Por la segunda final de la Revàlida de los play off del Argentino A de fútbol, Alvarado y Rivadavia de Lincoln empataron 1 a 1 aunque el elenco de Tempesta hizo TODO hasta para golear a un rival que tuvo al súper Vallejos en el arco. Irreprochable tarea del elenco marplatense. El “grano” fue la primera jugada del partido: se le resbaló el balón de las manos al arquero Evangelisti, y ello condicionó al grupo del equipo de Mar del Plata. Hasta qué lo empató Fabiàn Castillo en el complemento.
Se fueron expulsados Brandàn en Rivadavia en el primer tiempo y Juan Gàspari , en el segundo. en Alvarado
Rivadavia se clasificó cosechando 4 de los 6 puntos en juego ante Alvarado .
El Departamento de Prensa del club Alvarado, explica en gacetilla que Se terminó el sueño de poder llegar al segundo ascenso a la B Nacional pero el plantel se fue con un calido aplauso del público marplatense que vio a un equipo que jamás bajó los brazos y que extrañó muchísimo a su líder, Ezequiel Ceballos. Las figuras del elenco local fueron Emanuel Boccino, Laureano Tello y Fabian Castillo.
A partir de julio comenzará a trabajar la dirigencia de Alvarado para poder diagramar el nuevo plantel para la Temporada 2013/14 del Torneo Argentino A. Gabriel Christovao es el único jugador que tiene contrato pero son varios los jugadores que los directivos quieren que continúen. Seguramente en las próximas semanas se tendrá una cierta cantidad de nombres que serán primordiales para un técnico que, por ahora, continuará al mando del elenco del ex barrio Matadero.
Alvarado (1): Leandro Evangelisti; Laureano Tello, Martín Quiles, Emanuel Bocchino y Leonardo Vitale; Juan Gáspari, Gabriel Christovao y Junior Ischia; Ignacio Anívole; Fabián Castillo y Brian Cortadi.DT: Darío Tempesta.
Rivadavia de Lincoln (1): César Vallejos; Mauricio Le Pors, Joaquín Colapietro, Carlos López Quintero y Lucas Macías; Matías Caro, Lucas Bossio y Facundo Graciano; Fernando Brandán; Emanuel Rojas y Esteban Ciaccheri. DT: Alejandro Kergaravat.
Goles: 5’PT Rojas (R) y 4’ST Castillo (A),
Cambios: 40’PT Eric Dierckx y Germán Gigena por Ischia (A) y Cortadi (A), 13’ST Gonzalo Gho por Rojas (R), 17’ST Juan Manuel Rodríguez Rendón por Christovao (A), 35’ST Juan Manuel Tolosa por Graciano (R)
Incidencias: 34’PT expulsado Brandán (R) y 20’ST expulsado Gáspari (A)
Árbitro: Carlos Boxler, de Casilda.
Estadio: José María Minella.
En el portal 0223 escribió el colega y arquero Sebastián Lisiecki:
Una fatalidad de Evangelisti apenas comenzado el encuentro, complicó aún más el panorama del “Torito” que buscó por todas las vías dar vuelta la historia y marcar los tres goles que lo depositen en los play offs en busca del segundo ascenso a la Primera B Nacional. Pero no pudo, intentó, dejó todo en la cancha pero chocó con la imprecisión de sus delanteros, una actuación consagratoria del arquero Vallejos y la diosa fortuna que también jugó para el lado de Rivadavia.
Como era de esperarse, en el arranque fue Alvarado el que quiso tomar la iniciativa e inclinar la cancha hacia el arco de Vallejos, pero con muchas ganas y poca profundidad, sintiendo la ausencia de un hombre de área. Rivadavia estaba tranquilo y no mostraba atisbos de ataque, hasta que a los 5’, Rojas recibió en tres cuartos de cancha, se adelantó y antes de llegar a la medialuna probó al arco, sin fuerza, sin dirección, a las manos de Evangelisti al que se le escurrió entre los dedos, y la pelota terminó en el fondo del arco, marcando el 1 a 0 para la visita que estiraba aún más la diferencia y ahora obligaba al “torito” a anotar tres goles para seguir en carrera.
El conjunto local trató de mantener la tranquilidad, sin desesperarse, y con el apoyo de su gente siguió buscando por todas las vías llegar al arco rival. Y tuvo el empate a los 10’, con una pelota que le quedó picando a Fabián Castillo, pero se le fue abriendo y terminó rematando muy por encima del travesaño. Anívole trataba de hacerse dueño de la pelota y juntarse con el “9” y Cortadi. El “pocho”, justamente, fue el que pudo igualar con un remate rasante que Vallejos sacó al córner. El protagonismo era todo de Alvarado que por la derecha iba e iba con Tello y Gáspari, que en un buen centro bajo encontró la diagonal de Ischia que no llegó a conectar para superar la buena reacción del arquero visitante.
