Era madrugada en la Argentina cuando terminô el partido y por ello no está el resultado en los diarios de papel.
Peñarol superò por 98-95 ante el local, “Importadora Alvarado” en el marco de la Liga Sudamericana de Básquetbol que se desarrolla en Ambato, Ecuador, con 27 puntos de Franco Giorgettii y 24 de Facundo Campazzo, luego de ir perdiendo por 15 puntos al final del primer tiempo ! (58-43)
La màxima ventaja fue de 54-34 que aparecía como irremontable, pero en el
básquetbol, casi todo es posible, y con este plantel mil rayitas, con un gran amor propio, y aûn, hambre de Gloria, para el ùnico título que le falta en sus vitrinas.
El chaqueño Giorgettii PUSO por Primera vez ganancioso a Peñarol cuando se iban al tercer descanso 68-66
Y como publican los colegas de 0223, Cuando el “milrayitas” está arriba, es difícil que se lo den vuelta. Y mucho más si lo consigue corriendo de atrás, con un rendimiento formidable de sus jóvenes para atacar y la experiencia de Leiva y Gutiérrez a la hora de defender. Importadora Alvarado apostó a meter la bola abajo y buscar sacar por faltas a los grandotes (Leiva y Weigand con 4), mientras Campazzo descansaba para salir con todo a los minutos finales. El entrenador Daniel Rodríguez no podía creer la forma en que se dio vuelta la historia, pedía tiempo muerto y le buscaba la solución a un problema que no tenía retorno. Promediando el último cuarto estaba todo definido, Peñarol manejó los tiempos y jugó con la desesperación local, que ahora tenía que meter un parcial de 16 puntos para soñar con la clasificación. Pero Campazzo se encargó de sepultar esa mínima esperanza con un triple que puso el 82 a 72 que terminó de sentenciar el partido. Después no hubo más partido. El público local aplaudió de pie cuando Rivero sacó al base de la Selección a poco menos de tres minutos para el cierre.
El 98-85 final parecía impensado en el entretiempo, cuando el conjunto marplatense no le encontraba la vuelta al partido y ponía en riesgo la posibilidad de seguir en carrera en la Liga Sudamericana. Pero otra vez el tercer cuarto fue el de la resurrección, con un Campazzo sobresaliente y un Giorgetti recibiéndose de hombre, tomando decisiones importantes y siendo determinante en la remontada, para que Peñarol cumpla su objetivo primario, se meta en la semifinal y sueñe con una Final Four en busca del único título que le falta.