En el suplemento Ovación de El país de Uruguay, la Magistral conferencia de prensa del DT de la Celeste, el Maestro Óscar Washington Tabárez:

La histórica declaración del maestro Tabárez

Con firmeza, valentía y convicción, el maestro Oscar Tabárez se paró ante los medios en la conferencia de prensa oficial de FIFA y expresó, con una claridad que no admite duda alguna, el sentir de todos los uruguayos: la sanción a Luis Suárez fue de una severidad excesiva. Y no quedó ahí.

El maestro, integrante del staff de FIFA, anunció que renunciará a su cargo en la Comisión de Estrategia en ese organismo en los próximos días porque “no es prudente, por lo menos, coincidir en

una organización con personas -las que presionaron para promover este fallo y las que lo sancionaron- que manejan criterios, procedimientos y valores diferentes a los que yo creo tener”.

Tabárez llegó a la sala de conferencias de Maracaná, donde los uruguayos hicimos nacer la “Garra Charrúa”, acompañado nada más que por Matías Faral, encargado de prensa de la AUF. El jugador que también debía comparecer no lo hizo.

Luego de la presentación formal por parte del vocero de FIFA, el maestro expresó: “Hoy voy a hablar de un tema excluyente: me voy a referir a la sanción que ha recibido Luis Suárez. Es el tema que nos ha ocupado la mente en estas horas, el que nos ha conmovido y por lo tanto en esta exposición trataré de ser conciso y lo más amplio posible, pero no voy a recibir preguntas luego de la exposición”.

Y Tabárez, más maestro que nunca, dijo todo esto para orgullo de los uruguayos:

“En primer lugar, hago uso del derecho que tiene cualquier persona a opinar: obviamente como seleccionador de Uruguay, como un entrenador que se considera producto del fútbol uruguayo y como representante del fútbol de mi país. Pero también me quiero presentar con mis antecedentes de entrenador. Desde que me vinculé a la competición internacional fui un acérrimo defensor del fair play. Ello me dio reconocimientos, como la Orden de la FIFA (máximo galardón que otorga el organismo) y de la Unesco, que me declaró campeón del deporte. Distinciones que agradezco y agradeceré infinita y eternamente”.

“Cuando se abre un expediente por faltas o incorrecciones que protagoniza un futbolista y que puede no haber visto el árbitro, se va al registro de las imágenes. Nosotros inmediatamente del partido, en la conferencia de prensa, no habíamos visto aún las imágenes, pero por la apertura del expediente y lo que vimos esperábamos una posibilidad bastante cierta de sanción a los protagonistas de la acción, que fueron dos: aparte de Luis Suárez, el futbolista italiano Giorgio Chiellini”.

“No puedo negar que esperábamos que pudiera venir una sanción, pero jamás pensamos lo que nos enteramos cuando nos comunicaron los pormenores del fallo. Una severidad excesiva, en una decisión que evidentemente está mucho más volcada hacia las opiniones de la artillería mediática que explotó inmediatamente terminado el partido -y en esa conferencia de prensa quien estuvo presente sabe de lo que hablo-, de periodistas que tomaron como único tema ese. No sé de qué nacionalidad eran, pero todos hablaban en inglés”.

“Todos sabemos dónde está el poder. No se discute que el poder lo tiene el organizador, pero eso no significa aceptar el uso indiscriminado de ese poder. Como entrenador y docente que he sido se me presenta la teoría del chivo expiatorio: dar un castigo ejemplarizante sin importar que sea excesivo a quien comete una falta y no un delito, para que el colectivo (o sea quienes reciben el mensaje) sepan qué es lo que está bien y qué mal, qué debería hacerse y qué no. En el fundamento estamos de acuerdo, obviamente, pero hay un peligro en esta forma de proceder y es que se olvida muchas veces que el chivo expiatorio es una persona que tiene derechos y que en este caso puntual de Luis Suárez, además de las equivocaciones que pueda haber cometido, le ha hecho muchos aportes al fútbol desde dentro del campo de juego, donde por otra parte está la esencia del gran poder de convocatoria que tienen estos maravillosos torneos; el aporte de los grandes futbolistas”.

“Hay que hacerse muchas preguntas. Con este fallo: ¿quién ganó? ¿Quién pierde? ¿Quién se benefició? ¿Quién sale perjudicado? ¿Quiénes se han salido con la suya? A una de las preguntas no le voy a dar una respuesta contundente, pero sí algún matiz de respuesta. ¿Se evitarán a partir de este tipo de decisiones tan severas y exageradas todos los excesos? Lo dudo mucho, porque en este torneo, antes y después del episodio Suárez-Chiellini, se han visto cosas que se han medido con una vara muy diferente”.

“No estoy justificando nada y no creo que no se deba sancionar, pero siempre -porque esto es entre seres humanos- hay que darle una oportunidad al que transgrede o se equivoca y por eso no estoy de acuerdo con la teoría del chivo expiatorio”.

“Lo concluyente y es lo que queremos dejar, es que desde nuestra visión muy subjetiva, porque conocemos muy bien al protagonista de todo esto y no solo por el perfil que se le da a través de los errores que ha cometido, hay otra parte de la persona que existe. Ese es el mensaje: la severidad fue excesiva”.

“Desde hace muchos años he tenido vinculación a FIFA como instructor de cursos, como miembro del Instituto Técnico y de Estrategia y ocupo un cargo de la comisión de análisis de la FIFA. En esto momentos siento que debo alejarme de ese cargo. No es prudente, por lo menos, coincidir en una organización con personas -las que presionaron para promover este fallo y las que lo sancionaron- que manejan criterios, procedimientos y valores distintos a los que yo creo tener. Por lo tanto, en los próximos días presentaremos la renuncia a ese cargo de la manera que corresponda”.

“A Luis Suárez persona, que es la que ha convivido siempre con nosotros y a quien conocemos más que nadie: que el camino ya recorrido lo debe recorrer nuevamente, intentando ser mejor, pero ya adelantarle que jamás va a estar solo en ese intento. Y a los aficionados uruguayos, que obviamente igual que nosotros están conmovidos con la resonancia de esta sanción, decirles que estamos heridos, pero con una fuerza increíble y con muchísima rebeldía. Entonces, más que nunca para el partido de mañana, ¡vamos que vamos!”.

Simplemente, maestro.