La frase es del defensro argentino del Málaga, Martín Demicheli,s luego que el Borussia lo eliminara de la competencia Europea por 3 a 2, con uno de los dos goles en clara posición prohibida del equipo alemán.

Aquí la crónica de medios españoles:

Marca:

Manuel Pellegrini repitió la gesta. Volvió a convertir a un equipo modesto en un referente para todo el continente europeo. En Dortmund escribió la página más emotiva de su carrera de entrenador. Días después del fallecimiento de su padre ha llevado la gloria a una ciudad en cuyas costas debería brillar mañana el sol con más brío que nunca. Señores, el Málaga cayó en cuartos de la Liga de Campeones, pero recordará siempre las emociones que el fútbol le regaló tal día como hoy.

 

  • Pensó el Dortmund que convenía recetarle al partido una caja de ansiolíticos. Sabía Pellegrini que esta vez sería recomendable esperar. A paciencia no hay quien le gane.
  • El Málaga respondió certero en cuanto pudo. Joaquín inició su gran actuación con un gol templadito que aumentó la fe en una gesta que parecía imposible.
  • Caballero y Weidenfeller mantuvieron vivísima la eliminatoria merced a un gran repertorio de paradas dignas de dos porteros de máximo nivel mundial.

EN EL DIARIO AS, SE PUEDE LEER QUE:

 

Un gol de Santana, en el minuto 92, en escandaloso fuera de juego, tumbó a un maravilloso y valiente Málaga de la manera más injusta y cruel imaginable. Pasarán muchos años para que la afición blanquiazul olvide el nombre del nefasto Craig Thompson, el árbitro escocés que no vio en primer lugar la posición antirreglamentaria de cuatro atacantes alemanes, la ilegal definición del central brasileño o haber perdonado la segunda amarilla, a Bender y Schmelzer. Thomson ha sido para el Málaga peor que Stark para el Barcelona. Los catalanes se quejaron a la UEFA. ¿Lo hará el Málaga? A lo mejor debería.

Todo suma, pero perder así da rabia. El Málaga ganaba 1-2 a los 82 minutos y tenía la cita con la historia al alcance de la mano. Pero le faltó experiencia y le sobraron dos minutos fatales donde perdió la calma y le sobró la parcialidad de un colegiado horroroso y despersonalizado que va a pasar a la historia negra del fútbol español. Sólo al final, este Málaga perdió su inspiración y buena estrella. Bastantes problemas tiene este admirable colectivo con la UEFA y el TAS como para que encima venga un infame juez deportivo a chafar las ilusiones de miles y miles de malagueños, rotos por el dolor, la impotencia, la incredulidad y con los ojos llenos de lágrimas, pero que deben sentirse orgullosos de estos jugadores y de este entrenador, Manuel Pellegrini. El chileno acababa de entrenar a su padre. Sólo. De pie. Erguido. Y digno. ¡Qué hermosa lección!

El partido fue espectacular. A los 25 minutos, buenísima jugada de Baptista que hace la pared con Isco. Mal despeje de Subotic. El balón le llega a Joaquín quien, tras realizar un precioso regate a Schmelzer dispara con decisión. Un bello tiro raso imposible de parar para Weindefeller. ¡Golazo! 2.300 malagueños botando, gozando y enmudeciendo a una de las aficiones más brillantes de Europa en coreografía y brillantez animando.

El Borussia no se lo podía creer. Los mismos que festejaban la benevolencia de un sorteo que les emparejó con el melocotón en almíbar continental sufrían como condenados a galeras. El Málaga era el boxeador técnico que dominaba los espacios para evitar recibir directos en el rostro. Pero a los 39 minutos una pérdida de Antunes da a los de Dortmund una opción de ataque total. Reus observa el ágil desmarque de Lewandowski y le asiste de espuela. El ‘9’ polaco finta con elegancia a Caballero y pone el 1-1 que enciende la moral de la ruidosa hinchada renana que en la última jugada del primer tiempo se lleva un sobresalto con un cabezazo de gol diseñado por Joaquín tras una falta magistralmente dirigida por Duda, bien detenida por Weidenfeller. 45 minutos de taquicardia, de oraciones y de ¡si se puede!
El comienzo del segundo tiempo fue trepidante. Paradón de Willy Caballero a Lewandowski (minuto 47) e impresionante intervención del portero alemán a un cabezazo picado de Joaquín con olor a red (48’). Entre una jugada u otra, el generoso colegiado escocés le perdonó la segunda amarilla a Bender por una patada a Baptista.

A los 52 minutos Götze remata fuera un regalo de Sergio Sánchez. En un combate entre fajadores estilistas, no cubrirse el rostro podía costar perder por KO. El Borussia apretaba. No dominaba con misma claridad que en La Rosaleda, pero perseveraba. El Málaga braceaba mientras el Westfalestadion rugía. A los 61 minutos Schmelzer, con prisas, le da un empujón al de Fuengirola. En lugar de mostrar la segunda amarilla al infractor, amonesta al lateral malagueño ante el estupor general. Segunda roja perdonada a los alemanes.

Estaba claro que el Málaga debía trabajar el doble para doblegar a un buenísimo rival. De nuevo Weindenfeller interceptada con reflejos un enorme misil de Toulalan (70’). El Málaga era un torero valiente, sin miedo a llevarse una cornada, pero que tampoco entraba imprudentemente al trapo. ¡Que lento corría el reloj!

De nuevo Caballero neutralizaba un remate a bocajarro de Reus con olor a red (75’). El partido era precioso, de ida y vuelta. Una criminal entrada de Sahin a Isco (76’) con la planta del pie, a los tobillos, tampoco fue tenida en cuenta por este nefasto árbitro. Ni amarilla. Dos minutos después, otra vez Caballero rechaza con su bota izquierda una muerte súbita con Götze. El extraordinario ‘10’ del Dortmund soñará con este señor porterazo.

Subotic le arrea un patadón a Isco. Tampoco hay amonestación. Minuto 82. Una estupenda jugada entre Isco y Baptista es culminada por Eliseu, que reapareció su lesión el 3 de febrero contra el Zaragoza para anotar un 1-2 que hizo estallar de alegría a toda Málaga. A toda España. Sólo se escuchaba a la afición del Málaga, callando, con emoción y deportividad, a uno de los mejores públicos del mundo.

Pero, como decíamos, sobraron dos minutos. A los 90 minutos Reus anotó el 2-2. Y al final llegó el desastre. Si a Stark le metieron en la nevera por un gol ilegal concedido al PSG contra el Barcelona, a Thomson le tendrían que mandar al Polo Norte… como mínimo.

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