).
-¿Este modelo, con apoyo del Estado y aportes privados, es adonde hay que apuntar?
-Sí, sí, seguro. Por eso decimos que hay que profundizar en la parte privada. Eso y el trabajo en equipo. Entre las asociaciones locales, las federaciones provinciales y la Federación Argentina, más la Secretaría de Deportes, y no solamente con los Juegos Buenos Aires. El financiamiento privado es muy importante, pero es sólo una parte. Un ejemplo es el de los deportistas, que son profesionales, viven de esto, pero además les pedimos que pongan el corazón como lo hicieron con las clínicas. Toda esa mezcla hace que un proyecto sea exitoso. Y a cada momento estamos aprendiendo. De los errores que cometemos, de los aciertos que tenemos y con mucha autocrítica para ir corrigiendo sobre la marcha y continuar hacia adelante.