Barcelona se clasificó hoy para los octavos de final de la Liga de Campeones al ganar 3-1 al Milan sin necesidad de mostrar un juego espectacular y con doblete de Lionel Messi.
El equipo azulgrana no tuvo mayores problemas para superar a un Milan en horas bajas, de tal forma que ahora sólo le queda el reto de jugar los dos partidos que le quedan de esta primera fase para acabar primero de grupo.
El duelo fue muy frío, casi impropio de una competición de la Liga de Campeones y de la histórica categoría de ambos contendientes. Y dio esta sensación más por el Milan que por el Barcelona, pues el conjunto italiano no disimuló que vive su época más melancólica en muchos años.
Barcelona acaparó la posesión desde el comienzo, como se esperaba, aunque la utilizó para pocas cosas productivas, algo que también viene mostrando en los últimos partidos. Le cuesta mucho dar ritmo a las combinaciones y generar ocasiones.
Milan le jugó como se esperaba; es decir, juntando líneas junto a su área y soñando con lanzar contraataques. Para eso puso a Robinho en el campo y prescindió de inicio de Mario Balotelli. El repliegue italiano fue tal que el Barcelona no sufrió nada. Y si se fue al descanso con mínima ventaja 2-1 fue porque se marcó un autogol y no fue capaz de exigir a Christian Abbiati. A cambio, el Milan pudo alegar laxitud arbitral en los goles del rival.
Barcelona se adelantó a los 30 minutos por un presunto derribo de Abate sobre Neymar, quien se fue al piso nada más sentir el leve contacto del defensa italiano. Lionel Messi marcó el penal para romper su sequía goleadora.
El segundo tanto llegó a los 40 minutos, cuando Xavi Hernández lanzó una falta y Sergio Busquets marcó de cabeza. Posiblemente estaba en fuera de juego, pero el árbitro serbio Milorad Mazic no lo observó.
Sin embargo, Milan regresó al partido con la mayor fortuna posible en el último minuto de la primera mitad. Fue en una de sus escasas llegadas, cuando Kaká centró atrás y Gerard Piqué tocó para introducir el balón en su propio arco.
Balotelli entró en la segunda parte y él solo cambió la cara del Milan. El equipo italiano encontró un faro en ataque y comenzó a acumular llegadas. Ayudó el Barcelona, muy distraído.
El equipo azulgrana se hizo muy largo y los laterales descuidaron su trabajo defensivo, con lo que el Milan gozó de espacios y hasta se sintió cómodo. Barcelona sólo se aliviaba cuando el balón le llegaba a Neymar. A los 73 minutos, el brasileño hizo una jugada descomunal, tirando a rivales en el área, pero su disparo se marchó fuera.
Con el paso de los minutos, el Milan comenzó a acusar la fatiga y el Barcelona lo aprovechó para recuperar el mando del encuentro. Y sentenció a los 83 minutos. Messi tiró una pared larga con Cesc Fábregas, la defensa del Milan abrió un agujero innecesario y el argentino completó la jugada con un hábil remate por alto.
Así concluyó un partido en el que el Barcelona ofreció más de lo mismo: un triunfo sencillo sin la necesidad de mostrar un juego excelente. Y Messi marcó sus primeros goles desde el 22 de octubre.