Lo que no podían conseguir sus jugadores, casi lo hace Bossio, que se anticipó a una salida de Vallejos y por poco la mete en contra de su arco. Llegando a la media hora, el “torito” era una avalancha. Sin demasiadas ideas, pero con mucho empuje, contó con no menos de tres chances netas de igualar el partido y descontar en el global. El capitán de Rivadavia, Fernando Brandán, se hizo amonestar a los 5’ y después pareció hacer todo lo posible para que lo echaran. Lo consiguió a los 34’, un minuto después de que el árbitro lo advirtiera que no le perdonaba ninguna más, corrió de atrás a Vitale, lo derribó y se fue a las duchas.
El Minella era una caldera, con la gente impaciente pero alentando a su equipo y la visita demorando en cada pelota para enfriar el partido. Tempesta se jugó el todo por el todo y, a los 40’, mandó a la cancha a Dierckx y Gigena para darle más peso al ataque y tener hombres capaces de ganar por la vía aérea alguno de los centros que llovían en el área de Vallejos. Sin embargo, la más clara antes del final de la etapa la tuvo Rojas que recibió el pase atrás de Graciano y obligó una gran intervención de Evangelisti.
Para el regreso de los vestuarios, Alvarado no tenía tanta intensidad, no entraba en ritmo de partido y la ansiedad se empezaba a trasladar de la tribuna al campo de juego, donde los jugadores no tomaban decisiones acertadas y mostraban mucha imprecisión. De todas formas, la primera alegría no tardó en llegar. A los 4’, Anívole recibió recostado sobre la izquierda, se sacó de encima a Caro y metió un centro que no llegó a conectar Dierckx y Castillo, entrando por el segundo palo anticipó a López Quintero y, de cabeza, anotó el 1 a 1. En la cancha se festejó poco, se agarró la pelota y se corrió a la mitad, mientras que en las tribunas fue un grito de desahogo, pero consientes que todavía no alcanzaba.
“pocho” se dio cuenta que tenía que ser el encargado de agarrar la pelota y organizar los ataques de su equipo. Ahora sí, Castillo, sin jugar de espaldas y haciendo uso de su velocidad por el costado derecho, empezó a lastimar y llegar al fondo para después asistir a Dierckx y Gigena. Por el otro lado, Vitale dejaba un surco y estuvo cerca de convertir, pero chocó con los guantes de Vallejos. Alvarado tenía el control del partido y era el protagonista, con Christovao como abanderado de la presión hasta que Tempesta, en una decisión rara, decidió sacar al “5” para el ingreso de Rodríguez Rendón. El capitán del ascenso al Argentino A mostró su descontento al irse y, adentro, Gáspari reaccionó ante una infracción, Boxler lo vio y quedaron los dos con diez. Alvarado se pinchó y Rivadavia creció, hasta dejar a Caro solo de cara al gol, pero por suerte para el local, su remate se fue por encima del travesaño.
Los dos tanques que habían entrado en el “torito” tuvieron su chance clara de cabeza para marcar el segundo. El de Dierckx, a la salida de un córner, se fue apenas por encima del travesaño; Gigena, con tiempo, no le dio ni fuerza ni dirección a su frentazo y terminó mansamente en las manos de Vallejos. El arquero se consolidaba como una de las figuras de la noche, cuando reaccionó a contrapié para ahogar otro cabezazo del exDesamparados, que en esa sí la hizo bien, de pique al piso. Por arriba, Alvarado empezó a ganar pero sin cristalizar en la red.
Quedaban diez minutos y el “torito” no podía achicar la brecha en el marcador. Vallejos parecía invencible y, encima, la suerte no estaba del lado del conjunto marplatense, que perdió ocasiones en la boca del arco que le podrían haber dado el envión para el cierre del partido.
La hazaña no llegó y los minutos finales fueron pura impotencia, pelotazos al área para un cabezazo salvador que no dijo presente. Porque no era la noche de Alvarado. Porque César Vallejos tuvo un juego soñado y mostró solvencia y seguridad para ir apagando de a poco el fuego de la ilusión marplatense. El pitazo final de Boxler se mezcló con la cara de resignación y el dolor por la eliminación de los jugadores del conjunto de Tempesta que se fueron con la cabeza gacha por la tristeza, pero la frente alta por haber dejado todo, haber intentado hasta el final y recibieron el caluroso aplauso de gente, que no siempre regala ovaciones en la derrota.