En el interesante portal 11wsports.com aparece publicado este anâlisis con una mirada que provoca la interminable discusiòn futbolera , que compartimos aquî, con los lectores de golesdemedianoche.com
Varios equipos eligieron asumir riesgos y tuvieron premio en el resultado
Primera aclaración: si la ecuación resultante entre el número de propuestas audaces y la cantidad de victorias no diera positivo, en estas líneas se estaría diciendo lo mismo. No hay capricho en el axioma. ¿Razones? De ninguna manera una idea vale o deja de valer según el resultado porque el resultado es, nada más ni nada menos, que una de todas las circunstancias que hacen a este deporte. Segunda aclaración: si la premisa de partida no
fuera la que se presentó recién, nada de lo que acá se está tratando de expresar tendría sentido porque para analizar todo lo que rodea al fútbol bastaría con mirar la tabla de posiciones. Tercera aclaración: el que considere que saber si un equipo ganó, empató o perdió es material suficiente para sacar conclusiones sobre el juego, está invitado a abandonar este humilde texto.
Ahora sí. Después de una fecha con múltiples planteos mezquinos y con una carencia importante de goles, en este fin de semana se observaron en varias canchas destellos de audacias que invitan a pensar que las recetas dominantes para conseguir puntos están empezando a tener alguna competencia. No es que se pueda hablar de tendencia o de cambio sino apenas de pequeñas luces que permiten establecer una hipótesis en la relación que puede haber entre la toma de riesgos y el desenlace de un partido. Claro que la intención no es afirmar que la valentía es la única manera de conseguir triunfos sino solamente aclarar que se pueden conquistar alegrías estadísticas sin por eso tener que resignar otros valores que hacen a este juego y que, para muchos, son tan importantes como el mismísimo resultado.
Este Newells hizo de este Newells aun en condiciones no favorables. Desde la llegada de Gerardo Martino, más de una verdad se puso en cuestión –saludablemente- en el Parque Independiente y, como dieron a entender las palabras del propio entrenador luego de la caída en Paraguay por la Libertadores, hay clasificaciones que no ameritan festejos. El tema es que este Newells, que suele no resignar el protagonismo, no lo hizo cuando Tigre le empató el encuentro y cuando se vio forzado a disputar el resto del duelo con un hombre menos. Con recursos técnicos de la categoría de Ignacio Scocco y con la convicción de lo redituable que puede ser ir para adelante, el conjunto del Tata fue hacia el arco contrario y se quedó con los tres puntos. Sin entrar en especificidades tácticas, lo cierto es que en lo estratégico resultó evidente la decisión del técnico de no retrasar las líneas y de mantener la toma de la iniciativa.
Este Racing, en cambio, se pareció poco a aquel otro Racing y le fue mucho mejor. Con un entramado conceptual diferente al de Martino, Luis Zubeldía advirtió que la fórmula de esperar pegado a Sebastián Saja había sido causal de derrota ante River y eligió parar a su equipo varios metros más adelante. En el Nuevo Gasómetro, la Academia enfrentó a San Lorenzo de igual a igual, no se dedicó a aguardar el contragolpe y construyó la superioridad desde jugadores habituados a jugar con la pelota en los pies y en terreno ajeno como Mario Bolatti y Mauro Camoranesi. Esa modificación en la propuesta les permitió a las jóvenes promesas, como Luciano Vietto, estar menos aisladas y recibir el balón mucho más cerca de la zona en la que pueden generar desequilibrios. La goleada, por fuera de las brillantes intervenciones del arquero, no fue fruto del azar sino de un crecimiento en la capacidad de gestación de espacios para atacar.
Dos últimos ejemplos que no quitan que no haya otros para destacar. Lanús, el líder que ganó luego de dos presentaciones sin poder hacerlo, no expuso su mejor cara futbolística pero sí sostuvo esa decisión de desplegar un estilo generoso con el espectáculo. Cuando All Boys le empató transitoriamente, Guillermo Barros Schelotto apeló a otro volante creativo y renovó el impulso de poner el balón contra el césped para tratar de producir huecos en el bloque defensivo adversario. Cerca del final, un disparo de Silvio Romero significó un triunfo muy buscado y no tan merecido como otras veces. Unión, último en los promedios pero con una faceta atractiva desde que Facundo Sava está al mando del plantel, careció de contundencia para golpear a Independiente pero, pese a los defectos que asoman a la luz, no abandonó su rasgo de presión alta y avance ancho en el campo para evitar la derrota. Sin brillo pero con la convicción del camino elegido, también el Tatengue sumó y no termina de aceptar el descenso como destino.
No hay más aclaraciones porque lo dicho está dicho. Aunque quizás algunos interpreten que el objetivo de la valentía futbolística es únicamente llenar los ojos –cosa que no es un detalle menor-, la realidad demuestra que, como tantos han expresado a lo largo de la historia, intentar jugar bien, que no es más que despertar la emoción, la imaginación y la sensibilidad, es una opción que también puede dar rédito desde lo netamente estadístico.